La Casa Blanca dijo el martes que Venezuela no representa amenaza alguna pero que así reza el texto del formato utilizado para elaborar las órdenes ejecutivas que permiten al presidente Barack Obama imponer sanciones a entidades extranjeras.
Al congelar los bienes que en territorio estadounidense posean siete funcionarios venezolanos acusados de violar derechos humanos, Washington declaró el mes pasado a Venezuela como una «amenaza extraordinaria e inusual», lo que ha generado un rechazo mayoritario en el hemisferio.
Ben Rhodes, asesor presidencial sobre Seguridad Nacional, dijo durante una teleconferencia que el texto de la resolución ejecutiva «es completamente pro forma, es el texto que usamos en órdenes ejecutivas para todo el planeta».
«Estados Unidos no cree que Venezuela representa alguna amenaza a nuestra seguridad nacional. Honestamente, tenemos un formato con el que elaboramos nuestras órdenes ejecutivas», agregó durante una conferencia telefónica sobre el próximo viaje del presidente Barack Obama a Jamaica y Panamá.
Es el primer comentario que emite el gobierno norteamericano que contradice directamente el texto de su orden ejecutiva.
Rhodes expresó además su expectativa de que durante la cumbre «el gobierno venezolano exprese su oposición a ciertas políticas estadounidenses».
El asesor presidencial para temas hemisféricos, Ricardo Zúñiga, dijo que «la situación interna en Venezuela claramente es asunto de preocupación para sus vecinos y otros países de la región» y que también están pendientes de los problemas económicos en la nación sudamericana y «el impacto potencial que puede tener no solo para los países que se han beneficiado del subsidio petrolero venezolano Petrocaribe sino también para sus vecinos», agregó.
Zúñiga aseguró que Obama podrá manejar con calma cualquier situación que se presente durante la cumbre, al ser consultado sobre la intención del presidente venezolano Nicolás Maduro de llevarle millones de firmas solicitando la derogación de las sanciones que Washington impuso el mes pasado a siete funcionarios venezolanos acusados de violar los derechos humanos.
«La cumbre debe ser un momento para tener un intercambio civilizado con todos los líderes. No tenemos preocupación de hablar con cualquier participante, pero todos deberíamos pensar que debe ser un evento correcto, donde podemos tener un intercambio como debe ser», indicó.
Los dos funcionarios reiteraron la postura de que el gobierno estadounidense no busca desestabilizar al país sudamericano, cuya economía se contraerá 7% este año según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional.
El gobierno venezolano lanzó una campaña de recolección de firmas pidiendo a Obama derogar las sanciones.
Las autoridades venezolanas aseguran que la campaña denominada «Obama deroga el decreto ya», suma alrededor de 8 millones de firmas, incluyendo las del presidente y canciller ecuatorianos.
©The Associated Press
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