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EU se quedaría sin aguacates si Trump cierra la frontera

En Estados Unidos ya le están diciendo adiós a su guacamole a partir de que Donald Trumo, el presidente, cierre la frontera con México.

«No podría elegir un peor momento del año porque México suministra prácticamente el 100 por ciento de los aguacates en los Estados Unidos en estos días», dijo Steve Barnard, presidente y director ejecutivo de Mission Produce, informó Reuters. «California apenas está comenzando y tienen una cosecha muy pequeña, pero no son relevantes en este momento y no lo serán por un mes más o menos «.

El suministro de aguacate de los Estados Unidos se agotaría en tres semanas si la frontera se cerraba, dijo Barnard.

La noticia llega cuando el gobierno de Trump duplica las amenazas de cerrar totalmente la frontera entre Estados Unidos y México.

El jefe interino del Estado Mayor de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, dijo que Trump no tardaría en cerrar la frontera, informó The Texas Tribune.
Trump ha considerado que los cruces fronterizos ilegales son una emergencia nacional y ha culpado a México y los países centroamericanos por el problema.

Amenazó: “Si México no detiene de inmediato toda la inmigración ilegal que ingresa a los Estados Unidos a través de nuestra frontera sur, estaré cerrando la frontera, o grandes secciones de la frontera, la próxima semana.” Esta situación ha causado mucho revuelo tanto en Estados Unidos como en México. En el vecino país del norte, por el tema de los recursos necesarios para manejar los flujos de migración tanto legales como de ilegales; en México, por la tibia reacción de AMLO ante las amenazas de Trump y por la inexistencia de una política migratoria clara, más allá de un discurso de fraternidad.

Lo primero que hay que revisar es cuáles son las implicaciones reales cuando Donald Trump habla de cerrar la frontera. Para comenzar, vale decir que todo parece indicar que los Estados Unidos no tienen, al menos hasta ahora, la capacidad operativa para manejar flujos de migración crecientes. Por esta razón, la semana pasada Kirstjen Nielsen, el secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, señaló que la primera medida incluye transferir agentes migratorios de unas aduanas a otras para incrementar las medidas de seguridad en puntos críticos. Se estima que serían alrededor de 750 agentes transferidos.

Esto implica hacer más lento el tráfico en todas las aduanas, con todas las consecuencias económicas que esto implica, entre ellos retrasar de 3 a 5 horas el paso de más de un millón de personas y 82 mil 190 camiones de mercancías que en promedio circulan día a día, y que representan un comercio de poco más de seis millones de dólares diarios. Una segunda medida, ya mucho más extrema, implicaría cerrar completamente algunos puertos. Según las mismas declaraciones de Nielsen, esa posibilidad es aún lejana. Sin embargo, ya está en la mesa pues, desde su perspectiva, el sistema está en “caída libre” y hay que detenerlo antes de que llegue más lejos.
Recientemente han comenzado las dudas sobre si el presidente Trump tiene la facultad de cerrar la frontera. Ante esto, el Departamento de Justicia no ha hecho ninguna declaración ante el tuit que lanzó Trump. Lo mismo se puede decir de la Oficina de Asesoría Jurídica. Lo que hay que tomar en consideración es que cerrar una frontera, al menos en los Estados Unidos, es un hecho muy raro, pero ha sucedido. El ejemplo más famoso se dio cuando Ronald Reagan cerró nueve pasos fronterizos luego del asesinato del agente de la DEA, el “Kiki” Camarena.

Sin embargo, también vale la pena recordar que Trump ya ha amenazado antes con cerrar la frontera. La primera ocasión se dio en noviembre del año pasado, cuando cientos de migrantes latinoamericanos intentaron pasar por el cruce de la frontera en San Diego en bandada. En consecuencia, Trump cerró el cruce por unas horas. Después afirmó que si se volvía incontrolable, cerraría toda la frontera. No lo hizo.

La segunda amenaza se dio en diciembre del 2018, cuando Trump les dijo a los demócratas que si no le daban los recursos para terminar el muro cerraría la frontera y cambiaría por completo las leyes migratorias. Tampoco lo hizo, pero sí endureció el trato a los migrantes, separando a los hijos de sus padres y creando centros de concentración de niños. Hay un hecho claro: Trump quiere su muro, y por esto intentó declarar la emergencia nacional en febrero.

Excelsior

Deportes

Aficionados mexicanos dudan en asistir a partido de la Selección en LA por temor a redadas migratorias

Los Ángeles, California — El encuentro de la Selección Mexicana contra República Dominicana este sábado en el marco de la Copa Oro se ve ensombrecido por el miedo de la comunidad migrante, que teme la presencia de agentes de inmigración durante el partido.

La incertidumbre ha crecido entre los aficionados indocumentados o con familiares en situación irregular, muchos de los cuales han decidido no asistir al Rose Bowl de Pasadena. «Está peligroso ahorita. Sí hay gente espantada», comentó Carlos Martínez, un aficionado radicado en California.

El ambiente de tensión se reflejó desde la llegada del Tri:

El equipo cambió su hotel de concentración en Long Beach debido a los disturbios recientes

Cero aficionados recibieron al equipo a su llegada, algo inusual en giras por EU

Las redes sociales muestran preocupación con hashtags como #TRIconMiedo

Aunque algunos seguidores como Eric Calderón, ciudadano estadounidense, confirmaron su asistencia («la selección es muy importante»), muchos optarán por ver el juego desde casa. La preocupación se extiende a próximas sedes en Dallas y Las Vegas, aunque con menor intensidad que en LA, epicentro de recientes operativos de ICE.

Este partido, que normalmente sería fiesta binacional, se convierte en otro frente de la crisis migratoria que vive la comunidad mexicana en EU, con familias divididas entre su pasión futbolera y el temor a la deportación.

(Con información de corresponsales y redes sociales)

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