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Exhiben a funcionarios de la 4T que aparentan vivir de forma austera

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“Lo único que me gusta de los ricos es su dinero”, palabras de Nancy Astor (la primera mujer que ocupó un escaño en la Cámara de los Comunes del Parlamento Británico en 1919). Así es como comienza el escritor Sergio Sarmiento su interpretación sobre la polémica de las propiedades que la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, tiene en conjunto con su marido, el académico John Ackerman.

Todo a raíz de un reportaje con el que el periodista Carlos Loret de Mola aseguró revelar que el matrimonio tiene un patrimonio cuyo valor oscila los 60 millones de pesos, cinco veces más que lo indicado en su declaración patrimonial. Cinco propiedades compradas en efectivo cuando ambos eran investigadores de la UNAM; un terreno “regalado” por el gobierno del entonces Distrito Federal en 2007, de unos 300 metros cuadrados de construcción.

En su texto publicado en Reforma, Sarmiento destaca que Ackerman respondió que las propiedades son fruto del trabajo de ambos y de donaciones de sus familias. Lo cita: “No estamos obligados a explicarle nada a nadie con respecto al patrimonio que logramos construir con gran esfuerzo, y con las generosas aportaciones de nuestros familiares, antes de que Irma Eréndira ocupara cargo público alguno”.

El escritor subraya también que John Ackerman dijo que presentará denuncias contra Loret por la filtración de datos personales y lo hizo responsable por cualquier agresión o extorsión que pudiera sufrir su familia por el reportaje que tachó de “irresponsable y criminal”.

Lo vuelve a citar: “Aquí nadie le descubrió nada a nadie. La declaración. se encuentra en regla y reporta todos y cada uno de nuestros bienes con absoluta precisión. La nota de Loretito presenta estos datos de manera engañosa (transformando mágicamente departamentos y un terreno en ´casas´), recurre a imágenes que no corresponden en absoluto con la realidad y ofrece interpretaciones fantasiosas sobre el origen de los bienes, pero no aporta ningún dato adicional más allá de lo ya declarado por la Secretaria”.

Con todo lo anterior, Sergio Sarmiento llega a una determinante conclusión:

Y hace un recuento de casos que resultan evocados: “El director de la CFE, Manuel Bartlett, sus hijos y su pareja sentimental (que no concubina) son propietarios de cuando menos 23 casas de lujo, principalmente en Las Lomas de la Ciudad de México, y de empresas. La secretaria de Gobernación tiene un condominio en Houston. El canciller Marcelo Ebrard, quien afirmaba no tener patrimonio personal cuando dejó el gobierno de la Ciudad de México, vivió años en París sin un trabajo visible y hoy porta relojes de más de 14 mil dólares. Javier Jiménez Espriú, secretario de comunicaciones, tenía un apartamento en Texas, pero lo cedió a su hijo, y ha sido consejero de la petroquímica Idesa, pero en representación de acciones de su esposa”.

El también periodista recuerda incluso que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador donó a sus hijos todas sus propiedades; hoy en día dice no tener ninguna.

Así, apunta, “los políticos hacen un esfuerzo sistemático por presentarse como pobres, aun cuando tengan dinero de fuentes legítimas”.

Precisamente, Sarmiento señala que actualmente es necesario tener “un patrimonio cuantioso” si se busca trabajar en el gobierno, debido a que “los sueldos han sido reducidos y se prohíbe al funcionario trabajar durante 10 años en su campo de especialidad”.

Así que el escritor ve con tristeza, incluso, que Ackerman tenga que explicar que sus propiedades son en gran parte por donaciones de sus padres, los de él y de su esposa. “Es triste que tengamos un régimen de ricos que afirman haber donado todo su patrimonio o de otros ricos que dicen que todo lo que tienen es regalo de sus papás”.

“Supongo que ya no hay cabida para quienes construyen un patrimonio a fuerza de trabajo y lo preservan juiciosamente”, concluye en su texto Sarmiento.

Fuente; Infobae

Chihuahua

Chihuahua participa como Estado invitado en “La Navidad Mexicana 2025” en el Vaticano

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– La gobernadora Maru Campos destacó que es la primera ocasión en que una comitiva mexicana, es integrada oficialmente por miembros de los pueblos originarios

Ciudad del Vaticano.– En el marco del Jubileo Ordinario 2025, una delegación del Estado de Chihuahua encabezada por la gobernadora Maru Campos, participa como invitada especial en el evento “La Navidad Mexicana en el Vaticano”.

El evento es organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), a través de la Embajada de México ante la Santa Sede (el Vaticano), nación soberana desde 1929 y centro administrativo de la iglesia católica, donde el Papa funge como jefe de Estado y del Gobierno.

Con esta participación, Chihuahua se convierte en la entidad mexicana número 17 en concurrir en este encuentro cultural y espiritual, que se desarrolla durante uno de los periodos más significativos para la iglesia católica.

Las actividades iniciaron con una misa oficiada por monseñor Pietro Bongiovanni, párroco de la Basílica di San Salvatore in Lauro, quien dio la bienvenida a la representación chihuahuense, así como a los embajadores de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco y de México en Italia, Genaro Lozano.

La gobernadora Maru Campos agradeció a monseñor Bongiovanni por recibirlos, así como al embajador Barranco y a su esposa, Teresa Loera, por la invitación para ser anfitriones este año en la Navidad Mexicana.

Destacó que por primera vez la comitiva de la Navidad Mexicana se integra oficialmente con sus pueblos originarios, por lo que se dijo orgullosa de presentar al Coro de Niñas del Albergue Yermo y Parres, de Carichí, que es integrado por niñas Rarámuri.

“Carichí, Chihuahua, se encuentra en lo profundo de nuestra Sierra Tarahumara, una región conocida por su belleza, donde se encuentran algunos de los cañones más profundos del mundo, pero que también es el hogar de culturas ancestrales, como los rarámuri que hoy nos acompañan”, añadió.

Acompañada por el obispo de la Tarahumara, Juan Manuel González, la titular del Ejecutivo explicó que este pueblo originario representa lo más puro y luminoso del territorio chihuahuense: La Sierra Tarahumara, donde los pueblos recorren grandes distancias.

“El canto de las niñas busca justamente reavivar nuestra esperanza. Que este concierto y esta misa nos recuerden que la diversidad nos engrandece y que juntos, sí es posible construir la paz y la esperanza que hoy las naciones, las comunidades y las personas necesitan”, finalizó la mandataria.

Además de la participación del coro de niñas de Carichí con el concierto “Raíces, Sonidos y Emociones”, que incluyó cantos navideños y tradicionales interpretados en español y rarámuri.

También tomaron parte el pianista rarámuri, Romeyno Gutiérrez y el grupo Conjunto Primavera.

Al final los asistentes disfrutaron de una posada que incluyó dulces, comida y la tradicional piñata mexicana.

En México este año está dedicado a las mujeres indígenas y en ese marco, Chihuahua contempló la participación de niñas de las comunidades originarias, en las actividades efectuadas en el Vaticano.

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