Un portavoz de la familia, informó que el reputado astrofísico y cosmólogo británicoStephen Hawking murió a la edad de 76 años.
Cabe destacar que el pasado 08 de enero cumplió 76 años de vida como uno de los más importantes divulgadores de la ciencia de todos los tiempos, luego de que el año pasado anunciara la apertura al público de su tesis doctoral de 1966.
Conocido por sus teoremas sobre las singularidades espaciotemporales en el marco de la relatividad general y la teoría de la radiación de agujeros negros, llamada «radiación de Hawking», Hawking es todo un personaje, del cual ya se hizo incluso una película, denominada «La teoría del todo».
Hawking nació el 8 de enero de 1942, en Oxford, Reino Unido; estudió en el University College, donde concluyó en 1962, con los títulos de matemático y físico, señala el sitio “Biografías y vidas”.
Un año después, en 1963, durante una sesión de patinaje sobre hielo, resbaló y tuvo dificultades para incorporarse; se le diagnosticó esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Sus biógrafos cuentan que los médicos pronosticaron que no viviría más de dos o tres años, sin embargo, por causas desconocidas había sobrevivido, ya que, con el paso de los años, la enfermedad ha agravado su salud, para dejarlo casi completamente paralizado.
Lo cual hizo que se tuviera que comunicar a través de un sintetizador de voz, que utilizó desde 1986 y el cual construía palabras a través de la construcción voluntaria de una de sus mejillas, mientras que su silla de ruedas era controlada por un ordenador que maneja, con leves movimientos de cabeza y ojos.
Entre sus principales aportaciones, se cuenta que, en 1970, junto a Roger Penrose, descubrió que las singularidades del espacio-tiempo que Albert Einstein predijo en su teoría de la gravedad, eran reales.
Un año después, estudiaría la mecánica de los agujeros negros, para posteriormente, en 1975, y apoyándose en la teoría cuántica, encontrar que los agujeros negros se desvanecen, liberando calor y partículas elementales, destaca el sitio “El Español”.
En 1982, estudió cómo crecen las galaxias, a partir del efecto de las fluctuaciones cuánticas, mientras que para 1983 descubrió la función de onda del universo o “estado Hartle-Hawking”, la cual sirvió para calcular las propiedades del universo.
De acuerdo con Daniel Martin Reina, de la revista científica “¿Cómo ves?”, sus aportes a la cosmología son originales y elegantes, aunque difíciles de confirmar, además de que sus cambios de opinión siempre son noticia.
Fue titular de la Cátedra Lucasiana de Matemáticas, de la Universidad de Cambridge, desde 1979 hasta su jubilación en 2009.
Era miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
Pese a no haber recibido nunca el premio Nobel, cuenta entre sus reconocimientos la Medalla Albert Einstein, en 1979; el premio Príncipe de Asturias, en 1989, el Premio Especial de Física Fundamental, en 2012, entre otros.
Su libro más importante es “Historia del tiempo: del big bang a los agujeros negros”, de 1988, traducido a 37 idiomas y convertido en un éxito comercial, al vender en pocos años más de 20 millones de ejemplares.
Era ateo, por considerar que la ciencia ofrece una explicación más conveniente sobre la creación del universo, que el creado por Dios, ha escrito otros libros como “El gran diseño”, “El universo en una cáscara de nuez”, “La gran ilusión: las grandes obras de Albert Einstein”, entre otros.
Convencido de la ciencia, Hawking había declarado que es el camino para entender el universo, “debemos intentar comprender el comienzo del universo a partir de bases científicas. Puede que sea una tarea más allá de nuestras capacidades, pero al menos deberíamos intentarlo”.
“Propiedad de universos en expansión”, su tesis doctoral que compartió en octubre de 2017 con la Universidad de Cambridge, colapsó la página web de la institución, al recibir más de 670 mil visitas días después del anuncio.