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Chihuahua

«Feminicidio y desapariciones se agravaron con Operativo Conjunto Chihuahua»

 

El feminicidio y la desaparición de mujeres en Ciudad Juárez no terminó, sólo se ocultó durante años debido a la presión internacional, y se agravó a partir del Operativo Conjunto Chihuahua (OCCH), señaló la investigadora del Colegio de la Frontera Norte (Colef), Julia Monárrez, luego de los múltiples hallazgos de jovencitas sin vida en el Valle de Juárez.

Pese a que por años han sido las mismas zonas de desapariciones, éstas no se previenen, investigan ni sancionan, lo que refleja una omisión y negligencia por parte de los tres órdenes de gobierno, destacó.

Estas zonas son el Centro y las colonias Chaveña, Bellavista, Plutarco Elías Calles y Vistas de Zaragoza, de acuerdo a un mapeo de las colonias con casos de mujeres desaparecidas en Ciudad Juárez de 1995 al 2011, elaborado por los doctores Luis Cervera y Julia Monárrez, con base a datos del Colef, basados en la Fiscalía General del Estado y medios de comunicación.

“Hay varios elementos que te dicen que esto no se terminó, en el 2001 con el hallazgo de los ocho cadáveres en el Campo Algodonero la presión internacional estaba sobre el Estado mexicano, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos vino y tomó el caso, el Estado mexicano recibió recomendaciones y finalmente una sanción con la sentencia del Campo Algodonero, sin embargo, esto nunca ha terminado”, señaló.

Recordó que en el 2003 se nombró a la comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia en Ciudad Juárez, y en el 2004 se creó la Fiscalía Especializada para la investigación de Homicidios de Mujeres, y “esta presencia del Gobierno federal, con las dos figuras que creó, ocultó el feminicidio en Ciudad Juárez”.

Pero “hay que tomar en cuenta que las víctimas son tanto de Ciudad Juárez, como de otros estados de la república y probablemente de Centroamérica, quizá el que no hayamos tenido noticia de que había mujeres desaparecidas no quiere decir que no hubiese esa serie de asesinatos”, dijo.

Otra razón por la cual nunca ha terminado el feminicidio es porque nunca se ha presentado a los asesinos, de acuerdo a la investigadora, ya que mientras las autoridades encargadas de otorgar justicia no señalen a los responsables queda abierta la posibilidad de que se sigan cometiendo estos homicidios.

Monárrez también destacó el gran aumento en la desaparición de jóvenes a partir del 2008, o sea, a partir de la implementación del OCCH, años en los que toda la ciudadanía quedó inmersa en la violencia, víctima de una serie de delitos como el carjacking, los homicidios y los distintos tipos de robos.

“Junto con el Operativo Conjunto Chihuahua empieza la desaparición en grandes cantidades porque no ha habido justicia desde el primer momento… porque no se le puso un alto y ante la ausencia del estado y el colapso de las investigaciones que se visibilizan junto con el OCCH dieron pie para que estas atrocidades en contra de un segmento de la población juarense se sigan cometiendo”, dijo luego de que de abril del 2011 a la fecha se han encontrado 13 jóvenes sin vida en el Valle de Juárez, todas con reporte de desaparición.

“En 1999, Asma Jahangir, quien era representante de las Naciones Unidas para las Ejecuciones Extrajudiciales, dijo que era el poco valor que les merecían estas jovencitas lo que había propiciado esos altos grados de impunidad y mientras no se hiciera una prevención, una investigación y se sancionara a los responsables esto iba a continuar”, recordó.

Y esto se observa en la ciudad desde 1993, a partir de que las organizaciones no gubernamentales lo hicieron visible. Nueve años después se repite el patrón, siguen ocurriendo las desapariciones y luego los feminicidios, las investigaciones no se dan, y los padres sufren un desgaste físico, emocional y psicológico muy fuerte, al buscar a sus hijas, quienes finalmente les son entregadas sin vida.

“La gran diferencia es que mientras que en otros años se les daban los cadáveres ahora se están ocultando”, señaló.

Lo decepcionante del Estado mexicano, dijo, “es que teniendo una sentencia, como es la del Campo Algodonero que ha sentado precedentes a nivel internacional, no se prevenga, porque no se investigue y no se sancione. Porque esta sentencia habla sobre las desapariciones, estos asesinatos que tienen tortura, mutilación, violencia sexual y también habla sobre familiares de víctimas que fueron menospreciados por las autoridades”.

El perfil sigue siendo el mismo, pero cada vez son mujeres de menor edad, actualmente menores de 17 años, aunque no se cuenta con una cifra exacta sobre el número de jóvenes desaparecidas, ya que el recuento de la doctora Monárrez es de 194, la Red Mesa de Mujeres señala cerca de 200, y la Fiscalía General del Estado habla de 119 de 1993 a febrero del 2012.

Para la investigadora hay dos hipótesis del porqué de estas desapariciones, la primera es que son privadas de su libertad para ser utilizadas dentro de redes de trata de personas, utilizadas en la esclavitud sexual, y la otra es para abusar de ellas sexualmente y luego asesinarlas.

Durante años estas jóvenes han sido desaparecidas de las mismas zonas, las cuales “están perfectamente delimitadas, cómo es posible que a tantos años todavía ocurra lo mismo y no se tenga ninguna evidencia y no se haya procesado a nadie por la desaparición de estas mujeres, esto habla de omisión y negligencia por parte de los tres órdenes de gobierno”, subrayó.

Y es que mientras las autoridades están más preocupadas por la imagen de la ciudad, la integridad de los juarenses continúa en riesgo, concluyó.

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Chihuahua

Yamil Athie Gómez “Justicia clara y transparente”.

 

Entrevistamos a Yamil Athie, quien busca la magistratura civil en el estado de Chihuahua. Esto nos respondió:

¿Qué lo motivó a postularse como candidato a la Magistratura Civil del Estado de Chihuahua?

Me mueve la convicción de que la justicia debe estar al servicio de la sociedad. A lo largo de mi carrera he tenido la oportunidad de ejercer tanto en el ámbito público como en la iniciativa privada, y creo firmemente que puedo aportar una visión equilibrada, con base en el conocimiento técnico y un profundo compromiso con la legalidad y los derechos humanos.

Su formación académica incluye una maestría, varios diplomados y dos doctorados. ¿Cómo influye esa preparación en su visión sobre el Poder Judicial?

Considero que la formación académica no solo enriquece la perspectiva jurídica, sino que también permite actuar con mayor responsabilidad y profundidad en la interpretación del derecho. La preparación continua me ha permitido analizar los casos no solo desde una óptica legal, sino también humana y constitucional.

Ha trabajado tanto en instituciones públicas como en su propio despacho. ¿Qué lecciones le han dejado estas experiencias?

Me han enseñado que la justicia no se limita a los expedientes. En el servicio público se aprende el valor de lo institucional, mientras que en la práctica privada se vive de cerca la preocupación del ciudadano por encontrar respuestas. Esa combinación me ha dado herramientas para entender y atender las distintas caras de la impartición de justicia.

Desde su perspectiva, ¿cuál es uno de los retos principales que enfrenta hoy el sistema judicial en Chihuahua?

Sin duda, fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones. La justicia debe ser accesible, clara y transparente. Para lograrlo, es necesario actuar con imparcialidad, sensibilidad social y apego estricto al marco legal.

Usted también es docente en la Facultad de Derecho de la UACH. ¿Qué papel juegan las nuevas generaciones en el futuro del sistema judicial?

Juegan un papel esencial. Las nuevas generaciones llegan con una visión crítica y con herramientas distintas que debemos aprovechar. Es nuestra responsabilidad acompañarlos en su formación ética y profesional, y abrirles espacios para que su energía y conocimiento se traduzcan en mejoras reales al sistema.

¿Qué aportaría usted como magistrado al Tribunal?

Ofrezco imparcialidad, conocimiento técnico, sensibilidad ante la realidad social y un compromiso total con la legalidad. No busco un cargo, sino una oportunidad de servir a la sociedad con responsabilidad y profesionalismo.

El acceso a la justicia es aún limitado para muchos sectores. ¿Qué acciones considera prioritarias para revertir esa situación?

Creo en la necesidad de simplificar procesos, aprovechar la tecnología para acercar la justicia a más personas, y fortalecer los mecanismos alternativos de solución de conflictos. Además, es fundamental mantener una comunicación clara con la ciudadanía sobre sus derechos.

¿Qué mensaje le daría a la sociedad chihuahuense en este proceso de selección judicial?

Invito a que analicen a fondo el perfil de quienes aspiramos. La magistratura implica un compromiso serio con la verdad, con la justicia y con la ciudadanía. Estoy preparado y dispuesto a asumir esa responsabilidad con honestidad, vocación y respeto absoluto por la ley.

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