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Festeja Fernando Botero su cumpleaños 80 en la Ciudad de México

Bellas Artes está de manteles largos pues es la sede de La exposición «Fernando Botero: Una celebración», que festeja los primeros 80 años de vida del artista colombiano, reconocido en todo el mundo por pintar personajes «pasaditos de peso».

Este jueves se inaugura la magna exposición que significa la retrospectiva más grande que jamás se ha montado sobre la obra de Botero. El estilo único de este artista se caracteriza por explorar el volumen y la sensualidad.

Es la voz del Maestro Fernando Botero:

«Todo ese volúmenes exagerado son un invento italiano, antes la gente no pintaba las cosas sino los símbolos de las cosas. Trato de dibujar de forma que la línea incorpore el espacio es decir que puedo hacer un dibujo volumétrico sin utilizar ninguna sombra. El pintor debe tener la capacidad de que lo que se pinta tenga significado para los demás, pero básicamente el pintor pinta para él mismo…»

La muestra está acompañada de un catálogo que reproduce la totalidad de obras exhibidas y reúne ensayos de Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Jaime Moreno Villarreal, Juan Gustavo Cobo Borda y Lina Botero, así como cinco cuentos escritos e ilustrados por él mismo, una biografía y una selección bibliográfica.
Fernando Botero es uno de los principales protagonistas de la historia del arte universal en la segunda mitad del siglo XX hecho enorgullece a toda América Latina.

La curadora de la exposición es Lina Botero, hija del artista, relató en entrevista en W Radio el significado que tiene para su padre, festejar en México su cumpleaños con esta exposición.

«Es una oportunidad maravillosa que pueda exhibir en México que ha sido un País tan importante para nosotros como familia. Mi padre vino a México por primera vez en 1956, un año – un año y medio. Él era un joven artista, atraído como todo artista latinoamericano en esa época, por el movimiento del muralismo mexicano y por la obra de Diego Rivera y tantos otros que él admiraba mucho.

Lo más importante que sucedió acá en México fue el descubrir que América Latina podía ser un tema digno para el arte. Hasta ese momento los artistas jóvenes volteaban la mirada hacia Europa y los mexicanos fueron los primeros en decir el tema es nuestro. »

La exposición «Fernando Botero: Una celebración» reúne un conjunto de 177 piezas, entre óleos, dibujos, técnica mixta, esculturas en pequeño formato y cinco esculturas monumentales, agrupadas en las siete salas y la explanada del Museo del Palacio de Bellas Artes. Permanecerá abierta hasta el próximo 17 de junio.

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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