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Festeja Tarantino cumpleaños 49 con filme ‘Django unchained’

El creador de películas como “Kill Bill” realizó dicho filme sobre la venganza de un ex-esclavo contra su antiguo amo. El largometraje, comentó al respecto el también actor y productor, surgió de su deseo de hacer un “spaghetti western” en el sur profundo de Estados Unidos.

La historia, que retoma el personaje principal del material dirigido por Sergio Corbucc, gira en torno a un esclavo liberado, “Django”, protagonizado por Jamie Foxx.

Tras ser entrenado por un cazarrecompensas (Christoph Waltz), y realizar algunos trabajos juntos, el protagonista se embarca en la misión de liberar a su esposa, todavía esclavizada por el malvado propietario de una plantación “Calvin Candie” (Leonardo DiCaprio).

En el reparto destacan también Christoph Waltz como “Dr. King Schultz”, Kerry Washington, “Broomhilda”; Samuel L. Jackson, “Stephen”; Kurt Russell, “Ace Woody”; Sacha Baron Cohen, “Scotty”; y Joseph Gordon-Levitt como “Jano”, entre otros reconocidos actores.

Por otro lado, este año se lanzó una colección para los amantes del trabajo de Tarantino. Esta edición incluye en un mismo estuche ocho películas desde la primera, “Reservoir dogs” (1992), hasta “Inglourious Basterds” (2009). Además de un libro de 96 páginas con el título “Quentin Tarantino, una violenta pasión por el cine” de Antonio José Navarro.

Quentin Jerome Tarantino nació el 27 de marzo de 1963 en Knoxville, Tennessee, cuando sus padres Tony, un estudiante de derecho, y Connie, una alumna de enfermería, sólo tenían 21 y 16 años, respectivamente.

Sus padres se divorciaron poco después de la boda y Conni decidió viajar a Los Ángeles, California, con Tarantino, de dos años de edad. En esta ciudad la madre del productor se casó con el músico Curt Zastoupil.

Desde niño e influenciado por su madre, quien trabajó en una industria sanitaria en la que poco a poco escaló puestos hasta convertirse en ejecutiva, Tarantino acudía a menudo al cine y escuchaba rock.

En su infancia, Quentin mostró su inquietud por las actividades artísticas y tuvo pequeños problemas de adaptación entre sus compañeros de clase, pues era un niño bastante solitario e imaginativo.

En su adolescencia abandonó los estudios y comenzó a trabajar como acomodador en un cine porno, tras lo cual, en 1985, consiguió un trabajo en un videoclub, donde acrecentó su cultura cinematográfica y conoció al estudiante de cine Roger Avary y al productor John Langley.

A finales de los años 80, Avary y Tarantino comenzaron a escribir su primer guión conjunto, «True romance», que en 1993 sería adaptado al cine por Tony Scott con el título de «Amor a quemarropa», y Quentin dirigió una comedia inconclusa titulada «My best friend’s birthday», en 1987.

El estreno de «True romance» le dio a Tarantino la oportunidad de entablar amistad con el productor Lawrence Bender, quien lo animó a dirigir «Reservoir dogs» de 1992, cuyo violento estilo cosechó un gran reconocimiento crítico en el Festival de Sudance y se convirtió en un título de culto.

Otras de sus producciones fueron «Pulp fiction», de 1994, por la que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes de ese año y el Oscar a la Mejor Escenografía.

El mismo año, Tarantino realizó un episodio de la serie de televisión «Urgencias» y un año después dirigió un segmento de la película «Four rooms».

El siguiente filme de Tarantino, «Jackie Brown», de 1997, estuvo basado en una novela de Elmore Leonard y contó con Pam Grier en el papel protagónico.

Después trabajó en las dos películas «Kill Bill» y en 2005 colaboró con Robert Rodríguez en algunas escenas de «Sin city».

Como actor, Tarantino ha trabajado en «Reservoir dogs» y «Amor a quemarropa», ambas en 1993; «Somebody to love» y «Pulp fiction», de 1994; «From dusk till dawn», «Desperado», «Sleep with me» y «Four rooms», de 1995, además de «Girl 6» y «Crepúsculo al amanecer» de 1996.

Asimismo, el productor ha sido nominado al Oscar por Mejor Dirección y al Globo de Oro como Mejor Director, ambas por «Pulp fiction», en tanto se llevó el Oscar a Mejor Guión Original por este trabajo.

En 2006 trabajó en «Hostal» (2006), una historia que por su violencia pondría a prueba los nervios del espectador.

El siguiente año produjo al lado de Eli Roth la película «Hostal 2», aunque en palabras del mismo Roth el filme fue un fracaso en taquilla, ya que fue lanzado primeramente en la versión pirata, antes que la película llegara a las salas de cine.

En ese mismo año Tarantino participó como productor y guionista en la película «Grindhouse», donde rindió homenaje a las películas de los años 70 pertenecientes a este particular género de terror, este filme que consta de dos partes una denominada «Planet Terror» y «Death Proof», marcó otro gran acierto en la carrera de Tarantino.

Además, durante 2009 se estrenó la tan esperada «Bastardos sin gloria», proyecto que el cineasta venía acariciando desde la década anterior y que supuso una visión muy particular de la Segunda Guerra Mundial.

En 2011 el cineasta lanzó una nueva versión de su filme «Kill Bill» (2003), la cual tiene una duración de más de cuatro horas, bajo el título de «Kill Bill: The whole bloody affair». Esta producción muestra la historia tal y como Tarantino la ideó en un principio, para lo cual revisó su trabajo de 2003 y añadió material nuevo.

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Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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