El expresidente Enrique Peña Nieto respondió este fin de semana a las acusaciones publicadas por el medio israelí The Marker, que lo señalan como presunto beneficiario de pagos millonarios por contratos del sistema espía Pegasus durante su sexenio (2012-2018).
Según el reportaje, los empresarios israelíes Avishai Neriah y Uri Ansbacher habrían transferido al menos 25 millones de dólares a Peña Nieto a cambio de facilitar contratos con el gobierno mexicano, incluyendo la adquisición del polémico software de espionaje Pegasus, desarrollado por NSO Group.
Desde su cuenta oficial en la red social X, Peña Nieto rechazó categóricamente los señalamientos:
“Lamento encontrarme con notas que, sin el mínimo rigor periodístico, hacen afirmaciones a la ligera y dolosamente. Totalmente falsa la nota sobre supuestas aportaciones.”
Aseguró que la acusación es una «insinuación carente de sustento alguno» y cuestionó el interés detrás de su publicación.
Hasta ahora, ninguna autoridad mexicana ha emitido una postura oficial al respecto, ni se han reportado procesos legales en curso derivados de este nuevo señalamiento.
Pegasus en México: un escándalo persistente
Durante el mandato de Peña Nieto, México fue señalado como uno de los principales usuarios de Pegasus, herramienta que permite intervenir teléfonos móviles sin que la víctima lo sepa. Diversas investigaciones documentaron que periodistas, activistas y opositores políticos fueron objetivos de este espionaje, lo que generó una fuerte condena nacional e internacional.
La denuncia reciente revive el debate sobre el uso indebido del poder y recursos públicos durante gobiernos anteriores, así como la necesidad de esclarecer responsabilidades en torno al uso de tecnologías de vigilancia contra ciudadanos.
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