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¿Fin del mundo en 2020? ¿Cuáles son las 7 plagas de la Biblia en el Apocalipsis?

El 2020 ha sido un año bastante difícil para todos: sismos, plagas y hasta una pandemia han hecho que muchas personas en redes sociales, sumado a las teorías de varios videntes, auguren el fin del mundo en los próximos meses.

Muchos creen que las 7 plagas de la biblia, que aparecen en el Apocalipsis, son lo mismo que las 10 plagas que atacaron a Egipto en el Éxodo, sin embargo, se trata de dos hechos totalmente diferentes siempre con la misma finalidad: acabar con un mundo pecador.

Las 7 plagas contemplan la ira de Dios, según expertos religiosos con datos obtenido de la biblia: “Entonces oí desde el templo una voz que decía a los 7 ángeles ‘ir y derramar a la tierra las 7 copas de la ira de Dios’”.

Estas son las 7 plagas del apocalipsis

Primera plaga

Después de derramar la primera copa, que según Albert Barnes en sus Notas de la Biblia se refiere a un tazón de veneno, una “úlcera maligna y pestilente” atacó a los hombres que adoraban la “marca de la bestia”, o sea que estaban en contra de Dios y no seguían las reglas impuestas por la religión.

Miles de años después, muchos han comparado esta primera copa con la pandemia que se está viviendo a nivel mundial: el coronavirus; situación que pone a fieles e ilusos a preguntarse si el fin está cerca.

Segunda plaga

En el versículo 3 de la biblia se dice que la segunda copa, o sea la segunda plaga, será para el mar, el cual se convertirá en sangre y hará que toda la vida en él muera.

Tercera plaga

El tercer ángel derramará su copa, o sea el veneno, en los ríos y las fuentes de agua se convertirán en sangre.

Cuarta plaga

“La cuarta copa hará que el sol se caliente tanto como para “quemar a los hombres con fuego”, se lee en el versículo 8 del apocalipsis en la Biblia.

A pesar de que la segunda y la tercera plaga “no se han vuelto realidad”, muchos aseguran que la cuarta sí. Esto debido a las altas temperaturas que se han registrado en los últimos años a nivel mundial, temperaturas que no se habían registrado en la historia y que han dejado varias víctimas mortales.

Quinta plaga

“Este castigo traerá oscuridad, dolores y llagas”, se lee en el versículo 10 y 11 del apocalipsis.

Sexta plaga

Oscuridad, dolores y llagas llegarán a la tierra después de que el sexto ángel derramó su copa.

Séptima plaga

La última plaga del apocalipsis anuncia relámpagos, truenos y un terremoto tan grande, “ cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra”.

Datos interesantes sobre las 7 plagas del apocalipsis

Según intérpretes de la biblia, hay algunos datos en el apocalipsis que tienen relación con la primera “dotación” de plagas que mandó Dios en el libro de Éxodo. Durante los castigos se podía escuchar al pueblo fiel cantando “el cántico de Moisés”, una canción compuesta después de que Dios mandó las 10 plagas al pueblo egipcio para que paguen por sus pecados.

Otro de los datos importantes por destacar es que algunas de las plagas tienen similitudes con las siete trompetas, pero con mayor intensidad.

Analistas también aseguran que Dios no castigaba en la Biblia por un “malo” si no para animar a los seres humanos a seguir el “buen camino”.

Para muchos intérpretes de la biblia, las plagas que se muestran en este sagrado libro no son más que señales de la naturaleza para que los ciudadanos de una ciudad o del mundo hagan un cambio de conciencia sobre cómo están viviendo, sin embargo, para otros significa el fin del mundo o el fin de una era.

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Acapulco lucha por sobrevivir. Por Itali Heide

Imágenes: Manuel Villavicencio

Antes incluso de verlo, Acapulco se huele. El olor de la basura acumulada durante semanas en las calles, la humedad de toneladas de lodo, árboles y hojas cubriendo portones, e incluso el olor a muerte persiste en el aire. Sobre el SEMEFO, buitres vuelan en una coreografía coordinada que señala que la muerte es mucho más frecuente que las cifras oficiales.

Itali Heide

Itali Heide

Al adentrarse en las devastadas calles de Acapulco, uno podría pensar que ha sido transportado a una zona de guerra. Ni una sola casa o edificio ha quedado indemne, con cristales esparcidos por todos los patios y líneas de agua de dos metros de altura en hogares que sirven de recordatorio del horror por el que pasaron los guerrerenses.

Aunque la pérdida material es devastadoramente triste, la angustia llega cuando se escuchan las historias de los sobrevivientes. Doña Francisca ha vivido en el poblado de Yetla toda su vida. De pie en la puerta de su casa, mirando hacia atrás, hacia el lugar que una vez conoció como un hogar seguro, recuerda la noche que la vio pedir por su vida. «No pude hacer nada», dice con las mejillas llenas de lágrimas, «el viento era tan fuerte que me agarré a la cama rezando que no me llevara el viento».

¿Quién iba a pensar que de un día para otro toda una región podía desaparecer del mapa? Es como si alguien hubiera hubiera arrastrado su dedo pulgar por el paisaje, sin dejar ni una sola palmera recta, mientras la mayoría yacía en el suelo como el destino le había deparado. La gente sufrió enormemente, y algunos pasaron 20 horas en sus casas con el agua hasta el pecho, sosteniendo a sus hijos y suplicando por una salida.

Nos gusta pensar que lo peor ya ha pasado. ¿Qué puede haber peor que vientos de 300 km/h? Por desgracia, el verdadero peligro está aún por llegar. Medical IMPACT llevó una brigada médica a Acapulco esta semana, apoyando a los supervivientes con consultas médicas gratuitas, medicación y apoyo emocional. Tras atender a más de 300 pacientes, salieron a la luz los verdaderos riesgos: habrá más muertes tras el huracán que por la tormenta en sí.

En las colonias Alborada Cardenista, Yetla y Ejido Viejo, cientos de guerrerenses se presentaron con lesiones, enfermedades y riesgos que ponen en peligro su vida y su salud. Viviendo sin agua potable, comida, electricidad o incluso higiene básica, no es de extrañar que la enfermedad esté por todas partes. Bebés con la cara llena de granos debido al agua sucia, niños con heridas infectadas con riesgo de septicemia, estómagos doloridos y resfriados por las horas pasadas en el agua están por todas partes.

Quienes ya lidiaban con alguna enfermedad, ahora sufren más. Decenas de pacientes diabéticos a los que Medical IMPACT atendió se han quedado sin insulina ni medicación vital, mientras yacían en sus casas esperando a que llegara la ayuda o a que les sobreviniera un coma diabético. Incluso si pudieran encontrar insulina, no hay forma de almacenarla: debe conservarse a baja temperatura, y sin electricidad, guardarla en el refrigerador no es posible.

Es devastador pasear por calles que antes estaban llenas de vida y ver a la gente limpiar minuciosamente sus casas mientras intentan recordar cómo era tener una vida normal. Sin embargo, sirve como testimonio de la voluntad que tienen los guerrerenses para seguir adelante. En los poblados olvidados y abandonados por el gobierno y otros grupos de apoyo, las comunidades se reúnen en zonas comunes y se ayudan mutuamente.

Las doñas montan mesas para hacer taquitos de requesón y frijol, los hombres llevan palas de casa en casa sacando el barro y la basura, los niños ríen y juegan, perros amistosos buscan caricias y se juntan recursos para apoyarse mutuamente. Incluso en las ruinas, la tragedia parece sacar lo mejor de la gente (aunque en algunos casos, también lo peor).

Acapulco está lejos de recuperarse. Llevará años reconstruir la ciudad y los pueblos circundantes, pero la verdadera prueba es mantener a la gente segura, alimentada, hidratada y sana. Mientras nos adentramos en aguas desconocidas, es responsabilidad del gobierno, la sociedad civil y la comunidad mundial seguir apoyando a quienes lo perdieron todo y pueden perder más, incluso su vida.

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