El periodista Caleb Ordóñez pregunta ¿Qué sería de una comunidad sin periodistas? En México es una profesión de alto riesgo. Que “el año de Ricardo Flores Magón” honre a todos y cada uno de los periodistas mexicanos en peligro constante.

Caleb Ordóñez Talavera
Las heridas ancestrales y las injusticias lacerantes, hacían que un puñado de ideólogos y estudiosos decidiera participar en la revuelta de la revolución mexicana, que ocurrió de 1910 a 1917.
Aunque algunos pensarían que se trató de una gesta bárbara entre “los pobres” contra el gobierno de Porfirio Díaz, iba mucho más allá: Había un sentimiento de nación y justicia social que tenía mentes detrás: Existían los conservadores, quienes apoyaban ferozmente a Díaz y otros grupos que estaban completamente en contra del oaxaqueño.
A pesar de que los contrarios al régimen, tenían múltiples formas de pensar el futuro para el país, decidieron unirse a fin de derrocar –como luego lo lograrían- al llamado “dictador”.
Aunque dicen que “la historia la escriben los vencedores”, el tema de Ricardo Flores Magón, es verdaderamente sorprendente bajo cualquier óptica del espectro político.
Nacido en Oaxaca, pero estudiado en escuelas de la Ciudad de México, Flores Magón arrancaría su lucha anti reeleccionista a la edad de 15 años, uniéndose al movimiento “obrero estudiantil”. A los 19 años ya se encontraba preso por primera vez, cuando a viva voz los inexpertos muchachos salían a gritar a las calles consignas contra el entonces presidente.
Así que el plan de Ricardo fue muy diferente: Era importante llegar a las masas de forma más inteligente y asertiva. Para ello, decidió emprender un periódico, llamado “El demócrata” y entonces el periodismo mexicano sufrió supropia revolución, buscando respirar hacia la libertad de expresión que tanto atacaba Díaz.