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FRONTERA NORTE … Por Jaime A. Fong R.

Hola amigos y amigas con el agrado de saludarlos por este medio les voy a platicar sobre la difícil situación que se vive en los cruces fronterizos con nuestro país del norte para todos los mexicanos que regularmente acudimos allá.

El día de ayer en San Lázaro los diputados integrantes de la Comisión de Asuntos de la Frontera Norte, presentaron un punto de acuerdo para exhortar a la Secretaria de Relaciones Exteriores a solicitar al Gobierno de los Estados Unidos para que destine mayor número de elementos en todas las garitas de cruce en la frontera norte del país.

Cruces Fronterizos.borderUSA-MEX1

¿Saben cuántos cruces fronterizos tenemos entre los dos países? Increíble el dato que nos dieron durante la sesión de ayer, 28 garitas americanas y mexicanas existen en los más de 3,200 kilómetros de frontera que compartimos.

Según estudios del Consejo Coordinador Empresarial de Tijuana tan sólo el cruce anual por la garita de San Ysidro es de 13 millones 672 mil 329 automóviles, mientras que el número de pasajeros que se trasladan en dichas unidades ascienden a 34 millones 180 mil personas, demorando alrededor de 45 minutos en el cruce.

Por otro lado del país, en la frontera de Nuevo Laredo con Laredo Texas, las filas llegan a durar hasta 2 horas para el cruce de vehículos particulares y comerciales, no se diga en los días festivos que pueden llegar a tardar hasta 5 horas solo para cruzar.

Que se pidió.

Debido a un recorte dentro del presupuesto federal de la Agencia de Administración, Seguridad y Transporte de los Estados Unidos de más de 85 mil millones de dólares para el 2013 el número de agentes aduanales y oficiales podría llegar a sufrir un recorte de casi 10,500 elementos.

Se espera que dicha agencia pueda tomar conciencia de la problemática que representa para todos los mexicanos que acudimos regularmente al país vecino ya sea de placer o de negocios, el hecho de perder tanto tiempo en los cruces aduanales.

De igual forma las pérdidas económicas que sufrirá el sector agropecuario tratándose de exportaciones de alimentos y animales ya que costaría grandes cantidades de dinero el tener esperando dicho transporte en la frontera.

Finalmente.

Los diputados integrantes de la comisión abordaron el tema de la lentitud en los cruces fronterizos del Norte del País y acordaron la realización de un proyecto legislativo que establezca la necesidad de dar celeridad a los mismos, mediante acuerdos binacionales.

¿Alguien de ustedes ha sufrido de las filas interminables durante el cruce? – Creo que todos.

 

Al tiempo, tiempo.

Los disidentes  ya se alinearon – 

Nos leemos la próxima semana.

 

Twitter: @jafongjaime fong

Jaime Agustín Fong Ríos, es originario de Ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua, egresado de la Licenciatura en Derecho por la Universidad Autónoma de Chihuahua, ha trabajado como asesor de comisiones legislativas en el Congreso del Estado de Chihuahua y actualmente labora en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

 

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Opinión

El cerebro mexicano que ganó el Mundial de Clubes. Por Caleb Ordoñez T.

Hay mexicanos que no salen en portadas. No firman autógrafos en estadios llenos ni celebran goles frente a miles de gargantas encendidas. Son aquellos que, silenciosos, se cuelan en la élite mundial, con una maleta repleta de sueños, talento, y algo más poderoso: el ADN del campeón mexicano.

Uno de ellos es Bernardo Cueva, un tapatío que jamás fue futbolista profesional, pero que hoy diseña jugadas para el Chelsea FC, el actual campeón del Mundial de Clubes, que este fin de semana aplastó 3-0 al PSG de Francia con autoridad y sin titubeos. Su historia podría parecer improbable, pero más bien es un recordatorio de que la grandeza mexicana no siempre grita… a veces susurra entre pizarras, análisis y esquemas tácticos.

Cueva comenzó en Chivas como analista. Fue clave para que el Rebaño ganara la Concachampions en 2018. Luego dio el salto a Europa, al Brentford inglés, donde transformó las jugadas a balón parado en goles quirúrgicos. Y cuando el Chelsea —un gigante europeo— buscaba a alguien que elevara su estrategia fija, pagó más de un millón de libras para llevárselo. ¿Un mexicano sin pasado de cancha, sin apellidos pesados? Sí. Pero con un talento que no se puede ignorar.

Y es que a veces, el campeón no está en la cancha. Está en el cerebro.

ADN de campeón

En un país obsesionado con los reflectores, solemos ignorar a los que van por la sombra. Pero el éxito no siempre viene vestido de short. Hay mexicanos escribiendo códigos en Silicon Valley, dirigiendo orquestas en Viena o diseñando jugadas que hacen campeón al Chelsea.

¿Qué tienen en común? Que comparten una esencia que no aparece en las estadísticas: la terquedad del mexicano que no se rinde. Que trabaja doble para que no lo llamen “suerte”, que estudia más para que no le digan “improvisado”, que se queda más tarde para no parecer “exótico”.

Como dijo alguna vez Julio César Chávez: “Yo no era el más talentoso… pero sí el que más huevos tenía”. Y eso, querido lector, es el mismo combustible que impulsa a los Cueva, a los Checo, a los Sor Juana modernos que dominan desde el backstage.

Mientras unos se conforman con el “no se puede”, otros agarran un boleto de avión, una computadora y un sueño. Cueva no tuvo padrinos, pero sí convicción. No tuvo prensa, pero sí método. Hoy, es parte fundamental del equipo que se coronó campeón mundial este fin de semana en Nueva York, tras derrotar sin piedad al Paris Saint-Germain con goles de Cole Palmer y una exhibición táctica impecable.

¿Te imaginas lo que podríamos lograr si México dejara de mirar solo al delantero y también al cerebro que diseñó el gol? Si en lugar de exportar solo piernas, exportáramos mentes. Si entendiéramos que el campeón mexicano no es solo el que levanta la copa, sino también el que la hace posible. Y ahí está Cueva con su bandera en los hombros, orgulloso; feliz.

El legado sí importa.

Tal vez no sepas quién es Bernardo Cueva. Pero la próxima vez que veas un gol del Chelsea tras un tiro de esquina quirúrgico, ahí estará su firma. Discreta, inteligente, eficaz.

Porque así son muchos mexicanos: campeones anónimos que llevan en las venas esa mezcla de talento, coraje y hambre que no se enseña, se hereda.

Y cuando el mundo los voltea a ver, no es por casualidad.

Es porque, en el fondo, nadie puede ignorar a un mexicano cuando decide soñar hasta lo más grande; viene en nuestra sangre.

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