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Hallaron muerto a Mark Salling, una de las estrellas de la serie «Glee»

Uno de los actores de Glee, Mark Salling, quien se declaró culpable de posesión de cargos de pornografía infantil, fue hallado muerto este martes. Se sospecha de un aparente suicidio.

De acuerdo con TMZ, el cuerpo del actor fue encontrado cerca de un arroyo en Sunland, Los Ángeles, cerca de donde residía. Los primeros reportes indican que apareció ahorcado. Tenía 35 años.
La familia del actor confirmó su muerte en un comunicado. «Podemos confirmar que Mark Salling falleció temprano esta mañana», dijo su familia a The Blast.

«Mark era una persona amable y cariñosa, una persona que estaba haciendo todo lo posible para compensar algunos de sus graves errores», añadieron.

Salling estaba esperando la sentencia después de declararse culpable de posesión de pornografía infantil. La Justicia le encontró más 50.000 imágenes de menores de edad.

La sentencia se esperaba para marzo y se estimaba que sería condenado a entre cuatro y siete años de cárcel y hasta 20 años de libertad vigilada como parte de un acuerdo.

Salling saltó a la fama interpretando a Noah «Puck» Puckerman en la comedia musical Glee de FOX. Apareció por primera vez en 2008 y fue habitual hasta la temporada cinco.

El actor de Texas ya había intentado quitarse la vida en agosto pasado, cuando se cortó ambas muñecas. Fue llevado al hospital después de que los paramédicos lo trataran en su casa de Los Ángeles. Tras ser dado de alta, fue atendido por problemas psicológicos.

La muerte de Salling se produce casi cinco años después de que los fans y el elenco de Glee se despidieran de Cory Monteith, el protagonista del show que falleció por una sobredosis.

Agencias

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La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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