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Hombres arrancan el corazón de un preso sentenciado por violación en cárcel de Brasil

Alex Sandro, un hombre privado de la libertad en Brasil, fue asesinado, además de le arrancaron el corazón y le cortaron el pene, informaron policías y medios de comunicación locales.

El hombre de 30 años estaba cumpliendo una condena en la Penitenciaria Estatal de Cruzeiro do Oeste, en el estado Brasileño de Paraná, por violar a su hijastra de cinco años. Ahí, tres de sus compañeros de celda lo asesinaron el 18 de agosto.

Los guardias de la penitenciaria lo encontraron muerto en el suelo de su celda con el corazón arrancado y el pene dentro de su boca.

De acuerdo con la policía brasileña, el arma utilizada para matar al hombre fue un cepillo de dientes que había sido afilado hasta convertirlo en un puñal, con el que también le arrancaron el corazón y colocaron el órgano en un recipiente de plástico.

“En la celda del PECO, uno de los reclusos dio el primer golpe contra el cuello de la víctima, provocó una hemorragia y se dio cuenta de que posiblemente había matado a la víctima. Después de esto, colocó a la víctima en una cama y comenzó a realizar algunos cortes con el objetivo de extraer el corazón y también le extrajo el pene, colocándolo en la boca de la víctima. Según el preso, oyó voces que le indicaban cómo debía proceder y por dónde cortar”, dijo Izaías Cordeiro de Lima, responsable de la investigación, que sigue en curso.

Brasil registró en 2018 su mayor índice de mujeres víctimas de violación sexual, con 60 mil 041 casos en el año, lo que representa 180 ataques sexuales por día, según datos del Foro Brasileño de Seguridad de Pública, publicados en 2019 y en el que se registró que el 54 por ciento de las víctimas eran menores de trece años y el 82 por ciento del sexo femenino.

Sin embargo, Luciana Temer, directora de la ONG Instituto Liberta, dijo en entrevista con EFE en agosto de 2020 que los datos, basados en cifras oficiales de hospitales y comisarías especializadas de Policía, reflejan cifras “infinitamente menores” porque “la realidad es mucho peor”, y puso como ejemplo que la estadística es liderada por las regiones sur y sudeste (60 por ciento), las más desarrolladas del país.

“Hay un número alto de subnotificación. Es obvio que en las regiones norte, nordeste (las más pobres) y centro-Oeste el número es mucho mayor. Existe menos notificación porque muchas veces la mayoría de casos (72 por ciento) ocurre dentro de casa”, apuntó la jurista, quien es una de las hijas del expresidente Michel Temer (2016-2018).

Fuente: Sin Embargo

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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