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Identifican a otro normalista; Christian fue desaparecido en Iguala

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Luego de que el Instituto de Genética de la Universidad de Innsbruck analizó seis piezas óseas encontradas en 2019, en la Barranca de la Carnicería, se determinó que corresponden a Christian Alfonso Rodríguez Telumbre.

Otro normalista de Ayotzinapa, de los 43 que desaparecieron hace casi seis años en Iguala, fue identificado mediante el análisis de restos óseos.

Se trata de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, de 19 años. Su muerte, junto con la de Alexander Mora Venancio y la de Jhosivani Guerrero de la Cruz, son las únicas tres de este caso que han sido confirmadas.

Omar Gómez Trejo, fiscal del caso Ayotzinapa, informó ayer que el Instituto de Genética de la Universidad de Innsbruck, en Austria, analizó seis piezas óseas halladas en noviembre de 2019 en la Barranca de la Carnicería, un ejido de Cocula. El estudio determinó que uno de esos restos pertenece a Christian.

Desde el 14 de diciembre de 2014, dicha barranca se perfiló como uno de los sitios de destino de los normalistas, pues policías comunitarios de Guerrero descubrieron restos de una hoguera donde se quemaron cuerpos. La información fue entregada a la extinta PGR, pero no se investigó entonces.

“(Christian) no fue tirado ni encontrado en el basurero de Cocula ni en el río San Juan, tal y conforme a la versión que, pública y judicialmente, sostuvo la anterior administración”, destacó el funcionario federal.

Excélsior dio a conocer ayer que las investigaciones de la FGR sobre este caso apuntan a que ninguno de los 43 normalistas de Ayotzinapa fue llevado, ejecutado o calcinado en el basurero de Cocula.

En tanto, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, adelantó que en cuanto se reabran las operaciones aéreas en el mundo se enviarán nuevos restos a Innsbruck, para que se les realicen análisis genéticos.

CHRISTIAN ALFONSO RODRÍGUEZ TELUMBRE

Alumno de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, ubicada en Ayotzinapa, Guerrero.

Tenía 19 años al momento de su desaparición.
El joven era conocido entre sus compañeros de escuela como un exponente de bailes folclóricos, actividad que practicaba en un salón de la Casa de Cultura de Tixtla.
Restos de una de sus piernas, localizados en noviembre de 2019 en el ejido Barranca de la Carnicería, fueron analizados genéticamente en la Universidad de Innsbruck.
Identifican a un normalista más de Ayotzinapa

El fragmento óseo de una de sus piernas fue localizado en noviembre de 2019 a 800 metros del basurero de Cocula y la Universidad de Innsbruck lo analizó; desde 2014,
la PGR fue informada sobre una hoguera y restos humanos en la Barranca de la Carnicería.

El Instituto de Genética de la Universidad de Innsbruck analizó seis piezas óseas encontradas —en noviembre de 2019— en la Barranca de la Carnicería, un ejido de Cocula; el análisis genético determinó que uno de esos restos pertenece a Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 normalistas desaparecidos hace casi seis años en Iguala, Guerrero.

Omar Gómez Trejo, titular de la Unidad Especializada en Investigación y Litigación del Caso Ayotzinapa (UEILCA) de la Fiscalía General de la República (FGR), hizo público ayer el hallazgo.

Con la identificación de Rodríguez Telumbre ya son tres de los 43 normalistas que científicamente han muerto y fueron reconocidos por la misma institución de Viena, Austria. Los otros dos son Alexander Mora Venancio y Jhosivani Guerrero de la Cruz, aunque Gómez Trejo no los mencionó.

Desde el 14 de diciembre de 2014, la Barranca de la Carnicería se perfiló como uno de los sitios de destino de los normalistas. Ese día, 68 días después de la desaparición de los estudiantes, policías comunitarios de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) descubrieron restos de una hoguera donde quemaron cuerpos humanos.

Según la UPOEG, la información fue entregada a la desaparecida PGR.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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