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Policiaca

Imponen 15 años de prisión a sujeto que golpeaba a su hijo

Una sentencia de 15 años de prisión fue obtenida por una Agente del Ministerio Público de la Fiscalía de Distrito Zona Centro, tras acreditar la autoría de Adán C. G. en los delitos de violencia familiar y lesiones calificadas en perjuicio de su hijo de cinco años.

Las indagatorias ministeriales determinaron que, desde mayo de 2016, el sujeto ejercía actos abusivos de poder de manera física y psicológica en contra de la víctima; el 07 de enero de 2017, el individuo lo golpeó en el ojo y pómulo izquierdo, ocasionándole una herida que le dejó una cicatriz visible y permanente.

Posteriormente, el 08 de marzo de ese mismo año, Adán C. G., golpeó de nuevo al menor, generándole inflamación en el labio y encía superior, así como la inmovilidad y fractura en el incisivo superior derecho.

La Unidad Especializada en Investigación de Delitos Sexuales y/o Contra la Familia realizó las indagatorias pertinentes sobre el hecho, así como las diversas diligencias en las instancias correspondientes, recopilando todo medio de prueba.

En agosto de 2017, a través la presentación de periciales médicas, psicológicas y un trabajo de gabinete, la agente del Ministerio Público formuló cargos ante un Juez, en contra de Adán C. G. y sustentó los actos abusivos efectuados por el sujeto en perjuicio del infante, delito por el cual se le dictó un auto de vinculación a proceso y la medida cautelar de no acercarse al menor.

Al término de un Juicio Oral, la Fiscalía de Distrito Zona Centro acreditó la autoría del sujeto y obtuvo una sentencia de 15 años y cuatro meses de prisión, por los delitos de lesiones calificadas y violencia familiar.

El menor se encuentra bajo la custodia del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), donde se le proporcionan los cuidados necesarios para su cabal crecimiento y bienestar.

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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