En medio de la pandemia de coronavirus la familia de Ángel “N”, un hombre que murió por COVID-19 en Coatzacoalcos, Veracruz, ha quedado con la incertidumbre por no poder llorar el cuerpo de su ser querido, pues el pasado fin de semana el IMSS entregó sus restos a personas que no eran sus familiares.
Esto se dio a conocer después del reclamo por parte de Dulce María, esposa de Ángel, quien declaró que le querían entregar un cadáver que no correspondía al de su marido. Tiempo después de que se diera a conocer esta polémica, personal del Hospital General de Zona 36 del IMSS reconoció que había habido “una errónea identificación de cuerpos”.
“Falleció el sábado en la mañana, y pues le dije a la funeraria que si podían recogerlo, pero me dijeron que sería hasta el lunes, porque ellos no trabajan el fin de semana. Fuimos como a las once de la mañana y me dijeron que no sabían dónde estaba, y mire que ahora y no sé nada de mi esposo”, narró entre lágrima la señora Dulce a un medio local.
Tras estos hechos, la mujer denunció ante la prensa su desesperación, debido a que el cuerpo de su esposo no aparecía. Me dicen que ahí está pero no es cierto, porque las dos veces que he entrado me doy cuenta que no es él”, explicó.
El instituto ofreció sus disculpas a la mujer y por medio del documento informativo apuntó que “las autoridades del IMSS en Veracruz Sur realizan trabajos de mediación con las familias involucradas, a fin de llevar a buen término el intercambio de los restos fúnebres”.
Después de estos problemas, a inicios de semana, la dependencia de salud dio a conocer que la familia del otro fallecido ya había reconocido el cuerpo de su ser querido, sin embargo, Dulce María ya no tendrá la oportunidad de ver a su esposo, pues únicamente recibirá sus cenizas. Ante esto, según información de Milenio, presentará una denuncia por negligencia.
De acuerdo con el conteo de las autoridades estatales hasta la tarde del 7 de julio, en Veracruz se han registrado 12,343 personas infectadas por la COVID-19. De ese total, el número de fallecidos ya llegó hasta los 1,838 y la mayor parte de la entidad se mantiene en el semáforo rojo de alerta máxima de contagios.
Cabe mencionar que este tipo de equivocaciones no son exclusivas de un solo hospital o estado y es que ante el alto número de cuerpos que las autoridades sanitarias ha tenido que entregar durante la emergencia sanitaria, la confusión es algo que no se ha podido evitar por completo.
Un caso reciente fue el de la familia de Mario G, en el municipio sinaloense de Navolato, pues ellos enterraron un cuerpo a inicios del mes de junio sin tener total certeza de que fuera él en realidad.
Y es que de acuerdo con los dolientes, tras el fallecimiento de Mario, las autoridades extendieron un documento que el hijo firmó sin leer, donde aceptaba haber reconocido el cadáver de su padre, aunque en realidad nunca le habían permitido comprobar que se trataba de él.
“Lo queríamos reconocer. No nos lo dejaron ver… Se metió a la carroza y no supimos si era o no. Lo que nos dijeron era que iba empaquetado en dos bolsas negras, el nombre y es todo”, explicó la esposa.
“No sé a qué persona enterré”: el IMSS le informó que su esposo estaba vivo, un día después de haber sepultado el cuerpo que le entregaron.
Agencias