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Opinión

Inesperados ataques priistas contra el antorchismo Por Aquiles Córdova Morán

En las últimas semanas, paralelamente a la contienda electoral, se multiplican e intensifican también los ataques verbales y los desencuentros en torno a las demandas del antorchismo en distintos puntos del país, surgidos todos en oficinas de funcionarios y en cenáculos políticos de clara filiación priista. Paso a reseñar brevemente los más graves.

1.- En Veracruz se ha desencadenado una serie de “accidentes de tránsito” que, por su alta frecuencia, por la similitud del modus operandi y por las circunstancias concretas en que se han producido, no pueden explicarse por el azar, por la pura casualidad. Para descartar cualquier duda, hemos contratado a un perito independiente cuya opinión es que, en una escala de uno a cien, la probabilidad de que se trate de simples coincidencias es menor al 10%. Los “accidentes” han causado un serio daño económico al antorchismo veracruzano, pero, más allá de eso, han causado graves daños físicos y morales a las víctimas. Dos han sido los más devastadores. En el primero hubo cinco lesionados graves, entre ellos la maestra Silvia Bonilla, tesorera estatal, quien estuvo al borde de la muerte por perforación de colon y el consiguiente derrame de materia fecal. El segundo fue la feroz embestida contra un autobús de estudiantes que trató de sembrar el pánico y la muerte entre ellos, para responsabilizar después a los líderes antorchistas. Al mismo tiempo, a manera de pinza, la ejecución de compromisos firmados (y varias veces refrendados) con los funcionarios del gobierno veracruzano, se aplaza una y otra vez con variados pretextos. Dicho llanamente: hay una clara intención de no cumplir la palabra empeñada.

2.- Algo similar ocurre en Hidalgo. También aquí el antorchismo ha cumplido disciplinadamente con todos los requisitos de la tramitología, incluso con las ceremonias y genuflexiones de rigor, para conseguir la aprobación de obras de innegable beneficio colectivo para los más desfavorecidos de Hidalgo, y la firma de la minuta de acuerdos correspondiente. No sólo eso; ha aguantado a pie firme más de un año sin una sola obra de importancia y sin llevar a cabo ninguna protesta pública significativa, aceptando el argumento de que el gobierno actual acaba de tomar las riendas y necesita tiempo para conocer los problemas y los recursos con que cuenta. Y nada. Tampoco aquí, a pesar de la firma estampada, se respeta la palabra empeñada. Primero recurrieron a las consabidas “disculpas” y los aplazamientos en corto, pero, agotado este truco y ante la firme insistencia de los solicitantes burlados, salió el peine: se ejecutarán “sólo” poquísimas obras, y de las más baratas; las demás “las iremos viendo en el transcurso del año”. O sea, ¡nada!

3.- Ahora lo que ocurre en el distrito electoral 16, con cabecera en Ajalpan, Puebla. Después de muchos trasiegos, negativas veladas y cambios repentinos de ubicación, finalmente se decidió otorgar la candidatura priista a la diputación federal al antorchista Lisandro Campos Córdova, ex diputado federal y ex presidente municipal de Tepexi de Rodríguez, cargo en el que demostró sobradamente su honradez, su laboriosidad y su capacidad de realización con una ingente obra de gobierno como jamás la habían conocido lo tepexanos. Quedó probada, además, su habilidad y buen tino para evitar roces innecesarios con los poderes fácticos, que pudieran entorpecer su labor y poner en riesgo la tranquilidad pública. Trabajo, respeto, atención y buen trato para todos, fue la divisa de su Ayuntamiento. Y sucede que, apenas conocida su precandidatura, saltan a la palestra tres “destacados priistas” encabezados por un caciquillo local de apellido Zanetta, para colmar de injurias soeces y calumnias absurdas al precandidato, y para hacer pública su decisión de no sólo no apoyarlo, sino de dedicar todo su tiempo, recursos y relaciones a bloquear su campaña llamando a la gente a no votar por él y a no permitirle la entrada a sus pueblos. No discuto el derecho de esos señores (cuyo verdadero móvil es el despecho por no haber sido alguno de ellos el elegido) a votar por quien se les pegue la gana; lo discutible y peligroso es el lodo gratuito que arrojan sobre la única organización priista  capaz de entregar, uno por uno, los votos prometidos a los candidatos del priismo nacional, incluido el candidato a la Presidencia de la República. ¿No se dan cuenta, acaso, que debilitar a Antorcha es debilitar la posibilidad de triunfo de los candidatos priistas? ¿O es eso justamente lo que buscan?

4.- Finalmente, lo que sucede en el Estado de México. Aquí, desdeñando la buena voluntad y colaboración del antorchismo en la tarea de acomodar las piezas a satisfacción de todas las partes; echando por la borda el inmerecido trajín que soportó y el trabajoso arreglo a que finalmente se sometió, sigue maltratándose y humillando a uno de los precandidatos más limpios e inteligentes de todo el oriente mexiquense (y quizá de todo el Estado), el Dr. Brasil Acosta Peña, a quien se trata de sacar del juego a como dé lugar. Y más grave, quizá, es el trato que se está infligiendo a la actual diputada federal, Maricela Serrano Hernández, ante el solo anuncio de su interés por la Presidencia Municipal de Ixtapaluca. Haciendo a un lado su derecho ciudadano, legal y moral (la respaldan muchos años de fructífera labor al servicio de su gente, cosa que no ocurre con ningún otro precandidato), las mafias de la zona le han echado encima todo el lodo, la infamia y la vileza de que son capaces: desde vulgares majaderías sobre su vida familiar, hasta la ridícula pretensión de involucrarla en el asesinato de un viejo líder cetemista con el que ella jamás tuvo nada que ver. Todo con tal de anularla, aunque se lleven entre las pezuñas al priismo en su conjunto. Ixtapaluca está convertida en un herradero, como suele decirse, a ciencia y a paciencia del PRI y del gobierno del Estado.

La pregunta es inevitable: ¿Qué hay detrás de los ataques? ¿Cuáles son las causas que los motivan o explican? Hay quien nos ha dicho que todo obedece a mezquinos intereses locales, sin la grandeza necesaria para ver el interés del conjunto. Hay quienes opinan que muchos gobernadores no desean el triunfo nacional del PRI porque ven en ello el fin de su poder absoluto, y que por eso tratan de frustrarlo. Finalmente, están los que aseguran que la culpa es de nuestra terca política de principios que nos ha llevado a una fidelidad y a un apoyo incondicional a la política priista, en vez de vender pragmáticamente caro nuestro apoyo. Así, argumentan, funcionarios, gobernadores y mafias políticas están seguros de que, los traten como los traten, su voto estará siempre asegurado. Sea cual sea la verdad, yo afirmo que todos cometen un grave error de cálculo, porque la firmeza y la lealtad incondicionales sólo obligan a la dirigencia, pero de ningún modo a la masa entera de los antorchistas. Ésta, como la del PRI, como la de cualquier otro partido, no es un autómata que se moverá sin más a la voz del dirigente. Por el contrario, si no tiene motivos propios, vividos y sentidos por ella misma, para acudir con entusiasmo y unidad férrea a las urnas, no lo hará, o lo hará para aplicar el voto de castigo. Los líderes antorchistas necesitan, por eso, argumentos ciertos, contundentes, contantes y sonantes para convencer y entusiasmar a su gente; pero, si en vez de eso sólo hay hostilidad, engaños y golpes bajos, ni ellos ni nadie podrán garantizar los resultados. ¿Habrá quien entienda esto y tenga la fuerza y el poder para corregir el rumbo? El tiempo lo dirá.

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León XIV: Entre Herencia y Esperanza. Por Caleb Ordoñez Talavera

El pasado 8 de mayo de 2025, la Plaza de San Pedro volvió a rugir con fuerza: un nuevo Papa, un nuevo nombre, y un nuevo horizonte para la Iglesia Católica. Robert Francis Prevost, estadounidense con alma latinoamericana, elegido como León XIV, asumió el timón de una institución milenaria que vive uno de sus momentos más complejos y decisivos.

Caleb Ordoñez T.

Caleb Ordoñez T.

Con 69 años y una historia de servicio en Perú y otros países del continente, León XIV hereda tanto la fuerza reformadora de su antecesor como las tensiones no resueltas que convulsionan los cimientos del Vaticano. Los desafíos son múltiples y profundos, pero también ofrecen la oportunidad de renovar la confianza y el sentido de pertenencia en millones de fieles en el mundo. Apuntémoslos, uno por uno.

Una Iglesia católica dividida.

El pontificado de Francisco dejó importantes avances, pero también sembró tensiones internas entre sectores progresistas y conservadores. La polarización no es nueva, pero ha ganado intensidad, especialmente en temas como el celibato, la diversidad sexual, y el papel de las mujeres. León XIV deberá actuar como un gran equilibrista: firme en convicciones, pero abierto al diálogo; pastor cercano, pero líder con autoridad.

Mantener la unidad sin sofocar el debate interno será clave. La religión católica no puede permitirse un cisma silencioso. León XIV debe tender puentes entre tradiciones y modernidad, entre las voces que claman por apertura y las que defienden la ortodoxia. Su perfil pastoral y su cercanía con América Latina podrían ser su mejor carta para lograrlo.

Crisis económica: Finanzas al Límite.

Uno de los retos más urgentes es la crisis económica que atraviesa el Vaticano. La caída estrepitosa de donativos, el déficit presupuestal que ronda los 30 millones de euros anuales y la pesada carga de sueldos y pensiones para miles de empleados son señales de alarma. León XIV no solo necesita recortar gastos con sensatez, sino también encontrar nuevas formas de financiamiento ético, sin comprometer la esencia espiritual del Vaticano.

La transparencia financiera y la gestión eficiente no son asuntos secundarios: son condiciones necesarias para recuperar la credibilidad y garantizar la sostenibilidad de las obras sociales, misiones y proyectos educativos que sostienen millones de vidas.

El Papel de la Mujer

Aunque se han dado pasos hacia una mayor participación de la mujer en la Iglesia, la brecha sigue siendo enorme. Las mujeres sostienen gran parte del trabajo pastoral, educativo y social del catolicismo, pero siguen excluidas de la toma de decisiones de mayor nivel.

León XIV tiene la oportunidad —y la obligación moral— de abrir un diálogo sincero y concreto sobre el acceso de las mujeres a ministerios más amplios, incluidos aquellos roles que hoy están reservados solo para varones. No se trata solo de equidad, sino de reconocer con justicia el rostro femenino de la fe.

Abusos Sexuales: Justicia Sin Excusas.

La herida de los abusos sexuales sigue abierta. Aunque se han adoptado protocolos y se han hecho avances, aún hay diócesis que actúan con opacidad o lentitud. León XIV deberá liderar con determinación un proceso de limpieza profunda: no más encubrimientos, no más silencios.

El mundo espera una Iglesia sin miedo a la verdad, que escuche a las víctimas, que repare con justicia y que garantice que nunca más el poder religioso sirva como escudo para la impunidad.

Una Voz de Paz en un Mundo en Guerra.

El nuevo Papa también enfrenta un mundo convulso: conflictos armados, crisis migratorias, cambio climático y una creciente indiferencia espiritual. León XIV ha empezado su pontificado con un llamado a la paz y al encuentro entre pueblos. No es casual: su experiencia misionera, su contacto con comunidades marginadas y su carácter conciliador le dan autoridad moral para convertirse en una voz de paz con peso geopolítico.

Frente al avance del individualismo, el cinismo y el fanatismo, León XIV puede volver a hacer de la Iglesia una plataforma de escucha, mediación y servicio.

Un Papa con el Reto de Conectar

En un mundo que ya no cree fácilmente en las instituciones, León XIV tendrá que hacer lo que Francisco inició: bajar del trono, caminar entre la gente, hablar su idioma, y ofrecer respuestas reales. La Iglesia no puede ser solo una voz moral; debe ser un testimonio de esperanza concreta.

Su pontificado apenas comienza, pero los pasos que dé en estos primeros meses marcarán el tono de su legado.  (Y una caída cada vez más aguda de católicos) ¿Será León XIV el Papa que reconstruya los puentes rotos entre la fe católica y el mundo? Hay razones para creer que sí. Pero también muchas heridas que sanar, y estructuras que transformar.

La historia lo espera. Y millones de creyentes católicos también.

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