(DURANGO, México).- Un intento de fuga de internos del Centro de Reinserción Social 2 de Gómez Palacio, Durango, dejó un saldo de 21 personas muertas, 12 reos y nueve custodios.
Diversas denuncias hechas por familiares e internos sobre presuntas anomalías en el interior del penal, incluido el supuesto maltrato por parte de los custodios, así como de las autoridades penitenciarias del estado, derivaron en balacera.
Lo anterior fue reportado por la Secretaría de Seguridad Pública del estado en un comunicado de prensa escueto y sin mayores detalles, para luego ser confirmado por el agente del Ministerio Público en turno.
En el comunicado, la dependencia se limitó a informar que “un amotinamiento de reclusos encendió la alarma de alerta en el centro penitenciario. Los internos comenzaron a disparar con armas de fuego hacia las torres de vigilancia y las áreas de los custodios”.
Sin embargo, el conflicto se derivó luego de que la noche del domingo y madrugada del lunes, 137 presos fueron trasladados a diversos penales mediante un operativo sorpresa por parte de las fuerzas federales.
De acuerdo con los familiares, el traslado se dio de manera arbitraria, ya que no había alguna justificación para llevarlos a otra cárcel, y por lo tanto solicitaron la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
De inmediato, familiares de los presos acudieron al lugar de los hechos; sin embargo, un retén militar les impidió el paso, lo que originó el reclamo a los soldados y las consignas contra las autoridades del reclusorio.
Según los familiares de los internos, el director de los ceresos del estado, Noé Díaz Rodríguez, ordenó a los elementos de la Policía Estatal Acreditable ingresar al centro penitenciario para tomar el control, para apoderarse del penal y corromper el sistema de justicia.
A su vez, abogados de los familiares aseguraron que los custodios del penal fueron amagados y encerrados en los baños del reclusorio por elementos de la policía. Por la tarde noche, las familias seguían llegando a los alrededores del centro de recusión, para saber cómo se encontraba la situación y ver quiénes erna los internos que habían fallecido, así como los custodios.
Conforme pasaron las horas, se incrementaba el número de patrullas de la Policía Federal, lo que generó incertidumbre entre los familiares que comenzaron a manifestar su temor de que más reos fueran trasladados a otros penales sin orden oficial.
Además, algunas mujeres que se encontraban en la visita conyugal manifestaron que fueron sacadas a la fuerza del penal completamente desnudas y que incluso fueron fotografiadas por elementos de la policía estatal.
Incluso, un custodio argumentó que el estado de derecho fue alterado por la misma autoridad ante las vejaciones que cometían efectivos de la policía estatal. Aseguró que los mismos oficiales arrojaron gas pimienta en los ojos a varias mujeres que protestaban.
“Así tratan a la gente que no tiene nada qué ver, así tratan los internos y custodios, venimos nosotros a ganar el pan de cada día con nuestro trabajo y esos funcionarios penitenciarios violentan la tranquilidad del Cereso”, destacó el guardia.
La movilización de las corporaciones comenzó a las 23:00 horas del domingo, cuando a través de los sistemas de radiocomunicación se dio aviso sobre el traslado que sorprendió incluso a los propios internos, quienes a decir de las versiones preliminares, se encontraban dormidos.
Cerca de las 8:00 de la mañana de este lunes comenzaron a arribar a las afueras del Cereso los familiares, sin que se les permitiera el acceso al penal que comenzaba a ser resguardado por efectivos del Ejército mexicano con tanquetas y diversas unidades para velar por su seguridad.
Sobre el ingreso principal, personal de seguridad tenía unas listas con los nombres de los internos, por lo que familiares se amotinaron en la entrada para saber sobre el paradero de sus parientes.
Entre exigencias para conocer el paradero de sus familiares y los intentos por recuperar su pertenecías, los ánimos se calentaron y fue necesaria mayor presencia policiaca y rondines del personal preventivo de la Secretaría de Protección y Vialidad de Gómez Palacio.
Inclusive, el director del penal, Julio César Palomares Arciniega, explicó que el desorden que se presentó al interior del mismo, fue injustificado y sin fundamentos legales para trasladar a los internos a otro centro penitenciario.
Además de que aseguró que en ningún momento fue notificado por escrito de tal movimiento, por lo que solicitó que se respetara el estado de derecho. “Es la segunda ocasión que realizan este tipo de arbitrariedades”.
Añadió que el pasado 24 de noviembre, las autoridades estatales se introdujeron sin ninguna legalidad abusando de las garantías individuales y los derechos humanos de los reos.
Pese a ello, destacó que esta ocasión los hechos al interior del Cereso, fueron más graves, ya que hirieron de bala a un custodio y a un civil sin que se les permitiera salir para que fueran atendidos por los servicios de emergencia de la Cruz Roja.
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