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Opinión

ismael y manuelita: las primeras victimas por VICTOR M. QUINTANA

ISMAEL Y MANUELITA: LAS PRIMERAS AGUAS

Por: Víctor M. Quintana S.

Nadie se imaginó que el año posterior al asesinato de Ismael Solorio y de su esposa Manuelita Solís iba a ser tan llovedor. Como si el sepultar a esta pareja de luchadores fuera sembrar lluvias en estas sierras sufrientes y resecas.

Nunca imaginaron quienes desearon o planearon la artera muerte de ellos,  que estaban cavando la tumba de procesos de despojo; que depositaban la semilla de la lucha en gente que antes tenía miedo de luchar, que fertilizaban las ganas de combatir de quienes llevan años combatiendo, que abrirían dos huecos muy difíciles de llenar, pero de ahí saldría, adolorida, pero incansable, la rabia justiciera y actuante de toda una familia: hijos, hermanos, hermanas, madres, padres.

Pocas muertes tan fecundas como las de Ismael y Manuelita, pero, por desgracia, también tan impunes.  Porque de los autores intelectuales del doble asesinato de aquel lunes 22 de octubre de 2012 siguen por ahí conspirando, socavando sin castigo. Ninguno ha sido detenido, siquiera señalado. En enero pasado se anunció el abatimiento “casual” del fabricado como villano favorito y autor material del crimen, “el chorrias”, en un supuesto enfrentamiento con la policía, pero el mismo gobernador reconoció que esto no constituía un acto de justicia.

A pesar de la impunidad persistente,  el sacrificio de Ismael y de Manuelita ha reforzado un movimiento que en menos de un año ha tenido muy importantes logros:

El ejido Benito Juárez, Buenaventura, ante el asesinato de sus hermanos superó sus diferencias: un solo llanto, un solo homenaje el día del funeral, una sola indignación. Tres semanas después, la asamblea ejidal rechazó por unanimidad el establecimiento y la operación de la minera El Cascabel  en las tierras ejidales y le ordenó retirar el equipo de la comunidad.

La unidad lograda se refrendó al elegir a la nueva directiva del ejido: en primera convocatoria se decidió por una comisariado y un consejo de vigilancia de gente integrante del movimiento en defensa del agua y del territorio. Y se avanzó más: en el proceso electoral local de este año,  el ejido propuso como candidato a alcalde a uno de los suyos, comprometido con la lucha. Tomaron el registro partidario que pudieron y tuvieron tanto arrastre en todo el municipio de Buenaventura, que el PRI tuvo que acudir a lo más granado de sus acarreos y compra de votos para poder derrotarlos en los números finales, no en la presencia entre la ciudadanía. También  se logró que algunos integrantes del movimiento por la defensa del agua, fueran elegidos como  autoridades del módulo de riego de la región.

Punto de quiebre en la correlación de fuerzas políticas fue la cabalgata emprendida a principios de febrero de este año desde Benito Juárez que, conjuntamente con las marchas desde Cuauhtémoc a la capital del estado por varias comunidades serranas constituyeron “Las Jornadas por la Justicia”.  La presencia de los campesinos barzonistas y de las comunidades indígenas, reivindicando sus territorios, sus aguas, sus recursos naturales, denunciando la impunidad fue un gancho al hígado para un gobernador que se aprestaba al carro completo en las elecciones. El Palacio de Gobierno que el propio r Duarte había definido como “el búnker de los campesinos” se convirtió en “búnker del gobernador” cuando aquellos tuvieron que entrar en él a caballo ante la cerrazón del Ejecutivo. Tal vez ahí comenzó el desbarrancamiento de la precaria popularidad de éste ante los chihuahuenses: de ahí a los cuestionamientos abiertos, a los abucheos, a la bunkerización de todo acto público.

Los poderes de gobierno del estado, de la empresa minera Mag Silver, de los agricultores depredadores de agua no se cruzaron de brazos: ´ primero impugnaron la decisión del ejido ante el Tribunal Agrario pero ahí también fueron derrotados. Siempre  han buscado criminalizar la lucha de la comunidad de Benito Juárez. Incluso la minera presentó una injustificada y desproporcionada demanda por daños que asciende a 40 millones de dólares porque se le sacó su equipo del ejido. Por otro lado, los nuevos delegados de las dependencias federales, han establecido un veto de hecho contra los productores de Benito Juárez al excluirlos de los diversos programas de apoyo al campo.

Ante esto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha otorgado medidas cautelares a 12 dirigentes barzonistas para garantizar su seguridad en el contexto de la lucha en defensa del río del Carmen y por la salida de la minera de sus tierra. No hay que olvidar que Chihuahua sigue siendo uno de los tres estados más peligrosos para las y los defensores de derechos humanos.

A pesar de todo, la lucha de los compañeros y compañeras de Ismael y Manuelita ha rendido frutos ya muy  significativos: en marzo pasado, en el marco del Día Mundial del Agua, el titular del Ejecutivo Federal firmó el acuerdo que, a través de una veda provisional suspende y prohíbe la perforación de pozos en las zonas denominadas como “de libre alumbramiento”, es decir, aquellas en que los usuarios no tenían que pedir permiso para perforar, sino sólo informar a las autoridades. Ahora se requiere la autorización, expresa, legal, sustentada y documental por parte de la Comisión Nacional del Agua. Además, el  acuerdo obliga a Conagua a reglamentar el vital líquido  que se extrae cada año de los acuíferos para que no sobrepase la disponibilidad de recarga anual de éstos.

También el movimiento logró terminar con los aprovechamientos ilegales del agua del río del Carmen para riego. Se iniciaron procedimientos contra los pozos ilegales, aunque no ha habido ejecución de muchos de ellos. Y la PGR desmanteló la infraestructura de riego en los predios más representativos y simbólicos de los agricultores piratas de las aguas subterráneas.

El movimiento de las y los campesinos de Benito Juárez ha empezado a contagiar, a inspirar. Primero a otras regiones de Chihuahua: El Sauz, Jiménez, Camargo; muy recientemente a las ciudadanas y ciudadanos que defienden el río Casas Grandes. Sus ecos resuenan en las movilizaciones norteñas en defensa del agua, como  la orgullosa batalla de los yaquis para impedir que les quiten su agua para llevársela a Hermosillo.

En el sacrificio de Ismael y Manuelita se condensaron como en las semillas, el presente y el futuro de dos de las principales vertientes de los movimientos sociales  indígenas y rurales de  México y América Latina: el movimiento de defensa de los territorios contra la minería a cielo abierto, y el movimiento por la defensa del agua. Por eso, la muerte de ellos hace un año fue como las primeras aguas que caen en el desierto:   de inmediato hizo aparecer renuevos, brotes de lucha, floraciones de acciones colectivas de las comunidades que combaten con y por su dignidad.

 

 

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Fotografías. Por Raúl Saucedo

Las Políticas por hacer

El quehacer político moderno, a menudo toma en cuenta a los sectores de la sociedad que ostentan poder o influencia visible dentro de la comunidad:  Los adultos votan, las empresas influyen y los medios de comunicación amplifican sus voces. Sin embargo, en el complicado juego de poder, la niñez, un grupo vital pero silencioso, suelen quedarse en el margen.

La Niñez representa el futuro; es el cimiento sobre el que se construirán las próximas generaciones. Su bienestar, educación y salud son indicadores clave no solo de su calidad de vida individual, sino también del progreso y la salud de una sociedad en su conjunto. A pesar de esto, los gobiernos frecuentemente pasan por alto  la creación de políticas públicas enfocadas en este sector, principalmente porque esta parte de la sociedad no votan ni tienen voz directa en los procesos políticos.

Este “descuido” puede atribuirse a varios factores. Primero, la falta de representación política directa. La niñez depende completamente de los adultos para que sus intereses sean representados en el gobierno. Sin embargo, las agendas políticas suelen estar más influenciadas por las preocupaciones inmediatas de los votantes adultos —empleo, economía, seguridad— relegando a un segundo plano temas como la educación de calidad o la protección contra el abuso y la negligencia.

Además, la falta de datos específicos sobre los problemas que afectan a la niñez impide formular políticas bien informadas. A menudo, las estadísticas y estudios disponibles no desglosan la información por edad de manera que refleje las realidades específicas de este grupo. Esto conduce a un entendimiento incompleto de sus verdaderas necesidades y desafíos.

Es más, los problemas que afectan a la niñez suelen ser transversales y requieren una política integrada. Por ejemplo, la pobreza infantil no solo afecta la nutrición; impacta también en el acceso a la educación, la salud y las oportunidades de desarrollo social y emocional. Sin un enfoque especifico que contemple la complejidad de estos asuntos, las políticas resultantes pueden ser ineficaces o incluso contraproducentes.

La Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en 1989 por las Naciones Unidas (ONU), establece en teoría un marco internacional para la protección de los derechos de la niñez, incluyendo el derecho a la educación, la salud y la protección contra la explotación infantil. Sin embargo, la aplicación de estos derechos en políticas concretas sigue siendo un desafío global.

Por lo tanto, es fundamental que los gobiernos reconozcan la importancia de la niñez en el desarrollo social y económico de un país. Invertir en este sector no es solo una cuestión de cumplir con obligaciones morales o internacionales, sino una estrategia prudente para fomentar sociedades más educadas, saludables y equitativas. Los niños y niñas de hoy son los adultos del mañana; sus problemas y necesidades deben ser una prioridad, no una reflexión tardía.

Para abordar esta cuestión sistémica, es necesario promover una mayor participación de los expertos en infancia en los procesos de toma de decisiones y asegurar que las políticas públicas sean evaluadas también en función de su impacto en la población infantil. Las voces de los infantes, aunque no se expresen en las urnas, deben resonar en los corredores del poder a través de quienes aboguen por su bienestar y futuro.

Ignorar las necesidades de este sector en la formulación de políticas públicas no solo es un fracaso en proteger a los más vulnerables, sino también una miopía estratégica que compromete el desarrollo sostenible y la justicia social a largo plazo. Es hora de que los gobiernos ajusten sus lentes y enfoquen claramente en el bienestar y los derechos de los niños, garantizando así un futuro mejor para todos.

Este planteamiento personal y profesional surge en reflexión del pasado 30 de abril, donde la mayoría de mis amigos publicaron historias sobre festivales infantiles en compañía de sus hijos, mientras yo daba un clavado al baúl de los recuerdos encontrando fotografías olvidadas de una etapa fundamental de mi vida, todo esto con aquella canción de fondo del Maestro Sabina donde protestamos contra el misterio del mes de abril.

@Raul_Saucedo

rsaucedo@uach.mx

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