Los ataques, que alcanzaron Damasco y el sur del país, fueron justificados como una medida para proteger a la comunidad drusa.
Tres personas muertas y al menos 34 heridas fue el saldo de una serie de bombardeos que Israel lanzó este miércoles contra objetivos militares en Siria, incluyendo la capital Damasco, según confirmó el Ministerio de Salud sirio.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) señalaron que los ataques se dirigieron contra el cuartel general del gobierno interino sirio, así como las inmediaciones del palacio presidencial. Uno de los misiles habría destruido la sede del Ministerio de Defensa sirio. De acuerdo con el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, entre las víctimas fatales figuran tres altos mandos del ejército sirio.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, aseguró que la operación busca proteger a la comunidad drusa en el sur de Siria, donde se han registrado fuertes enfrentamientos con grupos armados locales. “Las advertencias en Damasco han terminado; ahora vendrán golpes dolorosos”, declaró Katz en un mensaje difundido en video.
En los últimos días, se han reportado enfrentamientos entre beduinos sunitas y milicias drusas en la provincia de Sweida, una región con alta presencia de esta minoría religiosa. Las tensiones se agravaron tras la caída del régimen de Bashar al Asad en diciembre pasado, cuando varios grupos drusos rechazaron la reimposición del control gubernamental.
Se estima que unas 300 personas han muerto desde el inicio del conflicto, y que las fuerzas del nuevo gobierno interino han sido acusadas de cometer abusos durante su intervención en la zona.
El ataque israelí también generó reacciones internacionales. El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, llamó a un cese inmediato de las hostilidades, mientras que la Casa Blanca solicitó a Israel explorar canales de diálogo con Damasco. Por su parte, el gobierno de Turquía calificó los bombardeos como “un acto de sabotaje” contra la paz regional, mientras que el primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, pidió a la comunidad internacional detener la violencia.
Contexto regional: drusos en la encrucijada
La comunidad drusa representa cerca del 3% de la población siria, y ha mantenido históricamente una posición ambigua dentro del mosaico político del país. Desde la caída de al Asad, los drusos de Sweida han intentado establecer un gobierno autónomo, situación que ha sido respondida con presión militar por parte del nuevo régimen sirio.
En este contexto, Israel ha manifestado su intención de impedir que grupos hostiles se acerquen a la frontera norte, en particular a la zona de los Altos del Golán, donde también reside una parte importante de la comunidad drusa.
El conflicto ha generado división entre los propios drusos: mientras algunos rechazan cualquier vínculo con Israel, otros consideran que su intervención es necesaria para frenar los abusos del nuevo gobierno.
Aunque Israel asegura que sus acciones tienen fines disuasorios, el aumento de ataques militares podría desestabilizar aún más el frágil equilibrio en Siria y extender el conflicto a nivel regional.
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