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Joe Biden pone en duda su candidatura tras debate; lo platicará con su familia

El presidente de EU Joe Biden discutirá el futuro de su campaña de reelección con su familia en Camp David este domingo, tras el debate del jueves pasado, que, según medios y analistas, perdió contra el exmandatario Donald Trump.

El canal de noticias NBC News reportó que «el viaje de Biden estaba planeado antes del debate del jueves. Él y la primera dama Jill Biden tienen previsto reunirse allí con sus hijos y nietos el sábado por la noche».

De acuerdo con el medio, «quienes toman las decisiones son dos personas: el presidente y su esposa«, dijo una de las fuentes familiarizadas con las discusiones, y agregó: «Cualquiera que no entienda cuán profundamente personal y familiar será esta decisión no está informado sobre la situación».

«La única persona que tiene máxima influencia sobre él es la primera dama», agregó una fuente. «Si ella decide que debería haber un cambio de rumbo, habrá un cambio de rumbo». «Se espera que cualquier discusión sobre la campaña sea informal o una ocurrencia tardía», dijo la fuente. «Nadie se está sentando a una discusión formal o determinante».

Por su parte, Anita Dunn, una de las asesoras más cercanas de Biden, dijo el sábado en el programa «The Weekend» de MSNBC que Biden no ha discutido con sus asesores la posibilidad de abandonar la carrera y que las conversaciones internas se han centrado en seguir adelante.

Nota Principal

Trump revienta contra Irán e Israel: “No saben qué carajo hacen”; fracasa su intento de tregua en solo 18 horas

La tensa situación en Medio Oriente escaló nuevamente este martes, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetiera públicamente contra los gobiernos de Irán e Israel, a quienes acusó de romper el alto al fuego que él mismo había negociado apenas horas antes.

“Ambos países no saben qué carajo hacen”, lanzó Trump en su red social oficial, visiblemente molesto por la ruptura de lo que había calificado como un “acuerdo histórico” entre los dos enemigos geopolíticos. La tregua, sin embargo, duró solo 18 horas antes de que ambas naciones retomaran las hostilidades con fuego cruzado.

De acuerdo con fuentes estadounidenses e israelíes, el 22 de junio Estados Unidos lanzó ataques contra instalaciones militares de Irán, y al día siguiente, fuerzas iraníes respondieron con misiles dirigidos a bases estadounidenses en Catar. La rápida escalada llevó a Trump a intervenir personalmente para lograr un cese al fuego, que fue anunciado públicamente con tono triunfalista por la Casa Blanca.

No obstante, el frágil acuerdo se desmoronó casi de inmediato, luego de que milicias aliadas de Irán lanzaran cohetes hacia el norte de Israel, a lo que el ejército israelí respondió con bombardeos aéreos. El propio Trump confirmó este martes que Israel había atacado objetivos iraníes en represalia, lo que anuló cualquier esperanza de estabilidad inmediata.

El presidente estadounidense advirtió además que “Irán nunca reconstruirá su programa nuclear”, en referencia al ataque que ordenó contra instalaciones atómicas de ese país. Si bien Teherán niega haber violado el acuerdo de tregua, la Casa Blanca considera que los ataques de sus grupos aliados constituyen una clara provocación.

Aún más, Trump exhortó directamente a Israel a detener sus ofensivas: “Si lanzan esas bombas, es una gran violación”, escribió, dejando entrever que la paciencia de Washington también se está agotando con su principal socio en la región.

La reacción del mandatario refleja el nivel de frustración por el fracaso de su mediación y pone en evidencia la dificultad de contener un conflicto de alto riesgo entre dos actores con intereses irreconciliables. Aunque Trump asegura que “ambos acudieron a él en busca de paz”, su figura como intermediario quedó debilitada tras el retorno inmediato de la violencia.

Analistas advierten que el conflicto amenaza con salirse de control, especialmente si continúan los ataques cruzados y si Estados Unidos se ve obligado a responder militarmente en defensa de sus tropas o de sus aliados. Mientras tanto, la tensión se mantiene al máximo y los canales diplomáticos parecen cada vez más ineficaces frente a la lógica de la confrontación.

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