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Nota Principal

Joe Biden confirma la delantera en Wisconsin y Michigan, lo que lo encamina a la victoria

Joe Biden como se esperaba, se ha puesto por delante en los estados de Michigan y Wisconsin. Si gana ambos -y, de hecho, muchos medios de comunicación le dan vencedor en este último- tendría asegurada la victoria, siempre y cuando, eso sí, que mantenga Arizona y Nevada en su columna lo cual es muy probable. Al mismo tiempo, la ventaja del presidente,Donald Trump, se ha reducido a solo 3.000 votos en el estado de Georgia, a medida que los colegios de la capital, Atlanta, van emitiendo sus resultados. Atlanta, una ciudad con una importante población afroamericana, es el principal granero de votos del Partido Demócrata. Entretanto, en Pensilvania,Trump lleva 700.000 votos más que Biden. Pero en ese estado faltan todavía muchos votos por contar.

Entretanto, Trump ha vuelto a redoblar sus acusaciones de fraude. Esta vez, de la forma más previsible, con un tuit en el que culpa a la oposición de haber alterado el recuento de los votos en Michigan y Wisconsin, dos estados en los que iba ganando. El tuit de Trump obvia que en Arizona ha reducido considerablemente su desventaja en relación a Biden, o que en Nevada está yendo mucho mejor de lo que preveían las encuestas, y que aún tiene posibilidades. Si Trump ganara en Nevada, toda la carrera volvería a quedar, una vez más, patas arriba.

Por el momento, el presidente no ha cumplido la amenaza, formulada ayer a las dos y media de la madrugada, de llevar al Tribunal Supremo el escrutinio de los votos para que éste sea suspendido. En todo caso, las posibilidades de éxito de esa petición serían nulas. Solo en el caso de Pensilvania, el tribunal ha declarado que podría intervenir esta semana. En el resto de los estados en liza, no hay ninguna controversia acerca de la continuidad del recuento.

Chihuahua

Contra los adelantados: Rafa Loera y otros políticos ya no serán candidatos: Sheinbaum impone orden y frena el oportunismo electoral

La presidenta Claudia Sheinbaum ha reafirmado su compromiso con la legalidad y el orden político al frenar en seco las campañas anticipadas de varios aspirantes dentro y fuera de Morena. Entre ellos destaca Andrea Chávez, quien se perfilaba como una figura fuerte en el norte del país, pero cuya visibilidad en actos públicos, brigadas móviles y mensajes en redes encendió las alertas en Palacio Nacional.

El mensaje fue claro: gobernar no es lo mismo que promoverse. Y el momento actual exige trabajar por el país, no por los reflectores. Sheinbaum decidió marcar un alto a cualquier intento de adelantarse en la sucesión de 2030, priorizando la estabilidad, el respeto institucional y la concentración en los grandes retos nacionales.

Otro caso que quedó contenido fue el de Rafael Loera, político chihuahuense que había comenzado a posicionarse como aspirante a la presidencia municipal de Chihuahua. Su nombre empezó a circular en encuestas telefónicas, anuncios estratégicos y reuniones territoriales. Sin embargo, la instrucción fue contundente: no es tiempo de precampañas disfrazadas ni de ambiciones personales.

Loera, junto a otros políticos que también empezaban a alzar la mano —como legisladores locales, exalcaldes y operadores regionales— entendieron el mensaje presidencial: quien no respete los tiempos, queda fuera del juego.

Esta acción refuerza la autoridad de Claudia Sheinbaum como líder nacional. Su decisión no solo evita una guerra interna en Morena, sino que protege al movimiento de desgastes innecesarios. Su liderazgo queda ratificado como firme, disciplinado y enfocado en la transformación, no en la improvisación política.

La presidenta gobierna con temple y visión, y con este movimiento estratégico, demuestra que el futuro de México no será definido por prisas personales, sino por proyectos colectivos.

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