A cien años de su muerte –asesinado de 150 balazos el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua–, Pancho Villa sigue siendo un personaje que despierta pasiones: lo mismo admiración que odio. “El villismo y Villa en particular generan una doble mirada, incluso entre sus admiradores, en el mejor de los casos condescendiente.
Una combinación de admiración, repulsión, fascinación, miedo, amor, odio. Para el civilizado (algunas escasas veces) lector del siglo XXI, la venganza social, el furor, el desprecio por la vida propia y ajena, la terrible afinidad con la violencia, desconciertan y espantan”, escribe Paco Ignacio Taibo II en el libro Pancho Villa: Una biografía narrativa (Planeta). “Es un personaje muy complejo y polémico”, dice Felipe Ávila, especialista en la Revolución Mexicana y director del Instituto de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, instancia que este año desarrolla un amplio programa de reflexión, crítica y divulgación de lo que ha significado Villa y el villismo en la historia del país.
Entre otras actividades, hay coloquios, conferencias, programas de radio y televisión, así como una intensa campaña de divulgación y difusión, además de la publicación de una iconografía de Villa y el villismo con imágenes inéditas o poco conocidas y una serie de exposiciones en varias partes de México.