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La nueva forma de poner lápidas

En Dinamarca, los cementerios han creado una nueva forma de recordar a los seres queridos que han dejado este mundo, ya que cerca de esas flores coloridas que descansan sobre la tumba habrá también un chip o código QR que ayudará a conocer quién está enterrado.

El objetivo es que cuando la persona visite la tumba pueda arrodillarse y con su teléfono celular escanear el código e instantáneamente aparecerá en su pantalla una foto de su familiar con un resumen de su vida.

El chip es una oportunidad para que otros individuos conozcan su historia y otra alternativa para que un hijo recuerde a su padre o abuelo.

Se cree que estos dispositivos pronto serán parte del proceso de muerte similar al de escribir un testamento o expresar la última voluntad. El director de una de las compañías productoras de lápidas más grandes de Dinamarca, Niels Kristian Nielsen, cree que los códigos ayudarán a mejorar los ingresos tanto en esa nación como en el extranjero.

“Creo que todos los escogerán. Vemos gran potencial en todos los países”, dice.

“Es una buena forma de contar la historia de una persona. Y todos tenemos una; el granjero, el director, todos. Y también hace que una visita al cementerio sea mucho más interesante”.

Así, estos oasis de tranquilidad no serán más un lugar exclusivo para los afligidos, sino que también servirán a los curiosos que quieren saber más sobre quienes descansan en paz.

Algo más

Predican con el ejemplo

• En el pueblo cercano de Holbaek. El consejo de la iglesia compró varios chips para recordar a algunas personalidades locales, como un exalcalde y el fundador del partido político Venstre, quien murió hace décadas.

• Legado. También pretende vincular obituarios a las tumbas de monjes que vivieron en un monasterio a las afueras del pueblo.

• Tesoro. La directora del consejo, Hanne Korsby, dice con entusiasmo que los códigos serán una herramienta importante para preservar la historia local.

• La opinión. “Creo que la historia se olvidó”, dice. “Pero hay muchas personas que son importantes”.

Otro ejemplo

En Estados Unidos

La empresa Monumentos Quiring, proporciona un servicio similar.

Esta compañía funeraria es experta en la creación de monumentos y cuentan una “historia en piedra”.

Primero ofrecen una placa conmemorativa y después los diseñadores y artistas, ayudados por las familias, crean lápidas de granito notables, asequibles, memorables y personalizadas que se han convertido en una fuente de orgullo y consuelo.

Al final, los interesados pueden visualizar los detalles de la obra de arte y la disposición para que el memorial sea un legado significativo con el fin de que todos lo veneren.

Cada una de estas lápidas también pueden contener un enlace a un sitio web único y personal donde se preserve la información biográfica e histórica acerca del ser querido para las generaciones futuras.

Precio

123 dólares cuestan estos códigos que son capaces de albergar audio y video y ayudan a mantener vivo el legado del fallecido de manera creativa.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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