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Opinión

La prórroga no resuelve el problema. Por Jorge Alberto Charles

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La reciente prórroga de 90 días concedida por el presidente Trump es, sin duda, un respiro necesario. Sin embargo, como presidente del Autocluster Chihuahua, debo ser claro: esta pausa no resuelve la amenaza de un arancel del 30% a nuestros productos. El problema de fondo sigue latente.

Le urge a la presidenta Claudia Sheinbaum y a su equipo económico a definir una estrategia clara, firme y definitiva. La estabilidad económica de millones de mexicanos y el futuro de nuestra industria dependen de la solidez de la relación comercial con Estados Unidos. No podemos dejar el modelo IMMEX, que genera más de 3 millones de empleos directos y representa el 20% del PIB, a merced de decisiones políticas externas.
Tenemos una ventana de 90 días para actuar. Debemos demostrar cumplimiento, fortalecer nuestras alianzas y desplegar una estrategia diplomática de alto nivel. Esta no es solo una amenaza comercial, es una emergencia económica nacional que exige una respuesta estructural, jurídica y política.

Desde el Auto Clúster, estamos listos para colaborar y documentar el estricto cumplimiento de las reglas de origen del T-MEC. Pero necesitamos certeza. Sin un respaldo claro del gobierno federal, la presión internacional puede traducirse en pérdidas de inversión y empleos.

La presidenta Sheinbaum tiene la oportunidad histórica de consolidar una relación comercial sólida, basada en el cumplimiento y la confianza mutua. Pero esa oportunidad se gana ahora, en estos 90 días.

Opinión

Duarte: de los bares de Chihuahua al Altiplano. Por Karen Torres

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En México y en la política, lo que parece pasado, siempre regresa para explicar el presente. Hay nombres que regresan una y otra vez como si fueran espectros empeñados en recordarnos las fracturas del sistema. Uno de ellos es César Horacio Duarte Jáquez, exgobernador de Chihuahua (2010-2016), figura central de uno de los expedientes de corrupción más voluminosos en la historia reciente del país.

Karen Torres A.

Y ahora, tras años de idas y venidas judiciales, vuelve a los titulares: la Fiscalía General de la República ordenó su recaptura y lo trasladó al penal de máxima seguridad del Altiplano.

Este episodio no ocurre en el vacío. Es parte de una historia que lleva casi una década escribiéndose entre detenciones, extradiciones, procesos fragmentados y una libertad condicional que muchos chihuahuenses vieron como una burla abierta.

Pero también es un movimiento político que envía un mensaje contundente: la nueva administración federal quiere que se entienda que, al menos en la Fiscalía, el viejo pacto de impunidad ya no opera “para algunos”. Y Duarte es la vívida señal, ojalá esto no se trate únicamente de justicia selectiva.

Duarte huyó de México en 2017, cuando la entonces Fiscalía de Chihuahua, bajo el gobierno de Javier Corral, integró al menos 21 órdenes de aprehensión en su contra. Los cargos eran amplios y concretos:

  • Peculado agravado por más de 1,200 millones de pesos,
  • Desvío de recursos públicos hacia campañas priistas,
  • Enriquecimiento ilícito,
  • Uso indebido de atribuciones y facultades
  • Y una red de empresas fantasma operadas desde su círculo íntimo.

Fue detenido en Miami el 8 de julio de 2020 en Estados Unidos. Ahí pasó 2 años mientras se resolvía un proceso de extradición. Finalmente, en junio de 2022, el gobierno estadounidense lo entregó a México bajo cargos de peculado agravado y asociación delictuosa.

Su llegada al país fue presentada por la Fiscalía como un triunfo institucional. Pero para Chihuahua comenzaba un capítulo distinto: la prisión preventiva en el Cereso de Aquiles Serdán, donde Duarte permaneció alrededor de 2 años más, entre audiencias diferidas, cambios de jueces y tácticas legales el caso se fue transformando en un rompecabezas jurídico que pocos lograron seguir con claridad.

Llegó la cuestionada libertad condicional de 2024: 

En agosto de 2024, en una audiencia sorpresiva, Duarte obtuvo libertad condicional bajo el argumento de que llevaba tiempo suficiente privado de la libertad y que su conducta había sido “adecuada”, sin haber recibido sentencia alguna.

La imagen era insólita: un político acusado de desviar más de mil millones de pesos, señalado de haber quebrado fondos públicos y endeudado al estado por generaciones…

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