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Salud y Bienestar

Durante la temporada de frío es más factible subir de peso

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Chihuahua, exhorta a la población a seguir una dieta balanceada y continuar realizando ejercicio, puesto que durante la temporada navideña es más factible subir de peso.
Zammia Méndez López, nutrióloga adscrita al Hospital General Regional (HGR) N°1, Morelos, explicó que el Instituto mantiene el programa “Chécate, Mídete, Muévete”, mediante el cual se promueven acciones para prevenir el sobrepeso y la obesidad, causantes de muchas enfermedades.
Manifestó que en el invierno las personas disminuyen el ritmo del ejercicio debido al clima y el cambio de horario; y al estar dentro de las casas más tiempo suelen antojarse los alimentos ricos en grasas, azúcares y carbohidratos.
Señaló que en la temporada de frío el organismo requiere tener más grasa para mantener caliente el cuerpo; el metabolismo se vuele más lento y favorece su acumulación, lo que puede provocar el aumento de kilogramos y grasa corporal.
Por ello, la especialista en nutrición indicó la necesidad de no sobrepasarse en el consumo de alimentos y menos de los típicos de las fiestas navideñas, cuando abundan antojitos, como: repostería, tamales, pozole, ponche y buñuelos.
Igualmente, destacó que también las bebidas influyen en la acumulación de grasa en el cuerpo, toda vez que en este clima se prefiere tomar bebidas calientes como chocolate, champurrado, café, entre otras que contienen altos niveles de azúcar.
La licenciada en nutrición mencionó que aunque el organismo de cada persona trabaja de manera diferente y puede o no aumentar de peso, lo más recomendable es preparar los alimentos a la parrilla, horneados o al vapor, así como evitar el aceite o manteca, a fin de evitar aumentar la masa corporal.
La nutrióloga añadió que en el caso de las bebidas, es preferible cambiarlos por algún té y usar sustitutos del azúcar. El ejercicio no debe descuidarse y aunque se haga en lugares cerrados, es muy recomendable, concluyó.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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