El pasado jueves se realizó una reunión de seguridad en el aeropuerto de Chihuahua, en la que varios gobernadores, incluido César Duarte, acompañaron a todo el gabinete de seguridad del presidente Enrique Peña Nieto, encabezado por Miguel Ángel Osorio Chong y José Murillo Karam, para definir la estrategia de seguridad en la Sierra, que abarca a Sonora, Sinaloa, Durango y Chihuahua.
Este fue el primer encuentro de funcionarios de seguridad y gobernadores dentro del actual gobierno, pero destacó el nuevo esquema de coordinación que se merece cuando menos el beneficio de la duda, ya que durante el sexenio de Calderón las autoridades se dedicaron más a deslindarse competencias y a patalear bajo la mesa, que a asentar una estrategia concisa para combatir la delincuencia e inseguridad en la región.
Además de la mejora en la coordinación, destaca la decisión de sacar a las fuerzas federales y militares de las calles, una decisión que a muchos les parece acertada, pues buena parte de la ciudadanía consideran que su presencia sirve más para exacerbar la violencia que para contenerla.
Otro punto llamativo es la próxima división del país en regiones de seguridad, una de ellas con cabecera en Chihuahua, pues es evidente que cada zona del país tiene una problemática particular que no se limita a las divisiones entre los estados.
Ojalá estas reuniones y acciones cuenten con el respaldo necesario de todos los involucrados, pues en Juárez se llevaron a cabo otras mucho más resonadas y pomposas, que sirvieron para poco menos que nada. Llama la atención que el gobierno federal no emitiera ningún comunicado ni información al respecto.
Y es que la Sierra desde hace años está que no aguanta. Familias enteras han sido masacradas, muchas más desplazadas, mientras la siembra de droga, el robo de vehículos, los asaltos y otros delitos están a todo lo que dan.
Por eso, las advertencias a los alcaldes serranos han ido subiendo de tono, pues es un secreto a voces que muchos están coludidos con los criminales de la región, o son ellos mismos. Una indiferencia criminal es el mejor de los panoramas, y ya se investiga.
Durante el sexenio de Calderón, sencillamente a nadie le importaba lo que pasaba en la Sierra y si a alguien le importaba poco podía hacer, pero parece que ya empezaron a tomarse cartas en el asunto, aunque es difícil que realmente caigan responsables, sería abrir la “caja de Pandora” pues son incontables los gobernantes de todos los niveles involucrados de una u otra manera con el crimen. Un simple “estatequieto”.
Hablando de “estatequietos”, está el que se llevó la gente de palacio, a la que le tumbaron el proyecto de Raúl Javalera para a la SCT, ya que el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, le concedió el honor a Efraín Olivares Luna. Tanta fue la conmoción, que incluso después del nombramiento oficial, había quien insistía en que era un error. No lo podían creer.
Pero están decididos a que no les vuelvan a anotar como locales y se ha reforzado la presión para meter a los de casa. En las delegaciones de Conagua y Sagarpa pudieron clavar a Álex Lebarón y David Balderrama, respectivamente.
El Partido Verde Ecologista también alcanzó su “mochada”, pues colocó a Brenda Ríos en la Semarnat, como parte de los acuerdos que desde la campaña presidencial estipulaban ceder esta secretaría a los verdes, aunque el único verde que parecen perseguir es el del dinero, pues como que las causas ecologistas no son los suyo.
Lebarón conoce muy bien los problemas que enfrentan los productores por la falta de agua, también los conflictos con la federación por este recurso y las consecuencias de la sobreexplotación y de los pozos ilegales, sin embargo la implicación personal y de su comunidad en el tema, así como el noviazgo que sostiene públicamente con la próxima delegada de Semarnat, institución encargada de ponerle freno, han hecho surgir dudas sobre la pertinencia de su nombramiento. Tiempo tendrá para callarle la boca a los desconfiados… o darles la razón.
José Luis de la Madrid Téllez es prácticamente cuñado de Enrique Peña Nieto, pues su hermana Yessica es la madre de uno de los hijos que el ahora presidente tuvo fuera del matrimonio. Este Chihuahuense especializado en administración pública no podía quedarse sin un buen hueso y le tocó la Sedesol.
Jorge Esteban Sandoval ya está más que anunciado para ocupar la delegación del ISSSTE, nada despreciable. Rodallegas va al IMSS, donde tiene como reto contener el robo de medicinas, mejorar el servicio y sacar a montones de funcionarios panistas que buscan por todos los medios drenarse la sangre azul y ponerte la camiseta tricolor. Además, la parralense Delia Soto Payán, hermana de Eloy, director de Desarrollo Rural, encabezará el programa Oportunidades.
En el PAN no hay que repartir además de culpas, pero aun así hay a quienes les late su corazoncito azul con tal fuerza que están dispuestos a destruir lo que queda del partido. Pese a que las encuestas de penetración al exterior del partido señalan a Ramón Galindo y Antonio López como los candidatos capaces de lograr derrotas menos estrepitosas, no les será fácil llegar.
Ya algunos enterados aseguran que se relajará la oposición a Galindo en Juárez, con el fin de colar a Teresa Ortuño como candidata en Chihuahua y obtener un buen porcentaje de candidaturas para las diputaciones. Entre los plurinominales ya está apuntado Borruel, quien aún trae tiro cantado y pendiente con Javier Corral.
Galindo ya ha viajado al DF para amarrar la alianza con el PRD y sumar fuerzas para hacerle sombra al PRI. El problema es que el sector dhiac del PAN se opone a esta alianza, aunque no por motivos ideológicos, sino por la anémica fuerza de la izquierda en la frontera que podría traerles muchos más problemas que beneficios.
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