CIUDAD DE MÉXICO, 27 de octubre.- Los monstruos salieron de los resquicios. Invadieron el Foro Sol al amparo de su reina. Al cobijo de la noche se entregaron al ritual de seducción que emanaba del escenario.
Había espacio para cualquiera. Los límites se difuminaban a cada corte, con cada insinuación de aquella a la que han enarbolado como su guía desde el entarimado. Ahí, Lady Gaga jugaba con la gente. Los miraba desde la altura del pedestal de su fama pero lo hacía con la gracia de quien pretende hacer a todos bienvenidos.
Cuando el reloj marcaba las 21:45 horas, Gaga apareció en medio de un séquito, a bordo de un caballo falso con la que recorrió la pasarela frente al escenario.
Al fondo, la escenografía simulaba un castillo gótico de cinco pisos. La misma, realizada por TateTawers, permitía que Gaga dejara claro que aquel era su reino.
Apenas con la tercera canción Gaga retaba a todos cuando simulaba un parto sobre el escenario.
“Ciudad de México, no soy una prisionera. México, ustedes son el futuro”, dijo antes de ejecutar Born This Way.
El público, 45 mil 700 personas según OCESA, promotora del concierto, respondió de inmediato. Los gritos se apoderaron del lugar cuando Gaga aseguró que aquella noche de viernes su futuro era propiedad de sus seguidores mexicanos.
Con un ballet integrado por 12 bailarines, la estadunidense mezclaba la ejecución vocal con el baile. Joanne Stefani Germanotta, nombre real de la intérprete, basaba su actuación en la invitación a integrarse. Repetía, apegada a su fórmula, que ahí había espacio para todos, invitaba su gente a soñar y a vencer sus temores.
Sus fans respondían. Gritaban, saltaban, cantaban y se despojaban del pudor. Los disfraces se multiplicaban y las pelucas multicolores inundaban el Foro Sol mientras los ceñidos trajes de piel protegían del frío.
Bad Romance, uno de sus primeros éxitos, puso a todos a cantar. Gaga pedía a México que cantara con ella a sabiendas de que aquella era petición innecesaria. La algarabía era tal que la pequeña caída que sufrió durante la ejecución pasó inadvertida para muchos de los presentes.
La neoyorquina se reinventaba con cada nueva pieza. Lucía trajes de diseñadores como Versace, Armani y Moschino y se daba el lujo de ponerse un sombrero charro tricolor. En su estrambótico universo, todo era permitido.
“No soy humano, no soy un hombre, no soy una sacerdotisa. Yo soy tú. México, compartimos el mismo futuro y el mismo planeta y todo lo que amas y odias de este mundo yo lo soy porque ustedes me crearon. Yo nací así”, dijo tras cantar Born This Way pero dejando que la retahíla siguiera.
“En México trabajan duro”
“México, de ustedes quiero extraer inspiración, amor y moda, todo lo que pueda llevarme de aquí.
“Sé que muchos pueden amarme y otros más odiarme y sé, también, que muchos van a traicionarme”, advirtió antes de cantar
Judas, tema al que siguieron otros como Fashion Of His Love, Just Dance y Love Game.
“Estoy muy feliz de estar aquí y antes de seguir quiero decir a nombre de todo mi equipo que son bienvenidos en este mundo.
“Hay algo muy especial en México y eso es que se que trabajan muy duro, se rompen el trasero para ganar dinero y que se lo hayan gastado en este concierto es increíble”, comentó antes de interpretar Telephone, el dueto que grabó con Beyoncé.
A esas alturas, los monstruos dominaban ya la velada. Apenas había transcurrido la primera hora pero ellos ya se sabían dueños de la noche.Heavy Metal Lover y Bad Kids no hacían sino darles más razones para saberse poseedores del momento.
Con cada nueva canción, Gaga sorprendía. Lo hizo cuando apareció recostada sobre una motocicleta mientras una de sus bailarinas se posaba tras ella simulando una relación sexual.
Lo estrafalario del concierto la confirmaba como una artista capaz de retarse a sí misma, de ir hacia cualquier punto donde su imaginación la lleve sin pensar en el resto.
“Lo que nos hace increíbles es que sabemos quiénes somos. México, cuando te dicen que eres gay, heterosexual, anorexico, bulímico, enfermo o raro no prestes atención, haz como nosotros, di que te importa un carajo”, exaltó Gaga.
En una de sus intervenciones, mientras descansaba en medio del escenario, los fans comenzaron a arrojarle objetos hasta que uno de ellos le pegó en el rostro. Ante el golpe, Gaga preguntó quién había sido y al ubicarlo, le pidió que subiera al escenario para besarlo, abrazarlo y tomarse un par de fotos con un emocionado fan.
Lo llevó al piano en donde, mientras lo abrazaba, platicó de los problemas que enfrentó de drogas y alcohol.
“México, cuando creas que nadie escucha, yo estoy aquí. Los escucho hablarme en la noche porque lo que tenemos es para siempre. No es por la música o por los éxitos es por nuestra conexión”, dijo antes de cantarHair en formato acústico.
Tras el emotivo momento, Lady Gaga echó mano del ritmo para reencender el lugar. Tocó You and I mientras corría por el escenario con la bandera mexicana en la mano y luego Electric Chapel y Americano.
El tramo final del concierto lo reservó para los temas que sus monstruos han adoptado como himnos. Sonaron Poker Face, Alejandro y Scheiße.
El castillo al fondo del escenario se iluminaba en tonos sombríos, acorde con la noche y el frío que arreciaba ya a la medianoche.
Tras ellos dijo adiós. Y cuando parecía que los gritos de los fans no la traerían de vuelta, cuando incluso las luces del Foro Sol se habían encendido, Gaga regresó. Cantó Marry The Night como recompensa para quienes no habían perdido la fe en verla de nuevo, para ahora sí desedirse de forma definitiva.
Sus fans la defienden
Pese a que los fans de Lady Gaga la esperaron por más de seis horas en el Hotel St. Regis, en donde se hospedó durante su visita al DF, para recibir aunque fuera un saludo de lejos, esto nunca sucedió.
Pero no desilusionó a los moustritos, como ellos se autonombran, que justificaron la poca atención que la cantante les brindó y quienes se emocionaron por sólo ver a las cinco camionetas tipo Suburban en las que se transportó a su cita con el público de México en el Foro Sol.
“Ella es única e inigualable. Si no sale es porque a estado sometida a mucho estrés y la entendemos. Es importante que vea que en México estamos con ella y que no está sola”, comentó Jonathan Rodríguez de 16 años quien llegó al inmueble ubicado en Paseo de la Reforma desde las 10 de la mañana.
A las 17:50 horas de ayer, el movimiento en el hotel se hizo evidente y con el afán de despistar a los cerca de cien fans presentes en el lugar, se efectuaron acciones tanto en la parte frontal como atrás del establecimiento.
Motociclistas de la Secretaría de Seguridad Pública, salían de ambas partes haciendo que los admiradores corrieran de un lado a otro.
Las quejas de los conductores automovilísticos no se hicieron esperar cuando personal de seguridad del hotel cerró el tránsito vehícular.
A las 18:15 horas la ganadora de cinco premios Grammy abandonó el lugar, a bordo de una camioneta negra que iba en la parte media del convoy, para dirigirse al Foro Sol, recinto al que arribó pasadas las 19:00 horas.
Desde temprana hora, sus admiradores fueron arribando al hotel provocando la curiosidad de las personas que deambularon por el lugar, en un día normal de trabajo.
“¿Es cierto que aquí está hospedada Lady Gaga?”, preguntó una oficinista a su compañero, que respondió con un sincero: “pues eso dicen”.
A pesar del fuerte sol que se sintió en la zona, la emoción y energía de los admiradores no disminuyeron desde muy temprano y hasta lel momento en que abandonó el lugar.
Memorabilia y seguridad blindada
Desde las 12:00 horas de ayer los primeros puestos se comenzaron a colocar en el acceso de la puerta seis del Foro Sol. Miles de piezas de memorabilia conmemorativa por la segunda visita de Lady Gaga a la Ciudad de México permanecía lista para que los fans fueran adquiriendo lo que más les gustaba o lo que les hiciera falta para completar su atuendo.
Desde peluches de la famosa Hello Kitty, con el look de la cantante neoyorkina, pasando por las típicas playeras de diferentes diseños, además de gorras, tazas, minitazas, encendedores, collares, ropa para bebé, dijes, pelucas de colores, relojes de mesa, cigarreras y hasta uñas fluorescentes de 10 centímetros, fueron sólo algunos de los artículos que formaron parte de la vendimia vespertina.
El colorido desfile de atuendos superó en cantidad a los artículos puestos a la venta, lo que llamaba la atención de los asistentes a la única fecha en México de su gira Born This Way Ball Tour 2012.
Como si el Halloween se hubiera adelantado unos días, el acceso al Foro Sol se vio plagado de calaveras elegantemente vestidas, como en el video de la canción que da nombre a la gira, con una pasarela de unicornios, de chicas y chicos emulando las diferentes imágenes con las que Gaga ha recorrido el mundo, además de aquellos que, en algunos casos acompañados por sus padres, representaban con orgullo su preferencia sexual envueltos en banderas de arcoíris.
En punto de las 19:00 horas y protegida por un fuerte convoy de seguridad, Lady Gaga arribó al recinto por la puerta cinco del Foro Sol, escoltada por cinco camionetas, dos de ellas blindadas, y más de 15 motociclistas que conformaban el dispositivo de seguridad, además de elementos de tránsito y fuerzas especiales.
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