La Señora Gaby nos comenta con tristeza: los ladrones vinieron y se llevaron todas sus cosas de valor: la pantalla, la Tablet donde sus niños seguían sus clases, todo. Dejaron ya listas para llevarse la secadora y el refri, pero no pudieron. En plena luz del día, en la colonia Riberas del Sacramento. Los vecinos le dieron que dos señores en una camioneta blanca vinieron y sacaron todo. Su poco patrimonio en bienes muebles adquirido con largos años de trabajo, ahí se fue. La policía sólo vino y levantó el acta. No hizo nada, a pesar de que se supone que todo debe estar filmado por las cámaras de seguridad del famoso y más costoso “Escudo Chihuahua”.
Esta triste historia de despojo del patrimonio familiar se repite en la Colonia Vida Digna, en el Porvenir, en casi todas las colonias y barrios del norte de la ciudad. Parece que la inseguridad es privativa de los pobres, que las cámaras y la policía municipal sólo operan para beneficio de los grandes negocios y de las zonas ricas. Acá en esta parte de la ciudad la policía se hace presente, sobre todo, para levantar a los jóvenes y para amedrentarlos. No ha sido nada eficiente para terminar con los picaderos que abundan, todos ellos atendidos por adultos.
En nuestros recorridos por todas esas colonias nos han denunciado una y otra vez la inseguridad que se ha adueñado de esta zona, sobre todo después de que oscurece. Inseguridad que en mucho se debe al enorme incremento del consumo del cristal y de la necesidad de las personas adictas de hacerse de dinero mal o bien habido para adquirir su dosis diaria.
Hemos escuchado todas estas quejas y denuncias. Nos hemos comprometido a trabajar conjuntamente con las autoridades municipales que resulten electas para que la seguridad de las personas y del patrimonio no sea privilegio sólo de los ricos, sino derecho de todas y de todos. Nos hemos comprometido a visitar continuamente esta parte de la ciudad para contribuir a que mediante la participación y la exigencia ciudadanas las autoridades de todos los órdenes de gobierno garanticen la seguridad y la paz.
Además, es necesaria una evaluación y una auditoría precisa sobre la inversión y la operatividad del llamado “Escudo Chihuahua”.