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Las nalgadas han disminuido en EE.UU., pero a los pediatras les preocupa el impacto de la pandemia

Los padres millennials y los pertenecientes a la generación X parecen estar castigando menos con nalgadas a sus hijos que las generaciones anteriores, según una carta de investigación publicada este lunes en la revista médica JAMA Pediatrics.

“Este artículo es realmente impresionante… y corresponde con nuestra perspectiva de que hay un cambio generacional”, señaló el pediatra de abuso infantil Dr. Robert Sege, autor principal de la declaración de políticas sobre el castigo corporal de la Academia Estadounidense de Pediatría.

“Las personas más jóvenes tienden a no golpear a sus hijos”, sostuvo Sege, quien no participó en la nueva investigación. “A medida que nos hemos dado cuenta de los problemas de violencia doméstica y violencia de pareja, ha habido un rechazo cada vez mayor ante cualquier tipo de violencia dentro del hogar, incluidas las nalgadas como castigo”.

El nuevo análisis utilizó datos del estudio Monitoring the Future, una encuesta nacional de 25 grupos de graduados consecutivos de la secundaria entre 1993 y 2017. Cada conjunto fue revaluado 17 años después, aproximadamente a los 35 años de edad. El estudio excluyó a las personas sin hijos o con hijos mayores, y se centró en los padres con al menos un hijo biológico, hijo adoptivo o hijastro entre los 2 y 12 años que vivieran en el hogar tiempo parcial o tiempo completo.

Alrededor del 50% de los padres informaron haber castigado con nalgadas a un niño en 1993. Sin embargo, para 2017 ese número se redujo al 35%. Si bien son muy buenas noticias, la cifra continúa siendo demasiado alta según los estándares establecidos por la Academia Estadounidense de Pediatría en 2018.

El grupo de pediatras sugiere que los adultos cuidadores de niños utilicen “formas saludables de disciplina” ––como el refuerzo positivo de comportamientos apropiados o el establecimiento de límites y expectativas–– y que eviten las nalgadas, golpes, bofetadas, amenazas, insultos o humillaciones.

“Los padres nunca deben golpear a su hijo ni usar insultos verbales que lo humillen o avergüencen”, aseguró Sege, quien dirige el Centro de Medicina Comunitaria de la Universidad de Tufts en Boston.

Las escuelas, los programas extracurriculares y las guarderías suelen ser los lugares que reportan la posible violencia doméstica.

Debido a que la ley les exige informar signos de abuso, como contusiones, cortes, huesos rotos y señales emocionales, la sociedad ha dependido de aquellas personas obligadas a reportar ––como maestros y trabajadores de cuidado infantil–– para alertar a las autoridades dar inicio a las investigaciones. (Los médicos, enfermeras y policías también tienen esta exigencia).

Sin embargo, la pandemia ha cerrado muchas de esas vías de denuncia, lo que deja a los defensores de menores sin pistas sobre lo que podría estar ocurriendo en casa. Un estudio preliminar durante las primeras seis semanas de pandemia, realizado por el proyecto de Evaluación Rápida del Impacto de la Pandemia en el Desarrollo (RAPID, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Oregon, encontró un aumento inmediato del estrés en los cuidadores y de los problemas emocionales y de comportamiento en los niños.

Desde entonces, las dificultades emocionales y mentales parecen haber disminuido para los niños y sus padres, según la encuesta. Pero hay excepciones clave: los indicadores de estrés en los hogares de bajos ingresos y de un solo padre continuaron aumentando a medida que pasaron las semanas, y a menudo el impacto fue más difícil para las personas de color.

Para develar lo que está sucediendo en todo el país, la Academia Estadounidense de Pediatría y la organización Prevención del Abuso Infantil comenzará un estudio longitudinal en agosto acerca de cómo los padres lidian con esta situación a lo largo de Estados Unidos.

“Planeamos analizar realmente en profundidad cuáles son las experiencias positivas que están recibiendo los niños, cuáles son sus experiencias adversas y cómo cambian las prácticas de crianza durante todo esto”, detalló Sege.

“Todos los que nos preocupamos por los niños estamos muy preocupados frente a lo que sucedería si los beneficios adicionales, los subsidios por desempleo y todas esas cosas dejan de existir”, agregó. “La medida en que las familias han sido capaces de sobrellevar la situación, ha sido porque tienen apoyo económico, no están siendo desalojados. Pueden poner comida en sus mesas”, añadió.

Asegurarse de que los estadounidenses no retomen el castigo corporal es clave, advirtieron los experto. Un creciente número de investigaciones indica que los resultados finales de los castigos corporales pueden no ser positivos.

“El punto de disciplinar a un niño es enseñarle autorregulación cuando mamá y papá no están cerca”, explicó Sege. “Las nalgadas no logran eso”.

Un metanálisis de 75 estudios sobre las nalgadas como castigo descubrió que esta acción contribuía a la agresión, los problemas de salud mental y de estima social, así como al comportamiento antisocial en los niños, que se desarrollaron en la edad adulta.

Otros estudios han encontrado que los niños que reciben castigos corporales también experimentan problemas académicos en las escuelas y déficits cognitivos, además de tener más probabilidades de ser violentos hacia las mujeres posteriormente en su vida.

“Lo que encuentras es una correlación positiva entre las nalgadas y los niveles más altos de problemas de conducta. Si fuera efectivo, deberías ver lo contrario”, explicó a CNN Rebecca Ryan, psicóloga del desarrollo y profesora asociada de la Universidad de Georgetown, en una entrevista previa.

Los jóvenes son menos violentos en lugares donde se prohíbe el castigo corporal, según encontró un análisis de 2018 sobre datos de 88 países, territorios y estados del protectorado.

“Las sociedades que tienen estas prohibiciones parecen ser lugares más seguros para que crezcan los niños”, indicó en una entrevista previa el autor principal del estudio, Frank Elgar, profesor asociado del Instituto de Salud y Política Social de la Universidad McGill en Montreal.

Resto del mundo

Donald Trump ordenó paralizar toda la ayuda militar a Ucrania

El presidente Donald Trump ordenó el lunes una “pausa” en la asistencia estadounidense a Ucrania después de la reunión en la Oficina Oval del viernes, mientras Trump busca presionar al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky para que entable conversaciones de paz con Rusia.

Un funcionario de la Casa Blanca dijo que Trump está concentrado en alcanzar un acuerdo de paz para poner fin a la guerra de más de tres años desatada por la invasión total de Ucrania por parte de Rusia, y quiere que Zelensky se “comprometa” con ese objetivo. El funcionario agregó que Estados Unidos estaba “deteniendo y revisando” su ayuda para “asegurarse de que está contribuyendo a una solución”. El funcionario habló bajo condición de anonimato para poder hablar sobre la asistencia.

Trump criticó el lunes al presidente ucraniano por sugerir que el fin de la guerra de Rusia contra Ucrania probablemente “está todavía muy, muy lejos”.

Los comentarios se producen mientras aliados destacados de Trump intensifican la presión sobre Zelensky para que cambie drásticamente su enfoque hacia el presidente estadounidense, quien ha hecho del fin rápido de la guerra una de sus principales prioridades, o se haga a un lado.

La larga y complicada relación entre los líderes ha llegado a su punto más bajo después de una desastrosa reunión en la Casa Blanca en la que Trump y el vicepresidente JD Vance criticaron a Zelensky por no estar lo suficientemente agradecido por el apoyo de Estados Unidos a Ucrania desde que el presidente ruso Vladimir Putin ordenó la invasión en febrero de 2022.

“Esta es la peor declaración que Zelensky podría haber hecho, ¡y Estados Unidos no la tolerará por mucho más tiempo!”, dijo Trump en una publicación en su plataforma Truth Social sobre los comentarios que Zelensky hizo el domingo por la noche mientras hablaba con periodistas en Londres.

El presidente de Ucrania Volodymyr
El presidente de Ucrania Volodymyr Zelensky sale de la Casa Blanca después de reunirse con el mandatario Donald Trump, el viernes 28 de febrero de 2025, en Washington (AP Foto/Jose Luis Magana)

Más tarde el lunes, en un evento en la Casa Blanca, Trump se refirió a los presuntos comentarios de Zelensky y afirmó que el líder ucraniano “mejor no tenga razón en eso”.

“Si alguien no quiere llegar a un acuerdo, creo que esa persona no durará mucho”, añadió Trump. “No se le escuchará por mucho tiempo”.

Trump se mostró en desacuerdo con Zelenskyy, quien sugirió que tomaría tiempo llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra. El líder ucraniano también intentó ofrecer una visión positiva de la relación entre Estados Unidos y Ucrania tras la reunión de la Casa Blanca de la semana pasada.

Cuando un periodista le preguntó sobre las líneas generales de una nueva iniciativa europea para poner fin a la guerra en Rusia, Zelensky respondió: “Hoy estamos hablando de los primeros pasos y, por lo tanto, hasta que no estén en el papel, no me gustaría hablar de ellos en gran detalle”.

“Un acuerdo para poner fin a la guerra está todavía muy, muy lejos, y nadie ha iniciado todavía todos esos pasos”, añadió.

Pero Trump se irritó aún más cuando Zelensky sugirió que tomará tiempo para que el conflicto llegue a su fin.

“Es lo que estaba diciendo, este tipo no quiere que haya paz mientras tenga el apoyo de Estados Unidos y Europa, en la reunión que tuvieron con Zelensky, declaró rotundamente que no pueden hacer el trabajo sin Estados Unidos. Probablemente no haya sido una gran declaración en términos de una demostración de fuerza contra Rusia”, agregó Trump en su publicación. “¿En qué están pensando?”

Zelensky recurrió a las redes sociales poco después de las últimas críticas de Trump. No se refirió directamente a los comentarios de Trump, pero subrayó que “es muy importante que intentemos que nuestra diplomacia sea realmente sustantiva para poner fin a esta guerra lo antes posible”.

“Necesitamos una paz verdadera y los ucranianos son los que más la desean, porque la guerra está destruyendo nuestras ciudades y pueblos”, añadió Zelensky. “Estamos perdiendo a nuestro pueblo. Necesitamos detener la guerra y garantizar la seguridad”.

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