El peso cerró el primer semestre del año con una ganancia de 2.16 por ciento o 42.5 centavos, para cotizar alrededor de 19.22 pesos por dólar, ubicándose como la segunda divisa más apreciada entre los principales cruces del dólar, sólo detrás del dólar canadiense.
De acuerdo con Banco Base, en la primera mitad del año el tipo de cambio tocó un máximo de 19.8799 y un mínimo de 18.7480 pesos por dólar, mostrando una volatilidad anualizada de 8.7 por ciento, la menor para un periodo igual desde 2014.
Las principales determinantes de la apreciación del peso durante el primer semestre fueron el incremento en la demanda por pesos mexicanos, debido a que las tasas de interés en el país son atractivas para capitales extranjeros, sobre todo en un contexto en el que varios de los principales bancos centrales han adoptado un lenguaje más acomodaticio.
Las tasas de interés atractivas también han propiciado un posicionamiento a favor de la moneda nacional en los mercados financieros, lo que ha permitido que el tipo de cambio cotice con mayor estabilidad, cotizando en un promedio de 19.15 pesos por dólar durante el año.
Además el Banco de México (Banxico) mantuvo una postura y un lenguaje restrictivo durante el periodo de referencia, debido a la existencia de riesgos al alza para la inflación en un contexto de marcada incertidumbre.
Pese a que en el último comunicado la Junta de Gobierno adoptó una postura más neutral ante la evidencia de una desaceleración económica mayor a la prevista, el mercado no ha anticipado un recorte inminente de la tasa de interés, lo que resulta favorable para el peso mexicano.
Otro punto importante fue que la Reserva Federal (Fed) ha adoptado un lenguaje más acomodaticio, elevando la probabilidad de que recorte la tasa de interés en la segunda mitad del año, ante los riesgos a la baja para la inflación en Estados Unidos.
También los precios del petróleo se movieron al alza ante una disminución de la oferta petrolera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, a pesar de que los riesgos a la baja para el crecimiento económico global han limitado los incrementos de los precios del hidrocarburo.
Excelsior