El entusiasmo que Mike McDaniel llevó a Miami cuando fue contratado como entrenador en jefe en 2022 parece haberse evaporado por completo. En apenas tres temporadas, el técnico que alguna vez revolucionó la ofensiva de los Dolphins enfrenta ahora un escenario crítico tras la derrota 31–6 ante los Cleveland Browns, un equipo que llegaba con marca de 1–5 y sin haber superado los 17 puntos en toda la temporada.
Aquel estilo innovador que convirtió momentáneamente a los Dolphins en una de las ofensivas más emocionantes de la NFL —incluso comparada en su momento con el legendario “Greatest Show on Turf” de los Rams— ha desaparecido. Hoy, el equipo luce sin rumbo, sin energía y con una crisis interna que involucra tanto al cuerpo técnico como a su mariscal de campo, Tua Tagovailoa.
El domingo fue otra jornada para el olvido. Tagovailoa fue interceptado tres veces, una de ellas devuelta 34 yardas para touchdown por Tyson Campbell, y terminó siendo enviado a la banca en el último cuarto con un pobre índice de pasador de 24.1. Su reemplazo no cambió la historia: Miami volvió a mostrar una ofensiva sin ritmo y una defensa incapaz de detener el ataque terrestre de Cleveland, que dominó el encuentro pese al mal clima.
El ambiente en el vestidor tampoco ayuda. Durante la semana, Tagovailoa había sido criticado por reprochar públicamente la falta de compromiso de algunos compañeros que no asistían a reuniones voluntarias. En lugar de recibir apoyo, el mariscal fue presionado para disculparse, reflejo de una organización sin liderazgo ni responsabilidad interna.
Con marca de 1–6 y su única victoria ante los modestos New York Jets, el futuro de McDaniel parece sentenciado. Los rumores apuntan a un posible despido a mitad de temporada, y no solo su puesto está en peligro. El gerente general Chris Grier, en el cargo desde 2016, enfrenta cuestionamientos por un roster mal administrado, con huecos evidentes y un tope salarial comprometido.
El declive de Tagovailoa tras su última conmoción, la lesión de rodilla del veterano Tyreek Hill y una defensa que no logra frenar el juego terrestre completan el cuadro de un equipo en crisis. Incluso se ha visto a Grier observando en persona a prospectos universitarios como John Mateer y LaNorris Sellers, en una clara señal de que el equipo podría estar buscando su futuro mariscal de campo.
A diferencia de su llegada, McDaniel ya no parece tener respuestas. Con una plantilla desgastada y una dirección confundida, los Dolphins se han convertido en una sombra de aquel proyecto que prometía revolucionar la NFL. Hoy, en Miami, el optimismo es cosa del pasado.