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Los mayas desmembraban a sus enemigos

la-cultura-maya-588x257Se resuelve otra pieza del complejo rompecabezas que compone a la enigmática cultura Maya. Arqueólogos encuentran en la antigua ciudad de Uxul, Chiapas, una tumba masiva con restos de individuos decapitados y desmembrados hace aproximadamente mil 400 años. ¿Quiénes eran estas víctimas?

Tras cinco años estudiando el sitio arqueológico, investigadores de la Universidad de Bonn en Alemania, en colaboración con el mexicano Antonio Benavides del Instituto Nacional de Antropología e Historia, hallaron los 24 esqueletos dentro de una cueva artificial de 32m2 que previamente había servido como un depósito de agua.

El lodo que cubría los restos ayudó a preservarlos. Fue posible distinguir la edad y el sexo de 15 de los 24 individuos, 13 de ellos eran hombres y dos mujeres, de entre los 18 a los 42 años de edad. Los cráneos mostraban marcas de violencia y, en la mayoría de los casos, se habían arrancado las mandíbulas. Las vértebras cervicales mostraban hachazos, indicando que los cuerpos habían sido decapitados y descuartizados.

Al analizar las dentaduras, los arqueólogos descubrieron que varios habían sufrido de caries y desnutrición, por lo que habían perdido varios dientes. Algunos tenían incrustaciones de jade, indicando que algunos esqueletos habían pertenecido a miembros de la clase alta. Los arqueólogos desconocen aún si las víctimas eran prisioneros de guerra o nobles ciudadanos de Uxul.

Futuros análisis de isótopos estables permitirán saber si lo cuerpos pertenecían a la población local o provenían de otras regiones. Por lo pronto, el hallazgo sirve para comprobar que efectivamente los mayas desmembraban a sus enemigos, tal y como lo es representado en el arte maya.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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