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Dinero

Los pobres, opción de «negocio», dice el BID

Los pobres de América Latina y el Caribe, quienes representan 45 por ciento de toda su población, constituyen «una oportunidad de negocio» para todo tipo de empresas, sean pequeñas o transnacionales, ya que los hogares de menores recursos llegan a gastar en conjunto 500 mil millones de dólares por año en diferentes productos y servicios.

Es «un mercado a la alza» que puede alcanzar los 759 mil millones de dólares, lo que represente el 10 por ciento de la economía regional, asegura el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un informe publicado este mes sobre esa población a la que denomina «la base de la pirámide», constituída por dos subgrupos, los más pobres que ganan menos de 4 dólares diarios y los vulnerables con ingresos que oscilan entre los 4 y los 10 dólares por día.

En México, el valor del mercado de los pobres se incrementó 22 por ciento en la primera década de este siglo, al pasar 139 mil millones de dólares en el año 2000 a 170 mil millones de dólares para 2010. Esta última cantidad equivale a la tercera parte del mercado regional de la base de la piramide y sólo fue superada por el mercado de Brasil, el cual tuvo un incremento de 24 por ciento en el mismo periodo al pasar de 207 mil millones a 254 mil millones de dólares.

El aumento del dicho mercado en México obedece a que la base de la pirámide se incrementó 10 por ciento en la última década al pasar de 82 millones en el año 2000 a 90 millones en 2010, aunque sus componentes muestran comportamientos diferenciados. El subgrupo de los mexicanos más pobres se redujo 9 por ciento al pasar de 44 a 40 millones, pero el subgrupo de los pobres vulnerables se disparó 32 por ciento al pasar 38 millones hasta 50 millones de personas.

Si bien el informe analiza la transformación que en este siglo ha tenido la población latinoamericana y caribeña con menores recursos, también evalúa y pondera los «negocios rentables» que pueden realizarse con ella y que el BID financia desde hace diez años a través de empresas de diversos sectores que van desde servicios de salud y educación hasta comercio y telecomunicaciones.

Si bien reconoce que los pobres de la región gastan 27.5 por ciento de sus ingresos, en promedio, para la compra de alimentos, destaca que el resto (72.5 por ciento) «lo destinan hacia una variedad de necesidades y deseos que van desde la vivienta y el transporte hasta el entretenimiento y la educación». Para los padres la educación y salud de sus hijos es una prioridad particular y por eso aplican sus ahorros a tales rubros en servicios privados, aunque se los proporcionen sus gobiernos.

Los pobres latinoamericanos y caribeños, no son un grupo social monolítico ni estático que carece de poder de compra, ya que un 75 por ciento habita en zonas urbanas y cuentan con servicios públicos y mejores oportunidades de educación, además de que se ha incrementado el número de familias que se ha «graduado» como clase media en cuanto mejoran sus niveles de ingresos y escolaridad, señala el BID.

Así que «el mercado de la base de la pirámide resulta doblemente atractivo porque aumenta en tamaño y poder adquisitivo, pero también porque una parte migra a la clase media», aunque ha sido un mercado desatendido del cual ahora inversionistas y empresa exigen más datos lo mismo que gobiernos y la academia.

El BID justifica que las empresas realizan también una labor social al hacer negocios con los pobres. «La región ofrece un lugar único para el desarrollo social, nuevos clientes y la innovación. Las empresas pueden beneficiarse mientras hacen una diferencia en la vida de las personas, proporcionándoles bienes y servicios de calidad de tipo financiero, tecnologías de la información, comnunicaciones y educación, adicionales a los alimentos y servicios básicos. Icluso las empresas pueden trabajar en conjunto con los gobiernos en programs de subsidio, asociaciones público privadas y organizacionoes no gubernamentales», indica.

La Jornada

Dinero

Dólar Estable Frente al Peso: Diez Días de Estabilidad en el Tipo de Cambio

Este 11 de diciembre, el dólar inició operaciones con un rango de “20.19/20.21 pesos, alcanzando un mínimo de 20.14 y un máximo de 20.2330”, según informó Cleofas Torres Rivera, analista financiero chihuahuense.

Torres Rivera destacó que “el tipo de cambio se mantiene congelado y estable”, sumando ya diez días sin fluctuaciones significativas, un comportamiento poco común. Esto contrasta con la volatilidad registrada en primavera, cuando el dólar llegó a 16.50 pesos, y el repunte tras las elecciones en México y Estados Unidos, que llevó el tipo de cambio cerca de los 21 pesos.

En el contexto internacional, Estados Unidos publicó el índice de inflación de noviembre, que fue del 0.3% mensual, en línea con las expectativas del mercado. A pesar de esto, la actividad en el mercado de divisas ha sido limitada.

El peso mexicano ha mostrado una ligera apreciación reciente, aunque el dólar se mantiene estable frente a las principales monedas del G-10. Torres Rivera señaló ejemplos como el yen, cotizado en 152, y el euro en 1.05.

En su análisis, el experto anticipó que el mercado local también permanecerá estable, proyectando un rango de operación para el dólar entre 20.10 y 20.30 pesos durante la sesión de hoy, niveles que han sido respetados consistentemente en los últimos días.

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