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Ciencia y Tecnología

Los pros y contras del nuevo sistema operativo Windows 11: ¿Vale la pena actualizarlo?

A medida que Microsoft va revelando más y más detalles de la próxima versión de su sistema operativo, Windows 11, empiezan a surgir algunas dudas sobre si realmente merece la pena actualizar la versión actual. A continuación, comparamos los pros y contras de ambos sistemas operativos para responder a una de las preguntas más apremiantes: ¿Actualizar o no actualizar?

¿Cómo lo actualizo?
Para todos los usuarios de Windows 10 con licencia original, Windows 11 será una actualización gratuita, aunque la nueva versión cuenta con ciertos requisitos. Entre otras cosas, resultará imprescindible tener espacio libre en el disco duro para los 64 GB que ocupa la actualización. Podemos comprobar si nuestro ordenador cumple con los requisitos mínimos de hardware necesarios para el nuevo sistema operativo a través de la herramienta PC Health Check de Microsoft.

Si bien algunos no ven llegado el momento de instalarse Windows 11, cabe señalar que la versión del sistema operativo, que se lanza el 28 de junio, será una versión beta que solo estará disponible a través del programa Windows Insider. El portal digitaltrends advierte que esa versión aún contiene errores, por lo que sugieren esperar a que salga la versión más estable, que, según asegura Microsoft, estará disponible para finales de este mismo año.

Cambios visuales
La mayoría de las diferencias principales entre Windows 10 y Windows 11 radican en la interfaz de usuario simplificada, en sincronía con las tendencias minimalistas.

El cambio más notable es el botón de Inicio, que ahora ocupará por defecto la parte central de la barra de tareas, aunque será posible cambiar su posición a la más tradicional. Sin embargo, ya no será posible mover la barra de tareas al lado derecho o izquierdo del escritorio, ya que ahora tiene una ubicación fija en la parte inferior de la pantalla.

En general, las posibilidades de personalizar tanto la barra de tareas como el menú de Inicio serán bastante limitadas. Asimismo, desaparecerán los Live Tiles, ya que el menú de Inicio tendrá una lista fija de aplicaciones (aunque se pueden anclar las aplicaciones necesarias), así como los documentos más recientes, que aparecerán más abajo.

Adiós a Timeline y Cortana
Una de las pérdidas que sufrirán los usuarios al actualizar su sistema operativo a Windows 11, será la desaparición de Timeline, aunque Microsoft Edge dispondrá de funciones semejantes.

Asimismo, Cortana desaparecerá de la barra de tareas, si bien seguirá estando disponible a través de una aplicación para los que necesiten el asistente virtual de Microsoft.

Otras pérdidas
Windows 11 abandonará algunas otras aplicaciones como 3D viewer, OneNote para Windows 10, Paint 3D y Skype, aunque será posible descargarlas en la tienda de aplicaciones. Sin embargo, la aplicación Cartera será eliminada por completo.

La nueva actualización supondrá el punto final para Internet Explorer, que será completamente deshabilitado y reemplazado por Microsoft Edge.

Función Multitarea
Una novedosa función de Windows 11 es la multitarea, que permite organizar las ventanas más fácilmente y asignarles diferentes tamaños y formas, además de agruparlas gracias a Snap Layouts. Windows 11 recordará la configuración elegida, así que será cuestión de segundos volver al modo multitarea en vez de configurar las ventanas de nuevo.

Aún más importante es la función que permite trabajar con la segunda pantalla sin tener que configurar las ventanas la siguiente vez que lo conecte a su ordenador, ya que las aplicaciones volverán a aparecer en la barra de tareas.

Fuente: RT

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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