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Resto del mundo

Lubitz intentó descenso controlado en otro vuelo

El copiloto del vuelo 4525 de Germanwings intentó hacer undescenso controlado en otro vuelo con destino a Barcelona la mañana del 24 de marzo, antes de que el avión se estrellara en una montaña cuando regresaba a Alemania, indicaron el miércoles investigadores franceses del accidente aéreo.

El copiloto Andreas Lubitz hizo descender el avión varias veces para después recuperar altura en un vuelo con el mismo avión A320 de Duesseldorf a Barcelona, dijo en un informe la agencia de investigación aérea, conocida como BEA.

El piloto parecía haber salido también de la cabina durante ese vuelo, señaló el informe.

Los datos de la cabina muestran que Lubitz hizo descender la nave cinco ocasiones en un periodo de cuatro minutos y medio durante el viaje entre Duesseldorf y Barcelona.

El documento publicado el miércoles es solo un informe preliminar. La BEA dijo que seguirá revisando los «fallos sistemáticos que puedan haber llevado a este accidente o sucesos similares».

Las pesquisas, señalaron los investigadores, se centran en «el equilibrio actual entre la confidencialidad médica y la seguridad aérea», y en los «compromisos» realizados en seguridad tras los atentados del 11 de septiembre de 2011 en Estados Unidos, especialmente en los sistemas de bloqueo de las puertas de cabina.

La fiscalía francesa dijo en su día que el copiloto Andreas Lubitz estrelló deliberadamente el avión contra los Alpes franceses en el vuelo de vuelta de Barcelona a Duesseldorf. Las 150 personas que iban a bordo del avión fallecieron.

El portavoz de Lufthansa Helmut Tolksdorf señaló por teléfono desde Fráncfort que la aerolínea no había tenido tiempo para analizar los nuevos datos proporcionados por las autoridades francesas, y no tenía previsto hacer comentarios a corto plazo. Lufthansa es la empresa matriz de Germanwings.

Fuente: Azteca Noticias

México

México y República Dominicana se unen para frenar la invasión de sargazo en el Caribe

El Gobierno de México y la República Dominicana han decidido enfrentar juntos una crisis ambiental que amenaza sus costas caribeñas: la masiva llegada de sargazo. El canciller dominicano Roberto Álvarez, junto a altos funcionarios mexicanos, propuso la creación de una mesa bilateral interinstitucional que reúna a las cancillerías y a los ministerios de medio ambiente de ambos países para coordinar acciones inmediatas.

El sargazo, un alga marina que en condiciones normales es parte del ecosistema, se ha convertido en una plaga. Las enormes cantidades que llegan a las playas provocan graves daños: generan gases irritantes, sofocan ecosistemas marinos y ahuyentan al turismo, uno de los motores económicos de la región. Hoteleros y trabajadores de playa libran una batalla diaria para retirar las montañas de algas en descomposición.

En la última década, los florecimientos de sargazo en el Atlántico han aumentado de manera alarmante. Expertos señalan que la causa principal es la contaminación por nutrientes derivada de la deforestación, el aumento de la temperatura oceánica y cambios en las corrientes marinas, que empujan estas algas hacia el oeste, hasta las costas caribeñas.

Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el turismo podría aportar en 2025 hasta 281 mil millones de dólares a la economía mexicana y 21 mil millones a la dominicana, representando alrededor del 15% del PIB de cada país. Sin embargo, esta bonanza está en riesgo: la Universidad Nacional Autónoma de México advirtió en junio que los niveles de sargazo podrían duplicar los picos de 2018, con la llegada de hasta 400 mil toneladas a lo largo de este año, de las cuales un cuarto impactaría en México.

Ante la magnitud del problema, algunos países exploran usos productivos para el sargazo, como biocombustibles, fertilizantes o bioplásticos. No obstante, el proceso para eliminar toxinas y metales pesados como el arsénico es costoso y la investigación aún está en etapas iniciales. Además, la imprevisibilidad de los brotes dificulta atraer inversión privada que garantice cosechas constantes.

La propuesta de México y República Dominicana busca no solo enfrentar la emergencia, sino sentar las bases para una cooperación sostenida que permita proteger sus ecosistemas, preservar el atractivo turístico y, eventualmente, convertir esta amenaza en una oportunidad económica.

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