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Madonna causa ira en Israel

CIUDAD DE MÉXICO, 6 de junio.- Una fuerte polémica desató la cantante estadunidense Madonna luego de que mostró en su concierto en Tel Aviv un video en el que se ve a la líder francesa del partido Frente Nacional (FN, extrema derecha), Marine Le Pen, con una esvástica y un bigote que rememora a Adolfo Hitler.

Por supuesto que la proyección de este video en las pantallas gigantes, durante el concierto de la Reina del pop, desataron muchos comentarios en contra, sobre todo entre los seguidores de Marine Le Pen.

Incluso la líder ha solicitado que se quiten estas imágenes en el resto de la gira, sobre todo cuando llegue a París. Este hecho coloca nuevamente a Madonna enmedio de las controversias, lo que no es la primera vez que sucede al ser una figura polémica.

Con actos que van desde la crucifixión que la cantante escenificó en su gira Confessions, la cual provocó severas críticas por parte del Vaticano quien la acuso de blasfemia y provocación, hasta sus poses para revistas como Interview, en la que posó con crucifijos y demás símbolos del cristianismo, la Reina del pop no deja de incitar al debate.

En agosto de 2006, Madonna cantó para 70 mil italianos que asistieron al estadio Olímpico de Roma en un concierto que resultó polémico no sólo por aparecer simbólicamente crucificada y con una corona de espinas en la cabeza, sino porque además la cantante invitó al papa Benedicto XVI a que acudiera al concierto como espectador, algo que provocó ira entre los católicos.

Con coreografías que muestran a sus bailarinas con poca ropa, o en topless, y donde los movimientos son eróticos y denotan libertad sexual, lesbianismo o bisexualidad; o bien utilizando símbolos religiosos como en su video de los años 80 del siglo pasado, Like a Prayer, en el que aparece besando un santo negro y bailando entre cruces quemándose, la cantante provoca.

También lo hace cuando muestra fotografías del Papa después de haber enseñado otras del antiguo dictador italiano Benito Mussolini. No está de más recordar el beso que se dio con Britney Spears y Christina Aguilera en la ceremonia de premiación de los MTV Video Music Awards 2003, al interpretar Like a Virgin, provocando una escena aún fresca en la memoria de quienes la vieron.

En su actual gira, MDNA World Tour, la estadunidense muestra la imagen de Marine Le Pen, política francesa de ultra derecha, con una esvástica en la frente, algo que podría generar una demanda en su contrasi Madonna muestra esa figura en su concierto programado para el próximo 14 de julio en París, según declaraciones del responsable del FN. 

Mientras que La Chica Material interpretaba Nobody Knows Me, diversos símbolos asociados con los nazis tuvieron efecto desde Israel, país donde se originó la polémica, hasta Francia, donde Le Pen respondió.

“Las cantantes que envejecen deben hacer que hablen de ellas. Se puede entender que recurran a esos extremos”, dijo la política francesa, sobre un espectáculo en el que Madonna también aprovecha para hacer ver las supuestas similitudes entre su canción Express yourself Born this way, de Lady Gaga.

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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