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‘Mañanera’ de AMLO sí violó imparcialidad y equidad de las elecciones: Tribunal Electoral

La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó este miércoles la sentencia de su Sala Especializada, que resolvió que la conferencia del presidente Andrés Manuel López Obrador del 9 de abril pasado sí constituyó propaganda gubernamental en período prohibido.

Por ello, las magistradas y magistrados insistieron que se debe sancionar a Jesús Ramírez, coordinador de Comunicación Social, y a Erwin Neumaier, titular del Centro de Producción de Programas Informáticos y Especiales (Cepropie).

Al primero de ellos por hacer la logística de la conferencia y subirla a redes sociales, y al segundo por generar la señal satelital y ponerla sin restricción alguna a disposición de los medios de comunicación.

Por unanimidad, la Sala Superior del TEPJF resolvió que dichos funcionarios incurrieron en una falta electoral catalogada como grave ordinaria, por lo que el Órgano Interno de Control de la Presidencia debe sancionarlos.

El 19 de abril, Teresa Guadalupe Vale Castilla presentó una queja por la presunta difusión de propaganda gubernamental en período prohibido en la citada conferencia.

La quejosa aseguró que en la conferencia se hizo referencia a logros del gobierno, dentro del proceso de campaña del proceso electoral federal 2020-2021 y en período de campañas en diversas entidades federativas.

El 27 de mayo, la Sala Especializada declaró la existencia de la infracción por la difusión de propaganda gubernamental actualizándose la transgresión al artículo 41 de la Constitución, derivado de diversas manifestaciones en la conferencia.

Jesús Ramírez, Erwin Neumaier, así como la Presidencia de la República promovieron el 2 de junio pasado respectivos recursos de revisión del procedimiento especial sancionador.

En sesión remota por videoconferencia celebrada este miércoles, la Sala Superior desechó dichas apelaciones, las cuales consideró como infundadas e inoperantes, y determinó confirmar que dichos funcionarios sí violaron la Ley electoral.

Insistieron en que Jesús Ramírez tenía la obligación de revisar y verificar que la información que se iba a difundir en las plataformas de redes sociales de la Presidencia no tuviera propaganda gubernamental prohibida.

Mientras que Erwin Neumaier tenía la obligación de que el contenido se ajustara al marco normativo constitucional y legal, así como a las restricciones respecto de la difusión de propaganda gubernamental en período de campaña.

En la citada conferencia, el presidente López Obrador resaltó las acciones gubernamentales que se han llevado a cabo y las que se realizarían en materia de pensiones para las personas adultas mayores.

Además, el mandatario contrastó la actual situación del robo de combustible con la del gobierno anterior y mencionó que las acciones gubernamentales llevadas a cabo han tenido como consecuencia la disminución de este delito.

Asimismo, expresó logros concretos relativos a la recuperación de hidrocarburos.

Con ello, se establece en la sentencia, se transgredió el principio de imparcialidad y equidad en la contienda electoral.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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