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Política

Manning pide perdón por perjudicar a Estados Unidos

El uniformado, de 25 años, se enfrenta a una pena máxima de 90 años de prisión por 20 cargos de espionaje.

El soldado Bradley Manning ha pedido perdón por sus acciones y ha reconocido que la filtración de documentos secretos diplomáticos y militares a Wikileaks, la mayor de la historia de EE UU, perjudicó los intereses de su país. Su declaración de este miércoles en la base militar de Fort Meade fue la primera que realizaba desde que el pasado mes de junio se iniciara su proceso. y con ella, el soldado pretende obtener clemencia de la juez militar encargada del caso para rebajar su condena. El uniformado, de 25 años, se enfrenta a una pena máxima de 90 años de prisión por 20 cargos de espionaje, robo de propiedad del Gobierno, fraude informático y otras violaciones del código militar de los que fue encontrado culpable el 30 de julio. La magistrada, Denise Lind, lo absolvió del delito más grave que pesaba sobre él, el de ayuda al enemigo, que acarreaba la cadena perpetua.

“Quiero pedir perdón porque mis actos han herido a la gente y siento mucho haber perjudicado a EE UU”, comenzó Manning en una intervención que apenas duró dos minutos. “Siempre fui consciente de lo que hacía pero cuando tomé la decisión pensé que iba a ayudar y no a lastimar a personas continuó. Sé que debo pagar un precio por ella”, continuó. La última vez que el soldado rompió su silencio fue en febrero de este año, durante la vista preliminar. Entonces, reconoció que decidió filtrar los cables y los vídeos sobre la guerra de Irak y Afganistán para llamar la atención sobre la actitud del Ejército de EE UU y generar un debate en la sociedad estadounidense. Ayer, dijo a la juez que debió haber “luchado de manera más agresiva dentro del sistema”. “Estos tres años han sido de gran aprendizaje para mí”, sostuvo.

A lo largo de este proceso, la defensa ha tratado de presentar a Manning como una persona ingenua y bienintencionada, pero en la fase final su abogado ha incidido en su personalidad insegura y atormentada. De esta forma, persigue trasladar la responsabilidad última de las filtraciones a la negligencia del Ejército que ignoró muchas señales de su conducta errática mientras estaba en Irak -pataletas cuando era castigado, actitud ausente cuando se le dirigía la palabra…-, autorizando que desempeñara su actividad como analista de inteligencia.

En esa línea, el capitán Michael Worsley, experto psicólogo clínico y médico que este miércoles ha comparecido como testigo de la defensa, ha reconocido que se detectaron en el soldado signos de desequilibrio mental y problemas de identidad sexual durante su servicio en Irak pero que nunca se le proporcionó la atención médica adecuada.

La fiscalía, por el contrario, se ha centrado en mostrar a Manning como un arrogante, consciente en todo momento de que revelando información secreta a la web Wikileaks iba a ayudar al enemigo. Durante la fase para determinar la sentencia, la acusación ha llamado a varios testigos que han insistido en que las filtraciones del soldado pusieron en riesgo muchas operaciones militares en Afganistán e Irak. La defensa ha insistido en minimizar el riesgo que para la seguridad nacional tuvieron los documentos publicados por Wikileaks.

Tras los alegatos de la defensa, que está previsto que finalicen a lo largo de este miércoles, el juicio de Manning se acerca cada vez más a su final definitivo. A la juez solo le queda redactar su fallo, cuya lectura podría realizarse la próxima semana, según fuentes del tribunal citadas por la agencia Reuters. En las últimas semanas, la magistrada ha reducido la pena máxima, inicialmente fijada en 136 años de cárcel, por 90 al condensar determinados delitos por considerar que varios cargos eran “repetitivos”. Meses atrás ya disminuyó la potencial condena en 112 días debido al trato injusto dispensado a Manning tras su detención en Bagdag en mayo de 2010.

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Chihuahua

Cruz Pérez Cuéllar toma control de la AALMAC en Chihuahua: ¿municipalismo progresista o plataforma electoral?

En plena recta final de su administración y en medio de especulaciones sobre su futuro político, el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, asumió este viernes la coordinación estatal de la Asociación de Autoridades Locales de México A.C. (AALMAC) en Chihuahua. El acto, realizado en un evento oficial con presencia de representantes municipales de todo el estado, marca un nuevo escalón en la proyección regional del edil fronterizo.

Con más de 25 años de existencia y más de mil gobiernos locales afiliados, la AALMAC se define como la voz del municipalismo progresista en México. Pero más allá del discurso, la organización ha servido en los hechos como plataforma de articulación política entre alcaldes de izquierda —especialmente de Morena—, con el objetivo de ganar peso frente a los gobiernos estatales y federales, negociar presupuestos y empujar reformas legislativas.

Durante la toma de protesta, se presentó la Coordinadora Estatal de la AALMAC en Chihuahua, que según sus promotores buscará ser un espacio de diálogo y colaboración para enfrentar problemáticas comunes como seguridad, infraestructura y servicios públicos. Nada que no se haya dicho antes en cada cumbre municipalista… pero con un giro: esta vez, con Pérez Cuéllar al mando.

El edil juarense, que también funge como vicepresidente nacional de la asociación, no perdió la oportunidad para enviar un mensaje de ambición política disfrazado de visión regional. “Los desafíos más urgentes del país también se enfrentan desde los municipios”, dijo, dejando claro que, aunque sus facultades son locales, su mirada está más allá de la frontera de Ciudad Juárez.

Entre los logros que presume la AALMAC están las compras consolidadas, inversiones en plantas de tratamiento, rellenos sanitarios y reformas legislativas que —según ellos— han impactado positivamente a los municipios. Sin embargo, fuera del círculo político, muchos de estos avances son poco visibles para la ciudadanía, y en algunos casos, apenas en etapa de promesa.

En contexto electoral, el ascenso de Pérez Cuéllar como coordinador estatal de esta organización no pasa desapercibido. Con las elecciones de 2027 en el horizonte y una creciente exposición nacional, el movimiento no solo fortalece su liderazgo entre alcaldes de Morena, sino que lo posiciona como un actor clave dentro del reacomodo de poder en Chihuahua.

La pregunta es clara: ¿la AALMAC en el estado será un verdadero motor de coordinación municipal o una plataforma más para la promoción de figuras políticas? Mientras los municipios siguen enfrentando carencias en seguridad, agua, basura y servicios públicos, las respuestas deberán ir más allá de los discursos. Y rápido.

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