Se podría pensar que el masticar chicle beneficia a las personas en algunas cosas, como en mitigar el estrés diario, refrescar el aliento, reducir la acidez de la boca o “engañar al estómago” para no consumir alimentos entre comidas, sin embargo, existen efectos secundarios negativos al usarlo en exceso.
El doctor Ismael Rodríguez Chávez, coordinador auxiliar de Salud Pública del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señaló múltiples complicaciones en el organismo y en el medio ambiente a causa del consumo excesivo de chicle, ya que por lo general la persona que lo mastica, lo hace con frecuencia y no lee los ingredientes que contienen.
En primer instancia, está el daño bucal, ya que el consumo de azúcar causa caries dental, e incluso los chicles que no la contienen, llevan saborizantes y conservadores ácidos que causan desgaste dental, descalcificando las piezas hasta con el tiempo pulverizarlas.
Aún más peligroso es en las personas que tienen empastes de mercurio -amalgama- en sus dientes, puesto que cada vez que mastican, el vapor de mercurio es liberado y rápidamente encuentra su camino en el torrente sanguíneo, lo que provoca procesos oxidativos en sus tejidos, comentó.
Asimismo, la mayoría de los chicles contienen endulzantes artificiales que son potencialmente peligrosos, como el aspartame, el cual se metaboliza dentro del cuerpo tanto en alcohol de madera, como formaldehído –agente cancerígeno utilizado para embalsamar que no se elimina del cuerpo a través del sistema de filtración normal llevado a cabo por el hígado y los riñones-.
También, el consumo de estos endulzantes artificiales puede ocasionar el aumento de peso al estimular el apetito de comida chatarra, eleva el antojo de carbohidratos y el almacenamiento de grasa; por otro lado, algunos chicles sin azúcar contienen sorbitol, el cuál si se excede el consumo en más de cinco gramos por día, puede causar un efecto laxante, situación de la cual la persona no se da cuenta por lo que puede haber una pérdida de peso peligrosa.
Señaló, que otra consecuencia es que se puede desencadenar el Trastorno de la Articulación Temporomandibular, lo que significa un desequilibrio en el músculo de la mandíbula, al masticar más de un lado que del otro, lo que puede conllevar dolores de cabeza, de oído y de muelas.
Además, indicó que cuando se utiliza el chicle se envían señales físicas al cuerpo de que está a punto de recibir comida, por lo que las enzimas y los ácidos que se activan al masticar son liberados, pero sin los alimentos que tiene el objetivo de digerir; esto puede causar hinchazón abdominal, producción excesiva de ácido estomacal, úlceras y podría comprometer su capacidad de producir suficientes secreciones digestivas cuando realmente se consumen alimentos.
Por todas estas situaciones, el doctor Rodríguez Chávez recomendó dejar este mal hábito, puesto que aparte de las consecuencias descritas, en muchas ocasiones el masticar chicle se considera una falta de educación, además de que un chicle masticado y arrojado en la vía pública, representa un foco de infección y un riesgo para la salud de los demás habitantes, ya que puede albergar hasta 10 mil bacterias, algunas que se esparcen en el aire, como la salmonelosis y estafilococo, entre otras.
Finalmente informó que en las Unidades de Medicina Familiar (UMF) existen módulos PrevenIMSS en donde personal especializado puede orientar al derechohabiente sobre cómo llevar una dieta adecuada para evitar quieran consumir chicle para que no les de hambre; la forma correcta del cepillado de dientes para evitar caries; rutinas de ejercicio para liberar el estrés diario, entre muchas otras recomendaciones para mantener un estado de salud adecuado.