Con la entrada en vigor de la nueva Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, se contempla una reducción en las sentencias por delitos graves, donde los menores pasarán solamente de tres a cinco años de prisión por el delito de homicidio, dependiendo de la edad que tengan.
Con esta modificación, los menores que asesinaron a sus padres adoptivos podrían quedar en libertad en corto tiempo.
Antes de esta reforma, el sistema penal indicaba que para los menores infractores de entre 14 y 16 años de edad podrían alcanzar una pena máxima de 10 años de prisión, lo que ahora se reduce a tres años, mientras que a los menores de 16 hasta 18 años se dictaban sentencias de hasta 15 años de cárcel, la cual se vio reducida sólo 5 años.
Uno de los casos que más destacan es el de Ana Carolina López Enríquez, quien en el 2013 asesinó a sus padres adoptivos, cuyos cuerpos fueron quemados, con ayuda de su novio y un amigo en la capital chihuahuense. Ella podría ser liberada en el 2018 ante la reducción a cinco años de condena por dicho crimen.
Otro de los casos muy sentidos fue el del asesinato del pequeño Christopher Raymundo Márquez Mora, quien tenía apenas seis años de edad. Uno de los menores que participó en el asesinato podría quedar en libertad. Se trata de Jesús David, quien por contar con 15 años de edad al momento de su sentencia podría ser liberado en tres años.
Esta modificación puede ser perfectamente aplicable de manera retroactiva, ya que la Carta Magna indica que la ley puede ser usada de este modo a favor del imputado y/o sentenciado.