La Audiencia Provincial de Barcelona ha condenado a Leo Messi, delantero del Barcelona, y a su padre, Jorge Horacio Messi, a 21 meses de cárcel por fraude fiscal. El deportista y su padre estaban acusados de defraudar 4,1 millones de euros a Hacienda a través de una estructura de empresas en paraísos fiscales. Ese entramado permitió al jugador omitir sus ingresos por explotación de los derechos de imagen (10,1 millones entre 2007 y 2009) y evitar el pago de impuestos en España.
Habitualmente, los jueces deciden suspender la entrada en prisión para los condenados cuando las penas no superan los dos años y no tienen antecedentes penales. Aún así, ha habido casos en los que los magistrados sí han decretado la entrada en la cárcel. Uno de ellos, por ejemplo, se produjo cuando la Audiencia Provincial de Malaga acordó que Isabel Pantoja, sentenciada a dos años, ingresara en un centro penitenciario.
El argumento de la defensa de los Messi fue que tanto Lionel (“un futbolista profesional al que solo le interesaba el balón”) y su padre (“un exempleado metalúrgico en Argentina”) eran “profanos” en materia de fiscalidad y por eso contrataron a abogados especializados en los que “confiaban, pero estos les engañaron”. La defensa de los Messi creían que ambos saldrían airosos del juicio.
El tribunal no se cree que Messi no supiera nada, sino que decidió «permanecer en la ignorancia», indiferente ante unos manejos fiscales que acababan beneficiándole. «Y cuando se aprecia una indiferencia tan grave como la que nos ocupa, ya que, a pesar de todas las circunstancias y oportunidades que tuvo el jugador de conocer cómo se gestionaban sus derechos, no lo hizo, no cabe sino considerar que se ha actuado con dolo», dice la sentencia.