México continúa siendo uno de los lugares más peligrosos en el mundo para los periodistas y comunicadores, en donde han fallecido desde 1992 más de 30 reporteros.
En 2014, el deterioro de las condiciones en que se desarrollan esos trabajadores ha alcanzado su punto más bajo en más de 10 años, ya que los periodistas enfrentan más restricciones por parte de gobiernos, grupos violentos y criminales, de acuerdo con el informe Libertad de Prensa 2015, realizado por Freedom House.
“México que sufre violencia endémica, recibió su menor calificación en más de una década, después de haber promulgado una nueva Ley de Telecomunicaciones, la cual fue muy controvertida”, dice en su contenido el documento.
“Es un informe desolador porque vamos empeorando”, dijo la periodista Carmen Aristegui, durante la presentación del documento en donde estuvo, entre otros Mariclaire Acosta, directora de Freedom House.
De acuerdo con esta organización, “la impunidad y violencia acicatean la libertad de expresión en México.
Periodistas y medios de comunicación, aunque estos últimos en menor medida, sufren una escalada de ataques que en la última década se han incrementado progresivamente, al punto que desde hace varios años el país se ubica en los primeros lugares en el mundo por los asesinatos, desapariciones y agresiones a periodistas.
“Instituciones de procuración de justicia débiles se ven rebasadas y los agresores siguen en las calles, sin castigo por sus crímenes. La respuesta del Estado mexicano ha sido incierta y pobre. Y tampoco ofrece garantías para que el periodista trabaje con libertad e independencia”.
En el informe, al que asistieron como testigos José Buendía y Javier Garza, se resalta que los medios de comunicación y sus trabajadores enfrentan presiones de diversos actores que pretenden manipular el contenido noticioso o impedir su publicación, entre ellos los dueños de agencias que defienden agendas políticas o de negocios, importantes publicistas que buscan recibir cobertura positiva o neutral y funcionarios gubernamentales.
“La violencia criminal constituye la peor amenaza al periodismo independiente en el país. Según el Comité para la Protección de los Periodistas, al menos 31 reporteros y cuatro trabajadores de los medios han sido asesinados por motivos relacionados con su labor desde 1992 y 13 más han desaparecido desde 2005”.
Durante la presentación, se recordó a los periodistas de Veracruz: Moisés Sánchez Cerezo, quien fue secuestrado y asesinado en enero pasado; así como a Gregorio Jiménez de la Cruz, quien fue encontrado muerto en 2014.
“Año con año, México es testigo de cientos de ataques a periodistas y medios de comunicación y aunque no todos terminan en homicidio, muchos de ellos son aparentemente resultado de actos de funcionarios corruptos.
“Trabajadores de los medios fueron víctimas de frecuentes agresiones o detenciones temporales durante la cobertura de las numerosas manifestaciones de 2014, en las que se protestó por los graves abusos contra los derechos humanos y la ley de telecom”.
Mariclaire Acosta señaló que lo más lamentable es que muchos periodistas no tienen a quien acudir antes de ser asesinados y cuando van a sus medios, estos no los respaldan.