México no será más justo sin comicios: INE a padres de los 43
El Instituto Nacional Electoral (INE) respondió a los padres de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que «nada sería más grave» que impedir la elección en Guerrero
El Instituto Nacional Electoral (INE) respondió a los padres de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que «nada sería más grave» que impedir la elección en Guerrero por «las vías violentas y contra el sentir de millones de mexicanos».
En una carta de cuatro cuartillas, firmada por los 11 consejeros, se asienta que «las amenazas de impedir las elecciones suscitan preocupación, porque pueden generar focos de conflicto que afectarán a la población. Nuestro país no será más justo sin elecciones, si le quitamos a la gente su derecho al voto».
A 12 días de que se reunieron los consejeros y los familiares de los jóvenes, al conmemorarse seis meses de la desaparición de los estudiantes, el órgano electoral advirtió que «sin elecciones estaríamos sujetos a la arbitrariedad del más fuerte y a los riesgos de que el acceso a los cargos de gobierno se resolvieran recurriendo a la violencia política».
Advirtieron que no se puede desconocer que la Constitución es la que marca la obligatoriedad de las elecciones y «no concibe un solo resquicio para que no haya».
«El INE, por ningún motivo, puede ignorar la Constitución, pues nos encontraríamos al margen de la ley. Justamente cuando pasa esto empieza la arbitrariedad y se abre la puerta a la violación de los derechos humanos», precisó al insistir en que no se puede desconocer que votar es un derecho de la ciudadanía y «no una obligación impuesta por el Estado».
Sin embargo, los consejeros admitieron que no desconocen que las elecciones por sí mismas no acaban con los problemas del país como la pobreza, la exclusión social, la desigualdad y la falta de oportunidades, entre otros aspectos.
Así como el hecho de que «han resultado electas personas corruptas que deshonraron la función pública e incumplieron su compromiso de velar por el bienestar social».
En el documento llama a los familiares de los jóvenes a unirse a la organización de la elección, porque «su valiosa voz ayuda a tener unas elecciones más vigiladas, más exigentes a los candidatos, más severas contra la simulación, es decir, genuinas y al servicio del pueblo».
Sobre la petición de los familiares para realizar las elecciones por el sistema de usos y costumbres en los municipios de Guerrero, el INE respondió que carece de atribuciones para decidir sobre el caso en el estado o de alguna otra entidad federativa.
El INE precisó que «no puede asumir una representación popular con la que no cuenta ni vulnerar la soberanía de las entidades para decidir asuntos de tal relevancia».
No obstante, consideró que la propuesta debe ser conocida y examinada a conciencia por las autoridades de Guerrero, por todos los partidos y los candidatos que se postulan en la entidad.
En el documento, que también está dirigido a los integrantes de la Asamblea Nacional Popular y que cuenta con el acuse de recibo del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, expuso: «Consideramos que su reclamo como padres y madres de los 43 desaparecidos y el trabajo de miles de ciudadanos que se realiza en el INE no deben rivalizar ni contraponerse; las elecciones son una oportunidad para identificar los pendientes en materia política, y a partir de un debate abierto e incluyente, construir alternativas para su solución».
Ellos son los cardenales mexicanos con posibilidades de convertirse en Papa
El humo blanco que anuncia la elección de un nuevo Papa es uno de los momentos más emblemáticos de la Iglesia Católica, con un proceso complejo detrás de esta decisión. El sistema actual de elección papal tiene sus orígenes en el decreto promulgado por el papa Nicolás II en 1059, que estableció a los cardenales obispos como electores.
Este decreto fue un punto de inflexión histórico, pues redujo la influencia de la aristocracia romana y del bajo clero, sentando las bases para el Colegio Cardenalicio, formalizado en 1150. Hoy, este cuerpo es el encargado de elegir al líder espiritual de más de mil millones de católicos en todo el mundo.
Según National Geographic, el cónclave, como se denomina a la reunión de los cardenales para elegir al nuevo Papa, se celebra entre 15 y 20 días después de que el trono papal queda vacante, ya sea por fallecimiento o dimisión del pontífice. Este intervalo, establecido en 1922, permite que los cardenales de todo el mundo puedan viajar al Vaticano. Actualmente, el Colegio Cardenalicio está compuesto por 252 miembros, aunque sólo 138 de ellos tienen derecho al voto en caso de la defunción del actual Papa Francisco, ya que deben cumplir con el requisito de ser menores de 80 años.
Qué cardenales mexicanos podrían aspirar a la elección
El Cardenal Carlos Aguiar Retes participa en la ceremonia de inauguración como nuevo Arzobispo de México el 5 de febrero de 2018. (Reuters/Henry Romero)
Entre los 252 cardenales que conforman el Colegio Cardenalicio, seis son de México. Estos líderes religiosos han desempeñado roles clave tanto a nivel nacional como internacional, sin embargo, únicamente dos de ellos podrían ser considerados en un futuro cónclave: Carlos Aguiar Retes y Francisco Robles Ortega. Carlos Aguiar Retes, actual arzobispo primado de México, nació el 9 de enero de 1950 en Tepic, Nayarit. Él inició su formación en el Seminario de Tepic y continuó sus estudios de Teología en instituciones de Estados Unidos y México, posteriormente, fue ordenado sacerdote en 1973 y, en 2016, el papa Francisco lo nombró cardenal. En 2017, asumió el cargo de arzobispo primado de México, liderando una de las arquidiócesis más importantes del mundo, detalló la circunscripción eclesiástica.
Por otro lado, Francisco Robles Ortega es arzobispo de Guadalajara desde 2012. Su nombramiento fue realizado por el Papa Benedicto XVI en 2011, consolidando su posición como una figura clave en la Iglesia mexicana. Robles Ortega ha sido un defensor de los valores tradicionales y ha trabajado en iniciativas pastorales para fortalecer la fe en su arquidiócesis.
Aunque debido a su edad ya no es considerado candidato para el cónclave, el cardenal Alberto Suárez Inda, arzobispo emérito de Morelia, también forma parte del Colegio Cardenalicio. Nacido en Celaya en 1939, Suárez Inda estudió en Roma y fue ordenado sacerdote en 1964. En 2015, el Papa Francisco lo nombró cardenal, reconociendo su labor pastoral en una región históricamente afectada por la violencia y la pobreza, según informó La Oficina de Prensa de la Santa Sede (el Bollettino Sala Stampa della Santa Sede).
Después, Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de Las Casas, es otro de los cardenales mexicanos, aunque su edad lo elimina como candidato. Nacido en 1940 en el Estado de México, fue nombrado cardenal en 2020 por el papa Francisco con el título de San Luigi Maria Grignion de Montfort.
El cardenal Juan Sandoval Íñiguez, nacido en Jalisco en 1933, fue nombrado arzobispo de Guadalajara en 1994 por el papa Juan Pablo II y, ese mismo año, recibió el birrete cardenalicio, aunque actualmente es arzobispo emérito.
Finalmente, en la misma situación que éstos últimos, se encuentra Norberto Rivera Carrera, nacido en Durango en 1942. Él fue designado obispo de Tehuacán en 1985 por el papa Juan Pablo II y, posteriormente, arzobispo primado de México, cargo que desempeñó durante más de dos décadas.
En qué consiste el cónclave
En el cónclave, la Iglesia Católica se encuentra ante una decisión trascendental que marcará el rumbo de los próximos años. (EFE)
El cónclave papal, que se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, es un evento rodeado de estrictas normas de confidencialidad. Según detalló National Geographic, los cardenales electores permanecen aislados del mundo exterior hasta que se elige al nuevo Papa. Durante este tiempo, juran mantener la integridad del proceso y solo un reducido grupo de asistentes tiene permitido interactuar con ellos.
El proceso de votación se divide en tres etapas: preescrutinio, escrutinio y postescrutinio. En la primera, se distribuyen las papeletas y se designan los encargados de recoger y contar los votos. Durante el escrutinio, los cardenales emiten su voto en secreto. Finalmente, en el postescrutinio, los votos se tabulan, se verifican y luego se queman.
El humo que emana de la chimenea instalada en la Capilla Sixtina es el indicador visual para el mundo exterior. Si las papeletas quemadas producen humo negro, significa que no se ha alcanzado un consenso, en cambio, el humo blanco anuncia la elección de un nuevo Papa. Aunque esta práctica se remonta al siglo XIX o principios del XX, el Vaticano ha modernizado los materiales utilizados para generar el humo. Desde 2005, se emplean productos químicos específicos para garantizar la claridad del color: una mezcla de clorato potásico, lactosa y resina de conífera para el blanco, y perclorato potásico, antraceno y azufre para el negro, detalló National Geographic.
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