Desde que Felipe Calderón decretó la llamada “guerra contra las drogas” en 2006, 266 militares, seis marinos y 753 policías federales han caído en la cárcel. La mayoría por vínculos con el crimen organizado y por homicidio. Información obtenida vía Ley de Transparencia, precisa que siete de cada 10 uniformados arrestados han cometido actos relacionados con la delincuencia organizada, mientras que 55%, no tienen sentencia.
En 10 años se cometieron más de mil 500 delitos por parte de servidores que alguna vez trabajaron en la seguridad de la población.
Eso quiere decir que cada uno de ellos cometió 1.5 delitos, aunque se registran casos con más de cinco ilícitos en su contra.
El investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), Martín Barrón, explica que “en la lucha contra el narcotráfico que emprendió Calderón los militares estuvieron más expuestos y es más factible que ellos mismos incurrieran en algún tipo de delito vinculado a la delincuencia organizada. Esta exposición, no solamente al enfrentar a esos grupos del crimen, los ponía en una situación de riesgo de poder, incluso, incorporarse a las filas de las organizaciones delictivas”.
De los uniformados presos, 87% está en prisión por delitos del fuero federal; 7.9% por fuero común, y 4.9% por el militar. Para Alejandro Hope, experto en seguridad, esto significa que no hay espacios en las prisiones castrenses y por eso los militares cumplen sus condenas en penales federales.
En septiembre pasado, se dio a conocer que mil 63 militares cumplen su pena en cárceles castrenses. La mayoría, 55%, todavía no tiene una sentencia.
Más de 60% de la población mexicana considera a las policías estatales corruptas, reportó el mes pasado la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública.
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