Más de dos mil hogares quedaron inundados y 17 mil personas resultaron damnificadas en pueblos y ciudades del estado de Nueva Gales del Sur, tras las lluvias torrenciales que se han registrado en la costa del sureste australiano.
De los damnificados, casi tres mil 500 personas requirieron la asistencia de los Servicios de Emergencia del Estado (SES) de Nueva Gales del Sur.
En Narrandera, la última ciudad que ha sido afectada por las inundaciones registradas a lo largo del estado, un millar de personas permanecen en alerta para ser evacuadas de emergencia en caso de que el río Murrumbidgee se desborde.
«No esperamos moverlos, pero es mejor que estén listos por si acaso», señaló un portavoz de los SES al servicio de noticias online AU News.
Otros siete distritos del estado fueron declarados este viernes zonas de desastre natural, que elevó a 46 el número de gobiernos locales que pueden beneficiarse de los programas de asistencia.
Los puntos de emergencia se localizan en el interior de Nueva Gales del Sur, mientras los intermitentes aguaceros anegaron zonas de Sídney, que provocaron retrasos en el transporte terrestre y ferroviario.
Los principales focos de emergencia se centran hoy en el interior de Nueva Gales del Sur, principalmente en las localidades de Griffith y Forbes, a 360 y 560 kilómetros al oeste de Sídney, en forma respectiva.
Más de 600 personas debieron ser evacuadas de la ciudad de Griffith y los alrededores, mientras la localidad vecina de Urana se encuentra completamente aislada del mundo exterior y sus mil 200 habitantes debieron ser abastecidos por helicópteros.
En Wagga Wagga, que forma parte de la zona declarada de emergencia, los nueve mil vecinos evacuados aguardan a que los especialistas evalúen el estado de los diques levantados para contener el río Murrumbidgee para poder regresar a sus hogares.
El Servicio de Meteorología prevé más lluvias torrenciales hasta el fin de semana en la región en lo que son las peores inundaciones en Australia desde el siglo XIX.
Senado de Estados Unidos bloquea la ayuda a Ucrania e Israel
A menos que los legisladores actúen, la Casa Blanca se quedará sin dinero para enviar más ayuda a Ucrania en cuestión de semanas.Imagen: J. Scott Applewhite/AP/dpa/picture alliance
Los republicanos rehusaron aprobar la solicitud, señalando la falta de acción de la Casa Blanca frente a la oleada migratoria en la frontera sur.
Los senadores republicanos bloquearon el miércoles (06.12.2023) una solicitud de la Casa Blanca de 106.000 millones de dólares en ayuda para Ucrania e Israel, porque los demócratas se niegan a incluir las reformas que exigen los primeros para frenar la entrada de migrantes a Estados Unidos.
Este rechazo asesta un golpe al presidente demócrata Joe Biden, quien advirtió al Congreso que su homólogo ruso, Vladimir Putin, no se limitará a una victoria en Ucrania si gana la guerra, sino que podría incluso atacar a un país de la OTAN.
El paquete incluiría al menos 60.000 millones de dólares para ayudar a Ucrania a mantener la presión sobre Rusia durante los gélidos meses de invierno, y unos 10.000 millones de dólares para Israel en su conflicto con los militantes de Hamás, además de alguna ayuda para Taiwán.
El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, se había comprometido a celebrar una votación más tarde para añadir las medidas de seguridad fronteriza exigidas por los republicanos, en un intento de conseguir los 60 votos necesarios para superar el primer obstáculo de procedimiento.
Pero los 49 miembros de la minoría republicana en la Cámara Alta votaron en masa en contra de seguir adelante, señalando la falta de acción gubernamental sobre los 10.000 inmigrantes que se calcula que cruzan desde México a diario.
«Frontera sur fuera de control»
«Todo el mundo ha sido muy, muy claro al respecto para decir que nos mantenemos firmes. Ahora es el momento», declaró a Fox Business el senador James Lankford, uno de los principales negociadores republicanos en materia de inmigración y fronteras, antes de la votación.
«Estamos completamente fuera de control en la frontera sur, y es hora de resolver esto».
Biden ha liderado la coalición mundial que respalda a Kiev, pero el apoyo ha ido menguando entre los republicanos del Congreso, y la Administración ha advertido de que se quedará sin dinero para más ayuda a Ucrania en semanas a menos que los legisladores actúen.
El presidente se ha visto presionado por los demócratas para que rechace las amplias exigencias conservadoras en materia de inmigración -que, según ellos, equivalen a cerrar la frontera-, pero en un apasionado discurso televisado prometió que aceptaría un «compromiso significativo».
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