Los miles de peregrinos que arribaron a la Basílica de Guadalupe desde los diversos rincones del país, entonaron en punto de la medianoche las tradicionales mañanitas a la Virgen de Guadalupe en el 486 Aniversario de sus apariciones en el Cerro del Tepeyac.
Las bajas temperaturas no detuvieron el fervor y la devoción a la morenita del Tepeyac, quien con su manto sagrado cobijó a todos y cada uno de sus hijos y con su benefició. los fortaleció para seguir adelante aún en los momentos más difíciles.
El atrio mariano se comenzó a poblar desde temprana hora con los devotos que arribaron a pie, de rodillas, en camiones, a bordo de bicicletas o bien, a través de relevos y quienes dentro o fuera de la Basílica cantaron con todo su corazón a los pies de la guadalupana.
También se colmó de cientos de imágenes, promesas, mandas, rezos y la solidaridad de aquellas personas que con alimentos en mano, así como agua y cobijas entregaban a los peregrinos.
En el templo que anualmente recibe a cerca de 20 millones de devotos -más de cinco millones y medio este lunes-, el Pro Vicario Episcopal de Guadalupe, Pedro Rafael Tapia, acompañado del Cabildo guadalupano cantaron las Mañanitas junto con miles de peregrinos.
!Viva la Virgen de Guadalupe! !México de pie! fueron las arengas que se repitieron durante todo el día y por la noche, entre los cantos de “Desde el cielo una hermosa mañana, La Guadalupana, La Guadalupana, La Guadalupana bajo al Tepeyac”.
Inmediatamente inició la celebración litúrgica en la que se recordó que desde 486 años está entre los mexicanos la Virgen del Tepeyac; “en el corazón del adviento México y toda América celebra a la Virgen de Guadalupe”, indicó Tapia Rosete.
El Canónigo resaltó la importancia de que más allá de la construcción material, se reconstruyan todos los buenos valores que están en el alma del pueblo mexicano.
Tapia quien también es Vicerrector de la Basílica de Guadalupe, destacó el fervor de los presentes al recordar que ni los huracanes, los sismos y actualmente las bajas temperaturas, los amedrentaron, pues lejos de ello, elevaron su fe, confianza y sobre todo esperanza tras postrarse ante la Reina del Tepeyac.
Un grupo de concheros realizaron una oración y entonaron cantos a la guadalupana, fervor al que siguió el agradecimiento de los presentes a los miles de rescatistas anónimos que sumaron sus manos para salvar vidas y apoyar a quienes resultaron afectados por los sismos de septiembre.
Este martes, en a las 12:00 horas el cardenal Norberto Rivera Carrera, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de México, presidirá la Misa de las Rosas.