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El misterio de «Frida», la niña que buscaba ser rescatada pero al parecer no existe

El nombre conmovió al país. En redes sociales, en chats de Whatsapp, en las conversaciones de todo el día, la gente preguntaba por Frida: «¿Ya la sacaron?», y la incertidumbre nos tenía en vilo. Pero el nombre no correspondía con la niña que permanecía atrapada entre los escombros. O al menos esa es una de las dos versiones que existen.
De hecho, en el colegio Enrique Rébsamen hay 326 estudiantes de preescolar a secundaria y ninguno respondía a ese nombre. Hay dos «Fridas» y cuatro»Sofías»; todas durmieron en sus camas, en sus casas, con sus padres. Lo supieron después de que la autoridad educativa llamó por teléfono fijo, al celular, al Nextel de 93 padres de familia, de los cuales 50 contestaron.
Además de eso, no hay información nueva: ni la Marina ni la Secretaría de Educación Pública (SEP) es capaz de indicar con exactitud cuántos niños fallecieron y cuántos adultos, cuántos están desaparecidos y cuántos fueron rescatados. Tampoco nos pueden decir en qué situación se encuentran los 326 estudiantes de la escuela: cuántos están en el hospital, cuántos con sus papás, cuántos fallecieron, cuántos podrían estar en el edificio. Las cifras siguen siendo casi las mismas que las de la primera noche: 26 muertos: 5 adultos y 21 niños; 11 rescatados con vida; 30 desaparecidos. De los tres avistamientos de cuerpos que se vieron ayer, nada; solo información sobre el fallecimiento de una maestra, cuyo cuerpo fue retirado de los escombros hoy a las 05:30 a.m.
Pero de «Frida Sofía», nadie sabía nada.
De hecho, «Frida Sofía» no existió, dice una de las dos versiones, contradictorias entre sí.
La primera versión que circuló es que el nombre no fue una invención ni una mentira , sino una forma de comunicarse con una niña real que realmente estaba atrapada.
Su rescate y búsqueda se llevó todo el miércoles. Uno de los brigadistas, el que la ubicó entre las piedras, habría pronunciado el nombre como una forma de comunicarse con ella.
Para saber que estaba viva y consciente, el la llamaría «Frida» y ella respondería con un golpe en los escombros. Esto sucedió a las 10:00 de la mañana y reavivó las esperanzas para todos. Después de las 14:00 una maestra dijo reconocerla y corrigió: «se llama Frida Sofía y va en primer grado de secundaria, tendrá 12 ó 13 años».
A fuerza de pregunta y golpe por respuesta, los rescatistas concluyeron que la niña no estaba sola. A la mitad de la jornada, la sospecha se confirmó cuando el escáner de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) identificó cinco personas con vida. Luego se dijo que eran seis.
Después de las 18:00 ante la persistencia de los testimonios de los topos que aseguraban que la niña estaba ahí, la Marina tomó una determinación: los esfuerzos se concentrarían en rescatar a «Frida» y a los sobrevivientes. Avisaron a los familiares de la maestra Gemma que el rescate de los cuerpos tendría que esperar; temían que cualquier movimiento en falso pudiera afectar y colapsar las estructuras.
Mientras tanto, las maestras y autoridades educativas intentaban con desesperación encontrar a «Frida Sofía». Después de las dos de la mañana no se pudo confirmar que su nombre apareciera en los registros escolares. Nada. En la escuela ninguna niña respondía a ese nombre.
«No existe, Frida Sofía no existe», decían las maestras.
Desde las 22:30 a las autoridades les llamaba la atención el hecho de que, aparentemente, no había padres de familia preguntando por los niños que estarían atrapados en el edificio colapsado; los encargados de dar atención psicológica a las víctimas también lo notaron: no había quién los recibiera ni diera información sobre sus nombres o la ropa que vestían, algo que permitiera buscar o identificar a los niños.
Desde la medianoche se empezó a notar que el techo de la estructura se estaba colapsando en la parte trasera; en esos momentos, se pidió auxilio de manera urgente: hacían falta materiales de construcción para apuntalar y evitar que lo que queda del techo del cuarto piso se derrumbara sobre los rescatistas.
Poco menos de seis horas después, se pidió a los rescatistas que estaban trabajando dentro del edificio que se alejaran de la estructura cuando menos 10 metros porque la construcción estaba muy endeble y a punto de caer. Dentro se quedó trabajando un cuerpo pequeño, más experimentado, de personas que conocían su riesgo.
De las personas enterradas, no se sabía nada; ni nada nuevo sobre su condición.
Cuando menos dos marinos y un rescatista sostienen que todavía hay gente atrapada dentro del edificio, y que incluso no hay uno sino tres puntos de vida en dos edificios. Una de estas personas atrapadas es la niña Frida Sofía, quién dijo llamarse así cuando se lo preguntaron.
«Cuando entré en la puerta señalada como A1 había un cubículo abierto, una apertura en el piso de la tercera planta. Se empezó a limpiar el área y fue cuando se empezaron a escuchar los quejidos de los niños, no era uno: son cuatro. Frida Sofía, la que está ahí adentro, nos confirmó que eran cuatro y nos dijo cómo se llamaba. Verificamos el nombre en la lista de alumnos y era la única Frida Sofía, se le preguntó si era Frida Sofía y dijo que sí», contó el marinero Francisco Javier Vega Guzmán.
Cuando se le preguntó en dónde estaba, dijo que estaba en el piso de la cocina. Lo que era la mesa de la cocina era de granito, que fue lo que le dió el sostén. Cuando se le preguntó cuántas personas había con ella, no contestó de manera verbal pero golpeó la mesa con cuatro golpes: uno por cada persona atrapada. Se vieron cuatro siluetas de calor con el escáner de la Sedena, explicó.
«Se lo digo porque yo lo escuché: escuché la voz de la niña y los chillidos de los demás niños: Frida Sofía es la más consciente, la menos alterada y está más al tanto de las voces de afuera. No sé si sea mayor que los demás, no sé. Yo sí escuché y hablé con ella. Tuve tres contactos con ella, tres enlaces con ella», contó.
» Personalmente yo he escuchado dos puntos de vida: el de Frida, el día de ayer con los demás niños y el de ahorita a las 5:00 a.m. con un posible adulto. Hay otra niña con la que se entabló conversación; a esa niña la detectaron desde ayer a las 09:00 la mañana pero se tiene muy difícil el acceso. Se sabe que está consciente aún, sabe que está viva aún».

Fuente:El Debate

México

Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso

Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».

Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.

Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».

En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.

En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.

Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.

«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.

«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».

El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.

«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.

Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».

En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.

También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.

La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.

«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.

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