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Revista

Muere a los 79 años el actor Fernando Luján

El primer actor Fernando Luján falleció a los 79 años de edad en Puerto Escondido, Oaxaca, luego de padecer una serie de complicaciones respiratorias.

Nacido en Bogotá en el seno de la familia de actores Ciangherotti-Soler, participó en películas como El mil amores (1954), del director Ricardo Rodríguez y en la que compartió secuencias con Pedro Infante, pero su debut en el cine quedó registrado en La cobarde (1947) de Julio Bracho.

Entre la década de los 60 y 70 realizó un sin fin de películas, mientras que en los 80 participó solo en 3. Fue en la década de los 90 que su carrera retomó una ajetreada actividad luego de participar en la telenovela Mirada de Mujer, en la que compartió con Angélica Aragón un merecido éxito y reconocimiento, y en El coronel no tiene quien le escriba (1999), adaptación de la novela de Gabriel García Márquez dirigida por Arturo Ripstein.

De manera reciente participó en Ingobernable, transmitida por Netflix, y en la película Hombre al agua, protagonizada por Eugenio Derbez.

Considerado un maestro por varias generaciones debido a sus incontables trabajos para el cine y la televisión, despedidas, condolencias y buenos recuerdos se han hecho presentes.

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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