Los fallecidos por la ingesta de alcohol adulterado en la República Checa aumentó hoy a veintidós, tras la muerte de un hombre de 29 años y pese a la imposición de una «ley seca» sobre la venta de licores de más de 20 grados.
Desde el 6 de septiembre, las intoxicaciones por el consumo de alcohol adulterado con metanol se han cobrado ya la vida en este país centroeuropeo de veintidós personas, la mayoría de ellas en las regiones del norte colindantes con Polonia, según las autoridades sanitarias checas.
«Está fuera de lugar que podamos levantar la prohibición en los próximos días», aseguró hoy a la prensa el ministro checo de Sanidad, Leos Heger, quien precisó que el número de casos de intoxicación sigue creciendo.
La prohibición decidida el pasado viernes para tratar de detener la ola de intoxicaciones podría prolongarse incluso varios meses, hasta que se desarticule la red de venta de alcohol adulterado y se estabilice la situación, explicó hoy el diario Mladá Fronta Dnes.
Los aguardientes y otras bebidas espirituosas embotelladas han desaparecido de las tiendas y durante la investigación han sido arrestadas más de 20 personas acusadas de producir o distribuir bebidas a las que se había añadido metanol, informó Radio Praga.
Otras 38 personas están hospitalizadas y ya se han detectado ocho casos de envenenamiento en Eslovaquia, sin ningún fallecido, y cuatro muertes en Polonia, donde se ha prohibido la importación de alcohol checo de alta graduación.
El hombre fallecido hoy llevaba hospitalizado desde hace una semana con daños cerebrales graves por la intoxicación, mientras que el lunes murió otra mujer de 38 años.
Según el diario Lidové Noviny, los primeros datos de la investigación indican que el envenenamiento se ha producido al sustituir el etanol por metanol proveniente de líquido limpiaparabrisas anticongelante importado de Polonia.
El Estado checo puede llegar a perder alrededor de 30 millones de euros en caso de prolongarse la prohibición, señaló el viceministro de Finanzas, Ladislav Mincic, el domingo en televisión.
En esa estimación se incluye la recaudación de los impuestos especiales y el IVA, aunque no el impacto que puede tener en un sector -el de las bebidas alcohólicas de alta graduación- en el que trabajan miles de personas de forma directa.
De acuerdo con el ministro de Sanidad, alrededor de 20 millones de botellas de alcohol se han retirado del mercado desde la entrada en vigor de la prohibición.
Debido al daño económico que está produciendo la medida, el Gobierno debatirá la posibilidad de mitigar la aplicación de la prohibición y permitir la venta de algunos tipos de alcohol considerados seguros en restaurantes y bares.
Las autoridades checas también pretenden introducir con urgencia mayores controles sobre la venta de licor para reducir lo máximo posible la venta de alcohol adulterado en el país.
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